Viajar en avión es una experiencia que, para muchos, puede implicar largas horas de espera, cambios de horario y, en ocasiones, la tentación de disfrutar de las comidas a bordo. Sin embargo, Michael Sheedy, un entrenador de fitness de Las Vegas, ha tomado una decisión radical que sorprende a muchos: nunca come en los aviones, ni siquiera cuando tiene la oportunidad de volar en primera clase.
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La razón detrás de esta elección no es solo una cuestión de preferencias personales, sino que está respaldada por su conocimiento sobre cómo afecta el entorno de los aviones a la digestión y el bienestar general. En este artículo, exploraremos la sorprendente razón por la que Sheedy evita la comida en los vuelos y cómo su decisión puede beneficiar a quienes buscan cuidar su salud mientras viajan.
La ciencia detrás de la digestión en los aviones
Sheedy afirma que una de las principales razones por las que nunca come en los aviones está relacionada con el impacto que la presión de la cabina tiene en la digestión. Según explica, cuando el avión está en pleno vuelo, la presión atmosférica dentro de la cabina cambia, afectando la capacidad del cuerpo para procesar los alimentos correctamente. Esta situación puede provocar problemas digestivos como hinchazón, gases e inflamación gastrointestinal.
La motilidad intestinal —el proceso por el cual los alimentos se mueven a través del intestino— se ve alterada por la altura y la presión de la cabina, lo que ralentiza la digestión. Según Sheedy, esto puede generar incomodidades durante el vuelo y dejar a los pasajeros sintiéndose pesados o incómodos.
Además, expertos en salud coinciden con esta observación. Un gastroenterólogo de Harvard, el Dr. Kyle Staller, ha señalado que los viajes aéreos pueden disrumpir los ritmos naturales del cuerpo, incluyendo la digestión. Del mismo modo, especialistas de la Cleveland Clinic confirman que los cambios de presión en el avión pueden hacer que el gas dentro del estómago y los intestinos se expanda, lo que explica por qué muchas personas experimentan hinchazón o malestar digestivo al volar.
Los profesionales de la salud han descubierto que los cambios en la presión atmosférica pueden alterar el estómago de los pasajeros frecuentes, dejándolos con una sensación de hinchazón y gases. (IG flykingsley)
Mantener el bienestar a bordo
Para Sheedy, la clave para mantener su bienestar físico durante los vuelos radica en evitar la comida y centrarse en la hidratación. Mientras muchas personas eligen comer lo que se les ofrece a bordo, él prefiere abstenerse de consumir alimentos sólidos y opta por beber agua, café y electrolitos para mantenerse hidratado y evitar problemas digestivos.
Incluso cuando vuela en primera clase, donde la comida es más elaborada y tentadora, Sheedy se mantiene firme en su decisión de no comer. Según él, esta estrategia no solo le permite evitar el malestar digestivo, sino que también le ayuda a mantener su composición corporal y a sentirse mejor en general.
El entrenador destaca que las condiciones dentro del avión no son ideales para una digestión eficiente. La baja humedad en la cabina también contribuye a la deshidratación, lo que puede empeorar los efectos de la comida en el sistema digestivo. Por esta razón, mantenerse bien hidratado es fundamental para evitar malestar durante los vuelos.
Los riesgos de los alimentos altos en sodio y grasa
Otro factor que Sheedy tiene en cuenta al evitar la comida en los aviones es la calidad de los alimentos que se suelen ofrecer a bordo. Muchas de las comidas disponibles en los vuelos, tanto en clase turista como en primera clase, tienden a ser altas en sodio y grasas, lo que puede empeorar la hinchazón y la deshidratación.
El piloto de Delta Airlines, Paul Janowicz, ha señalado que los alimentos con alto contenido de sodio son una “triple amenaza” cuando se consumen a 30,000 pies de altura. No solo pueden causar gases y hinchazón, sino que también contribuyen a la deshidratación, lo que empeora los efectos adversos en el cuerpo durante el vuelo.
Por ello, expertos en salud recomiendan evitar comidas como:
- Hamburguesas y papas fritas de restaurantes de comida rápida en los aeropuertos
- Snacks salados que suelen ofrecerse a bordo
- Alimentos procesados que carecen de valor nutritivo
Sheedy afirma que, incluso cuando se le ofrece comida de cortesía en primera clase, él prefiere pasar y mantener su bienestar en primer lugar. Al optar por no comer durante el vuelo, evita estos alimentos poco saludables que solo contribuirían a un malestar innecesario.
Pueden producirse flatulencias, malestar y problemas a largo plazo cuando el estómago tiene dificultades para digerir los alimentos mientras se está a 30.000 pies de altura. (IG dex__loh)
El ayuno como estrategia de viaje
Una de las estrategias más efectivas que ha adoptado Sheedy es ayunar durante los vuelos. Esta práctica le permite evitar los problemas digestivos asociados con comer en el avión y le da la libertad de disfrutar de su primera comida una vez que aterriza.
Ayunar durante los vuelos tiene varios beneficios, según explica. Al no comer, el cuerpo se mantiene en un estado de reposo digestivo, lo que minimiza las probabilidades de inflamación y malestar estomacal. Además, el ayuno ayuda a mantener un equilibrio corporal y le permite a Sheedy comer lo que desee una vez que llega a su destino, sin preocuparse por las repercusiones digestivas del vuelo.
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Alternativas saludables para quienes prefieren comer
Si bien Sheedy prefiere el ayuno, entiende que no todos se sienten cómodos volando sin comer, especialmente en vuelos largos. Para aquellos que necesitan consumir algo durante el viaje, los expertos en nutrición sugieren opciones más saludables.
La nutricionista Jo Woodhurst recomienda llevar alimentos frescos con alto contenido de agua para mantener la hidratación y evitar la hinchazón. Algunas opciones recomendadas incluyen:
- Pepinos en rodajas
- Apio y pimientos
- Tomates cherry
- Sandía
Además, es aconsejable combinar estos alimentos con proteínas ligeras, como mantequilla de semillas, para mantener los niveles de azúcar en la sangre estables. Estas alternativas son mucho más saludables que los alimentos procesados y pesados que suelen ofrecerse a bordo o en los aeropuertos.
Periodista. Estudió Comunicación en la Universidad de Lima. Diez años de experiencia en medios digitales. Actualmente se desempeña como redactor del Núcleo de Audiencias de El Comercio.
