La ciudad de Los Ángeles vivió un viernes agitado, marcado por un operativo de inmigración que dejó a su paso escenas de tensión y enfrentamientos. Agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), acompañados por fuerzas federales y personal de la DEA y el FBI, realizaron redadas simultáneas en distintos puntos de la ciudad. Las imágenes de las detenciones en Home Depot, en Westlake y en el Distrito de la Moda desataron la indignación de activistas y residentes.
ASÍ FUERON LAS RECIENTES REDADAS DE ICE EN LOS ÁNGELES
En un estacionamiento del centro de la ciudad, videos captaron a agentes federales persiguiendo a personas mientras manifestantes gritaban y alzaban sus teléfonos para registrar cada detención. Uniformados camuflados y vehículos blindados se desplegaron con gases para dispersar a los manifestantes. A la confusión y al miedo se sumó la incertidumbre: hasta ahora se desconoce cuántas personas fueron arrestadas durante las redadas.
Una de las escenas más impactantes se vivió en un negocio de ropa en el Garment District, donde agentes antidisturbios esposaron a los trabajadores mientras decenas de personas se agolpaban en la calle, reclamando justicia y exigiendo respuestas. “¡Esto es injusto!” gritaban, en medio de un caos de cámaras y gritos. Los agentes también intervinieron en el local de Ambiance, en el 930 de Towne Ave., donde una multitud protestaba en defensa de los trabajadores.
LA ALCALDESA DE LOS ÁNGELES ALZÓ SU VOZ DE PROTESTA
El despliegue de fuerzas federales provocó la inmediata reacción de la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, quien no ocultó su indignación. En un comunicado emitido el mismo viernes, Bass expresó su solidaridad con la comunidad inmigrante: “Estas tácticas siembran terror en nuestras comunidades y perturban los principios básicos de seguridad y debido proceso en nuestra ciudad”, denunció. Su oficina prometió vigilar de cerca la situación en coordinación con las organizaciones comunitarias.
El jefe de policía de Los Ángeles, Jim McDonnell, también salió al paso para aclarar que el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) no tuvo participación alguna en las redadas de ICE. “Soy consciente de que estas acciones causan ansiedad a muchos angelinos”, dijo, subrayando que el LAPD no aplica las leyes migratorias civiles y que su prioridad es garantizar la seguridad de todos los residentes, sin importar su estatus migratorio.
La indignación se hizo eco en el Concejo Municipal de Los Ángeles, donde once de sus quince miembros condenaron las redadas en un comunicado conjunto. “Este ataque indiscriminado contra niños y familias no solo perjudica a las personas directamente afectadas, sino que también destruye la confianza y la seguridad de nuestras comunidades en sus propios hogares”, afirmaron los legisladores.
DETUVIERON AL PRESIDENTE DEL SEIU CALIFORNIA
En medio de la jornada de redadas, David Huerta, presidente de SEIU California y SEIU-United Service Workers West, fue arrestado mientras documentaba las acciones de ICE. Según SEIU, Huerta resultó herido y fue detenido en el lugar, ejerciendo su derecho protegido por la Primera Enmienda. “Exigimos su liberación inmediata”, declaró Tia Orr, directora ejecutiva de SEIU California.
El viernes negro que vivió Los Ángeles recordó que las políticas migratorias siguen siendo un terreno minado de tensiones, donde la seguridad y los derechos civiles colisionan con frecuencia. Para las familias afectadas, la incertidumbre y el miedo continúan más allá del operativo. Y para la ciudad, la herida abierta amenaza con ahondar la brecha entre las fuerzas del orden y las comunidades a las que deberían proteger.
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