Donald Trump es conocido por su carrera en la televisión, su mandato como presidente de los Estados Unidos y por ganar nuevamente las elecciones en 2024 y también por su extenso recorrido en el mundo de los negocios. A lo largo de su carrera empresarial, construyó un imperio que abarcaba hoteles, casinos, campos de golf y otros proyectos de alto perfil, lo que le permitió convertirse en una de las figuras más reconocidas a nivel de empresas y demás. Su éxito inicial le permitió acumular una gran fortuna, y sus estrategias comerciales le dieron fama a nivel mundial. Esta notoriedad, junto con su habilidad para manejar los medios, lo catapultó a la política.
Sin embargo, no todo ha sido positivo en su vida como empresario. A pesar de los éxitos, Trump también ha enfrentado una serie de fracasos financieros a lo largo de los años, y seis de sus empresas fueron declaradas en bancarrota. Estas quiebras, aunque no necesariamente significaron el fin de sus negocios, dejaron una marca en su historial.
LAS 6 EMPRESAS DE DONALD TRUMP QUE SE DECLARARON EN BANCARROTA
1. Trump Taj Mahal (Atlantic City, Nueva Jersey, 1991)
El Taj Mahal, un lujoso casino en Atlantic City, abrió sus puertas en 1990, pero sus finanzas comenzaron a desmoronarse poco después. En 1991, tras no poder cumplir con sus obligaciones de deuda, la propiedad se declaró en bancarrota. La empresa no pudo hacer frente a las deudas de otros dos casinos en Atlantic City, lo que la llevó a un colapso financiero.
2. Trump Castle (Atlantic City, 1992)
Este casino también en Atlantic City fue otra de las propiedades de Trump que enfrentó problemas financieros. Al igual que el Taj Mahal, el Trump Castle se vio afectado por la acumulación de deudas y la falta de rentabilidad, lo que lo llevó a la quiebra en 1992.
3. Trump Plaza y Casino (Atlantic City, 1992)
En el mismo año en que el Trump Castle se declaró en bancarrota, otro casino de Trump en Atlantic City, el Trump Plaza, siguió el mismo camino. La falta de ingresos suficientes para cubrir los costos operativos y los pagos de deuda obligó a la empresa a acogerse al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras en 1992.
4. Plaza Hotel (Nueva York, 1992)
En 1992, el emblemático Plaza Hotel en Nueva York, una de las propiedades más conocidas de Trump, también enfrentó problemas financieros graves. Con una deuda acumulada y la incapacidad de generar suficientes ingresos para mantener la propiedad, el hotel fue forzado a acogerse a la bancarrota. Esta quiebra marcó un periodo de turbulencia en la carrera empresarial de Trump.
5. Trump Hotels y Casinos Resorts (2004)
En 2004, Trump Hotels y Casinos Resorts, la empresa matriz que agrupaba los casinos y hoteles de Trump, se declaró en bancarrota. Con una deuda que rondaba los US$1.800 millones, la compañía no pudo evitar la quiebra a pesar de los esfuerzos por reestructurar sus operaciones. Esta fue una de las quiebras más significativas en el imperio empresarial de Trump.
6. Trump Entertainment Resorts (2009)
La última quiebra de relevancia se dio en 2009, cuando Trump Entertainment Resorts, la empresa sucesora de Trump Hotels y Casinos Resorts, también se declaró en bancarrota. La recesión económica de 2008 tuvo un impacto devastador en la industria del entretenimiento, y Trump no pudo evitar las consecuencias, lo que llevó a esta nueva quiebra.
EL CAPÍTULO 11: UN RECURSO COMÚN PARA LA REESTRUCTURACIÓN EMPRESARIAL
En todas estas quiebras, Trump utilizó el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de los Estados Unidos, una herramienta legal que permite a las empresas seguir operando mientras reestructuran sus deudas. Bajo este proceso, las compañías pueden negociar con sus acreedores y modificar sus deudas para intentar evitar el cierre total, aunque con frecuencia esto implica una importante pérdida de valor para los accionistas y cambios en la propiedad.
En algunos casos, las empresas de Trump pudieron seguir operando después de la reestructuración, pero las quiebras afectaron gravemente su reputación financiera. Aunque Trump logró salir de estos procesos con algunos activos intactos, estas experiencias mostraron las dificultades que enfrentó en su camino como empresario, lo que contrasta con su imagen de magnate de los negocios.
A pesar de estas quiebras, Donald Trump nunca dejó de ser un personaje importante en el mundo de los negocios. Sus fracasos financieros no lo despojaron de su fama ni de su influencia, y de hecho, le ayudaron a construir una narrativa de resiliencia que lo catapultó al estrellato mediático y, eventualmente, a la política. No obstante, las seis quiebras de sus compañías siguen siendo una parte importante de su legado, un recordatorio de que incluso los empresarios más exitosos pueden enfrentar grandes reveses financieros.