Durante dos semanas, un operativo silencioso pero contundente se desplegó en los condados de Hillsborough, Pinellas y Pasco, en Florida. Bajo el nombre clave de “Ojo de Dragón”, agentes federales, alguaciles y organizaciones de bienestar infantil unieron fuerzas en una misión tan urgente como delicada: recuperar a decenas de menores desaparecidos. El resultado fue más que esperanzador: 60 niños y adolescentes localizados y rescatados de situaciones de riesgo extremo.
LOS NIÑOS RECIBIERON ATENCIÓN POR PARTE DE LAS AUTORIDADES
El operativo, coordinado por el Servicio de Alguaciles de los Estados Unidos, ha sido descrito como “la operación de recuperación infantil más exitosa en la historia” de la agencia, según William Berger, alguacil federal del Distrito Medio de Florida. “Debo moderar mi entusiasmo por respeto a las víctimas, pero lo que hemos logrado marca un antes y un después”, afirmó.
En conferencia de prensa, las autoridades explicaron que el operativo Ojo de Dragón tenía tres objetivos (Foto: AFP)
El enfoque de “Ojo de Dragón” no solo fue encontrar a los menores. La misión tenía tres objetivos principales: localizarlos, brindarles servicios esenciales y disuadir a quienes se aprovechan de su vulnerabilidad. Cada niño rescatado fue evaluado médica y psicológicamente, alimentado, protegido y puesto bajo el cuidado de defensores especializados en infancia. La operación fue, en todos los sentidos, una red de rescate.
Los menores, cuyas edades oscilan entre los 9 y 17 años, fueron encontrados en condiciones muy diversas: algunos vagando sin rumbo, otros en entornos peligrosos, víctimas de explotación o abandono. Por razones de seguridad, sus identidades se mantienen en reserva. Sin embargo, su recuperación representa mucho más que un éxito táctico: es una victoria humana y social.
Los niños recuperados fueron de los condados de Hillsboroungh, Pinellas y Pasco (Foto: AP)
OCHO PERSONAS FUERON ARRESTADAS
Durante el despliegue, ocho personas fueron arrestadas, enfrentando cargos que incluyen trata de personas, posesión de drogas, interferencia en la custodia y negligencia infantil. Estas detenciones reflejan el lado más oscuro del crimen, pero también reafirman el poder de una acción conjunta entre agencias estatales y federales para enfrentar estas amenazas con decisión.
“El éxito de la operación demuestra lo que se puede lograr cuando las agencias trabajan juntas con un propósito común: proteger a los niños”, manifestó Callahan Walsh, del Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados, una de las organizaciones clave que colaboró en la logística y el seguimiento de cada caso.
Además de los alguaciles federales, participaron las oficinas del sheriff locales, el Departamento de Niños y Familias de Florida, el Departamento de Justicia Juvenil y múltiples asociaciones defensoras de la niñez. Todos compartían un mismo objetivo: garantizar que estos jóvenes no volvieran a caer en las garras del abandono, la explotación o el silencio.
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