
En el cambiante mapa económico de Estados Unidos, el sur de Florida ha emergido como una suerte de nueva capital del capital. Lo que antes era solo un destino turístico y de retiro, hoy se perfila como una metrópolis vibrante con músculo financiero, corazón tecnológico y alma multicultural. La migración de miles de residentes adinerados desde Nueva York no solo es sintomática de un nuevo paradigma, sino que ha inyectado al estado más de 14 mil millones de dólares en ingresos, consolidando su estatus como un centro neurálgico de oportunidades.
¿CUÁL ES EL MOTIVO DE ESTA MIGRACIÓN?
Jon Paul Pérez, director ejecutivo de Related Group, y Nelson Stabile, presidente de Home Builders of South Florida, coincidieron en que este auge no es accidental. La visión compartida por líderes empresariales y municipales es clara: no se trata solo de construir rascacielos brillantes, sino de crear barrios habitables para todos. “Queremos que Miami sea una ciudad de clase mundial, pero no solo para los ricos”, subrayó Pérez. Esta filosofía ha orientado una oleada de desarrollo que pretende evitar el elitismo urbano que históricamente ha asfixiado ciudades como Nueva York.
La pandemia actuó como catalizador, pero las raíces del cambio son más profundas. Las políticas favorables a las empresas, los bajos impuestos y un estilo de vida más relajado atrajeron no solo a millonarios y fondos de inversión, sino también a gigantes corporativos como Citadel, Starwood Capital, Apple y Kaseya. El resultado: una economía mucho más diversificada, con sectores como finanzas, tecnología, hotelería y cruceros prosperando simultáneamente.

SIN EMBARGO, EL CRECIMIENTO VELOZ TIENE UN PRECIO
Los precios de alquiler de oficinas en zonas como Coral Gables y Brickell se han triplicado en los últimos seis años, alcanzando los US$150 por pie cuadrado. Stabile advirtió que el mayor reto es la escasez de oferta: “Nuestro mercado no estaba preparado para esta demanda”. La presión sobre el inventario ha disparado los precios, y la preocupación por la exclusión de la clase media no es menor.
Pérez insistió en que aún hay margen para el crecimiento: “Estamos infravalorados en comparación con Nueva York o Londres”. Sin embargo, reconoció que el reto está en equilibrar el boom con inclusión. Related Group tiene como uno de sus objetivos centrales ampliar la oferta de viviendas para la fuerza laboral, evitando que Miami se convierta en una ciudad exclusivamente para los acaudalados.
Para atender esta presión habitacional, la colaboración entre el sector privado y los municipios ha sido clave. La Ley Live Local de Florida es un buen ejemplo: proporciona incentivos a los desarrolladores para construir viviendas asequibles, y ya ha pasado por dos rondas de mejoras que han reducido trámites y plazos. “Cada enmienda ha sido un paso adelante”, indicó Stabile.

AUN ASÍ, LOS OBSTÁCULOS PERSISTEN
Pérez señaló que el proceso de permisos sigue siendo engorroso y puede tomar hasta tres años desde la adquisición del terreno hasta el inicio de la construcción. Tanto él como Stabile hacen un llamado a agilizar estos procesos, conscientes de que el tiempo es un factor crítico en una ciudad que crece al ritmo de una metrópolis global.
El optimismo, sin embargo, es palpable. “Creemos que Florida está en una posición privilegiada para capitalizar esta migración”, dijo Stabile. La clave está en seguir construyendo infraestructura, densificando inteligentemente y aprendiendo de los errores de otras ciudades. Más que un boom pasajero, se trata de consolidar un nuevo modelo urbano: dinámico, diverso y sostenible.
“Miami siempre será su propia versión del Wall Street del Sur”, concluyó Pérez. Una ciudad donde el sol brilla, sí, pero donde también se iluminan las ideas, se generan empleos y se reimagina el futuro urbano de Estados Unidos. Y ese futuro, al parecer, ya ha comenzado.
¡No te pierdas los temas de interés en Estados Unidos! Únete a nuestro canal de WhatsApp aquí.











