El invierno y las frías temperaturas están por llegar a los Estados Unidos, por lo que la mayoría de su territorio tendrá que modificar sus horarios (Foto: Freepik)
El invierno y las frías temperaturas están por llegar a los Estados Unidos, por lo que la mayoría de su territorio tendrá que modificar sus horarios (Foto: Freepik)
Pedro Bustamante

El ajuste estacional de los relojes, que ocurre dos veces al año en Estados Unidos, es una práctica que afecta a la mayoría de la población. Este fenómeno, conocido como , consiste en adelantar los relojes una hora en primavera para aprovechar mejor la luz del día durante los meses cálidos y atrasarlos en otoño para regresar al horario estándar. Aunque esta política se instauró originalmente para conservar energía durante la Primera Guerra Mundial, ha sido revisada y debatida a lo largo de los años. No obstante, hay estados y territorios que han optado por no participar en esta práctica.

La razón detrás del horario de verano e invierno es maximizar la luz solar durante los meses más cálidos, lo que se traduce en un supuesto ahorro energético y una mejor adaptación a los cambios estacionales. A pesar de sus beneficios percibidos, hay estados y territorios en los Estados Unidos que han optado por mantener una hora constante durante todo el año. Esta decisión refleja consideraciones locales, como las condiciones climáticas y las variaciones en la duración de la luz solar. ¿Quieres conocer de cuáles se trata?

Los estadounidenses deben alistarse para el próximo cambio de horario (Foto: Pexels)
Los estadounidenses deben alistarse para el próximo cambio de horario (Foto: Pexels)

ESTADOS Y TERRITORIOS QUE NO MODIFICAN SU HORARIO

Uno de los lugares que no sigue el horario de verano es Arizona. A diferencia de la mayoría de los estados, esta parte del país mantiene el horario estándar durante todo el año. Esta elección se debe principalmente al clima extremadamente caluroso de la zona, especialmente durante los meses de verano. Al no adelantar ni atrasar los relojes, el mencionado estado minimiza la exposición al calor durante las horas más calurosas del día, lo que a su vez reduce el consumo de energía para refrigeración.

Una excepción notable dentro de Arizona es la Nación Navajo, que abarca partes del estado, así como de Nuevo México y Utah. Esta área sigue el horario de verano, a diferencia del resto del territorio estatal, mostrando cómo las necesidades específicas de las comunidades pueden influir en las decisiones locales sobre el ajuste horario.

Otro estado que no observa el horario de verano es Hawái. La ubicación de este territorio, cerca del Ecuador, resulta en una variación mínima en la duración de la luz solar a lo largo del año. Por lo tanto, el cambio de hora no ofrece beneficios significativos en términos de ahorro de energía o aprovechamiento de la luz natural. Hawái ha optado por mantener un horario constante durante todo el año, adaptándose a su entorno geográfico único.

En cuanto a los territorios estadounidenses, Puerto Rico es otro ejemplo de una región que no sigue el horario de verano. Al igual que Hawái, la isla se encuentra cerca del Ecuador, lo que significa que la cantidad de luz solar no cambia drásticamente entre estaciones. Esta estabilidad en la duración del día elimina la necesidad de ajustar los relojes para maximizar la luz natural.

Guam también mantiene el mismo horario durante todo el año. Ubicado en el Pacífico Occidental, esta área experimenta cambios mínimos en la duración de la luz solar a lo largo del año, similar a Puerto Rico. Esta consistencia en la luz solar permite que Guam se mantenga en un horario estable sin la necesidad de hacer ajustes estacionales.

De manera similar, los territorios de Samoa Americana, las Islas Marianas del Norte y las Islas Vírgenes de los Estados Unidos también siguen el horario estándar durante todo el año. En estos lugares, la variación en la duración del día es tan pequeña que el ajuste estacional de los relojes no resulta beneficioso. La decisión de mantener un horario constante refleja la falta de necesidad de cambiar la hora debido a la estabilidad en la luz solar.

SOBRE EL AUTOR

Bachiller en Periodismo de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Con siete años de experiencia en medios de comunicación escritos, tanto en ediciones impresas como digitales. Actualmente redacto para el Núcleo de Audiencias del Grupo El Comercio.