Millones de inmigrantes con estatus legal temen ser deportados (Foto: Freepik)
Millones de inmigrantes con estatus legal temen ser deportados (Foto: Freepik)
Pedro Bustamante

En los últimos meses, el temor y la incertidumbre han crecido entre millones de inmigrantes en Estados Unidos, incluidos aquellos que, como muchos, se consideran residentes permanentes legales. A pesar de tener la ansiada , que les garantiza el derecho a vivir y trabajar en el país, cada vez más personas se enfrentan a una ansiedad constante sobre su futuro. La razón no es otra que la creciente preocupación por las políticas migratorias bajo la administración Trump, que ha sembrado dudas sobre la seguridad de los inmigrantes, incluso aquellos que han pasado años cumpliendo las reglas.

El miedo al acoso, las redadas y las deportaciones ha tocado a muchos, incluso a aquellos que, como María en Colorado o Marina en Washington, llevan años con su tarjeta de residente permanente y tienen familias, casas y negocios en Estados Unidos. Esta sensación de inseguridad es especialmente aterradora cuando se enfrentan a decisiones cotidianas, como si deberían o no viajar al extranjero, o si sus vidas podrían dar un giro inesperado debido a errores administrativos o decisiones políticas fuera de su control. Esto y los casos específicos que sirven como ejemplos los ha apuntado en un informe especial que ahora te detallaré.

EL MIEDO DE LOS TITULARES DE LA GREEN CARD

Hace unos días, una empresaria de Colorado, que tiene la Green Card, contactó a su abogado en busca de respuestas. El motivo: el temor de ser deportada si viajaba al extranjero para una conferencia importante. A pesar de tener una tarjeta que le otorga el estatus de residente permanente, la angustia y la incertidumbre la llevaron a pedir asesoría, temiendo que, con los cambios recientes, todo podría derrumbarse de un momento a otro. Esta situación es solo un ejemplo de un fenómeno creciente entre los inmigrantes legales que, a pesar de tener los documentos correctos, viven con el temor constante de ser echados del país.

Marina Sinden, una tatuadora canadiense residente en el estado de Washington, enfrenta una situación similar. Aunque tiene la Green Card y vive una vida estable en Estados Unidos, su deseo de visitar a su familia en Canadá se ha visto empañado por un temor profundo: ¿Qué pasaría si no pudiera regresar? Esta artista de 37 años no solo teme por su futuro en el país, sino también por un error administrativo en su expediente, algo que podría poner en riesgo toda su vida aquí. “Tengo una casa aquí, un negocio físico, hijos en la escuela… y me preocupa que algo tan pequeño como un error en los papeles pueda arrebatarme todo eso”, explica con preocupación.

El estrés de Marina es difícil de comprender para quienes no han vivido la experiencia de estar bajo la constante amenaza de la deportación. Para ella, la posibilidad de perderlo todo por una falla administrativa o por un cambio de política es una carga emocional que lleva encima constantemente y que, sinceramente, a estas alturas, cualquiera de nosotros podría sentir si es que nos ponemos en sus zapatos. A nadie le gustaría dejarlo todo, incluyendo a sus seres queridos, atrás.

Lo más inquietante de todo es que este miedo no es infundado. Como explica la abogada de inmigración LaToya McBean Pompy, la creciente preocupación de sus clientes no tiene precedentes. “Nunca antes mis clientes habían tenido miedo. Hoy, lo tienen”, afirma. La situación es aún más alarmante cuando se conocen casos como el de Mahmoud Khalil, un residente permanente que fue arrestado tras ser acusado de apoyar el terrorismo por su participación en protestas estudiantiles en la Universidad de Columbia. Aunque no enfrenta cargos penales, su arresto subraya la vulnerabilidad de todos los no ciudadanos, incluso aquellos con una Green Card.

Este sentimiento de inseguridad no solo afecta a quienes temen ser detenidos dentro de Estados Unidos, sino también a aquellos que simplemente desean viajar al extranjero. Como María, quien en una conversación con su abogado en Colorado, expuso sus miedos sobre un posible viaje al exterior. A pesar de que su asesor legal le aseguró que su Green Card estaba en regla, no pudo evitar sentirse aterrada ante la posibilidad de que, por razones que escapan a su control, su regreso a casa no fuera tan sencillo como esperar. “¿Sigo teniendo miedo? Sí, definitivamente”, confesó.

Para muchos titulares de la Green Card, incluso actividades tan cotidianas como cruzar la frontera para una visita corta pueden convertirse en un acto arriesgado. Las recientes tensiones políticas, las acusaciones de “terrorismo” y las deportaciones masivas han dejado una sensación de inseguridad en el aire, exacerbando los miedos ya existentes.

Miles de oficiales de ICE han detenido a inmigrantes para su posterior deportación a sus países de origen (Foto: ICE)
Miles de oficiales de ICE han detenido a inmigrantes para su posterior deportación a sus países de origen (Foto: ICE)

UN FUTURO INCIERTO PARA LOS INMIGRANTES LEGALES

Lo que estas historias revelan es que la incertidumbre no solo afecta a los inmigrantes indocumentados, sino también a aquellos que legalmente han sido parte del tejido estadounidense durante años. Con 12.8 millones de titulares de Green Card en Estados Unidos, el temor se ha apoderado de muchas de estas personas, quienes ahora cuestionan si sus derechos están siendo erosionados lentamente. Es importante destacar que, aunque el gobierno de Estados Unidos otorga a los titulares ciertos derechos, como vivir y trabajar en el país, estos pueden ser revocados si se cometen ciertos delitos o si se consideran una amenaza para la seguridad nacional.

Los recientes comentarios de funcionarios políticos, como el vicepresidente J. D. Vance, han incrementado aún más las inquietudes entre los inmigrantes. Y es que ha declarado que los titulares de la Green Card no tienen un derecho “indefinido” de estar en el país, lo que ha provocado temor entre aquellos que no son ciudadanos pero que, hasta ahora, pensaban que su estatus estaba protegido. Como David Leopold, un abogado de inmigración, señala, este tipo de declaraciones solo profundiza la sensación de vulnerabilidad. “¿Quién será el próximo?”, se pregunta, destacando que cualquier persona que se oponga al gobierno o se involucre en actividades políticas podría verse en la mira.

Otro triste ejemplo de esto es una mujer inmigrante de Camerún, residente en el Medio Oeste de Estados Unidos, quien tuvo que tomar una decisión desgarradora cuando decidió no viajar a su país natal para asistir al funeral de su padre. El miedo a que no pudiera regresar la paralizó. “Cuando obtuve mi Green Card, pensé que todo iba a ir bien, pero ahora, con todo lo que está pasando, ya no lo sé”, comenta con tristeza. Este tipo de historias se repite una y otra vez entre los inmigrantes, quienes se ven atrapados en un sistema que, a pesar de otorgarles derechos legales, también les deja vulnerables a las decisiones políticas del momento.

Este fue el primer grupo de inmigrantes deportados en un avión militar bajo la segunda administración de Donald Trump (Foto: The White House)
Este fue el primer grupo de inmigrantes deportados en un avión militar bajo la segunda administración de Donald Trump (Foto: The White House)

EL DESEO DE UNA CIUDADANÍA MÁS SEGURA

Ante este clima de incertidumbre, muchos titulares de la Green Card están considerando solicitar la ciudadanía estadounidense como una forma de protegerse. La mayoría de los aproximadamente 13 millones de residentes permanentes legales en el país tienen derecho a la ciudadanía, pero la creciente inseguridad ha generado dudas. “Creo que habrá mucha más gente solicitando la ciudadanía de la que normalmente lo habría hecho”, afirma el abogado Charles Kuck. Sin embargo, algunas personas, como Marina, han optado por no dar ese paso, sintiendo que el sistema ya no les ofrece la bienvenida que esperaban.

El miedo a la deportación es real, y no solo afecta a los indocumentados, sino también a aquellos que han cumplido con todos los requisitos legales. Mientras algunos luchan por mantener la calma y proteger su estatus, otros están considerando alternativas como la ciudadanía o, como en el caso de Marina, incluso la posibilidad de regresar a su país de origen. Lo que está claro es que la vida de estos inmigrantes, que alguna vez pensaron que la Green Card les otorgaba una estabilidad, ha sido marcada por un constante temor a perderlo todo. Y, mientras tanto, la incertidumbre sigue acechando sus vidas, día tras día.

SOBRE EL AUTOR

Bachiller en Periodismo de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Con siete años de experiencia en medios de comunicación escritos, tanto en ediciones impresas como digitales. Actualmente redacto para el Núcleo de Audiencias del Grupo El Comercio.

Tags Relacionados: