Los especialistas recomiendan lavar las toallas con frecuencia, dejarlas secar completamente al sol y evitar compartirlas. (Foto referencial: Freepik)
Los especialistas recomiendan lavar las toallas con frecuencia, dejarlas secar completamente al sol y evitar compartirlas. (Foto referencial: Freepik)

Durante los meses calurosos, es común pasar tiempo en la playa o en la piscina, lo que implica exponerse a sal, arena, agua con cloro y sudor. Es en este contexto que pueden pasar desapercibidas como una fuente silenciosa de problemas, sobre todo para quienes tienen la piel sensible. Lo cierto es que, si no son lavadas con frecuencia, pueden empeorar condiciones como el acné o el eccema.

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La combinación de humedad, sudor, protector solar y arena crea un entorno ideal para el crecimiento de bacterias. “Las bacterias necesitan agua para crecer”, explicó el Dr. Joseph Battistelli, profesor asociado de biología en Virginia Commonwealth University, en conversación con el medio HuffPost. Por eso, dejar una toalla húmeda sin lavar durante días puede ser riesgoso para la salud.

“Una toalla que se ha usado varias veces, especialmente si ha permanecido húmeda, se convierte en un criadero de bacterias”, advirtió la dermatóloga Hannah Kopelman.

Megan Meyer, consultora en comunicación científica y doctora en microbiología, agregó que en estas toallas suelen encontrarse bacterias como Staphylococci, Micrococci, Diphtheroids (Coryneforms) y otras provenientes del agua y la arena.

Al usarlas, las toallas pueden acumular sudor, humedad y arena, lo que crea un entorno ideal para el crecimiento de bacterias. (Foto referencial: Freepik)
Al usarlas, las toallas pueden acumular sudor, humedad y arena, lo que crea un entorno ideal para el crecimiento de bacterias. (Foto referencial: Freepik)

Meyer también mencionó que la arena de playa puede contener bacterias como E. coli, enterococos, Salmonella, Campylobacter, Staphylococcus aureus y Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (MRSA).

Según Battistelli, “en condiciones ideales, las poblaciones de E. coli pueden duplicarse cada 20 minutos”, aunque en una toalla ese crecimiento sería más lento.

Algunas de estas bacterias son llamadas “patógenos oportunistas”. Como explicó Battistelli: “Son miembros nativos de nuestro microbioma cutáneo y normalmente no causan daño. Pero si estamos heridos, inmunocomprometidos o las bacterias entran en contacto con otra persona vulnerable, pueden provocar infecciones”, agregando que las toallas pueden albergar hongos y levaduras.

“He visto desde foliculitis hasta tiña en pacientes que reutilizaron toallas húmedas sin lavar, especialmente después de sudar o nadar”, comentó Kopelman. “Los hongos y bacterias prosperan en ambientes cálidos y húmedos, y una toalla enrollada puede ser justamente eso. Si tienes algún corte, rasguño por afeitado o folículo inflamado, las bacterias pueden entrar y causar una infección”.

Expertos advierten que reutilizarlas sin lavarlas con frecuencia puede causar problemas en la piel como acné, eccema o foliculitis. (Foto referencial: Freepik)
Expertos advierten que reutilizarlas sin lavarlas con frecuencia puede causar problemas en la piel como acné, eccema o foliculitis. (Foto referencial: Freepik)

Prodanovich explicó que el tipo de agua también influye: “El agua salada del mar tiende a inhibir el crecimiento bacteriano, por lo que las toallas usadas brevemente en agua salada limpia pueden mantenerse relativamente limpias. Pero los ambientes de agua dulce, como lagos o ríos, son más propensos a contener bacterias, hongos u otros microbios”.

Además, Kopelman advirtió que “si tu toalla huele a humedad, tiene textura rígida o permanece húmeda horas después de usarla, es momento de lavarla”.

Los expertos recomiendan lavarlas cada dos o tres usos, o a diario si es posible. “Yo recomendaría lavar la toalla todos los días o usar una nueva entre sesiones de playa”, dijo Battistelli.

Bacterias como E. coli, Staphylococcus aureus y hongos pueden sobrevivir en las toallas, especialmente si permanecen húmedas o enrolladas por mucho tiempo. (Foto: Skylar Kang / Pexels)
Bacterias como E. coli, Staphylococcus aureus y hongos pueden sobrevivir en las toallas, especialmente si permanecen húmedas o enrolladas por mucho tiempo. (Foto: Skylar Kang / Pexels)

Meyer, por su parte, sugiere usar toallas 100% algodón por sus propiedades antimicrobianas y permitir que se sequen al sol.

“Los rayos UV tienen efectos antimicrobianos naturales, así que extender tu toalla al sol es mejor que dejarla hecha un bollo”, concluyó Kopelman.

Cómo lavar una toalla para eliminar las bacterias

Para limpiar toallas y eliminar bacterias, lo primero que debes hacer es separarlas de otras prendas. Si están muy sucias, puedes pretratarlas en agua caliente con detergente o un desinfectante textil para retirar la suciedad y empezar la desinfección.

Lava las toallas en la lavadora usando agua caliente, ya que es esencial para matar bacterias. Añade un detergente de buena calidad y un desinfectante (lejía para blancas, o sin cloro para color). No sobrecargues la lavadora para asegurar una limpieza profunda.

Finalmente, seca las toallas completamente a alta temperatura en la secadora para eliminar bacterias restantes y evitar moho. Si secas al aire, hazlo en un lugar bien ventilado y con luz solar directa. Guárdalas solo cuando estén totalmente secas.

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