Por primera vez, las seis antenas de la Red de Espacio Profundo de la NASA en Robledo de Chavela (Madrid), llevaron a cabo una prueba para recibir datos de Voyager 1 al mismo tiempo el 20 de abril. Conocido como “arraying”, la combinación de la potencia de recepción de varias antenas permite al DSN recopilar señales muy débiles de naves espaciales lejanas, informa la NASA. Actualmente se necesita un conjunto de cinco antenas para transmitir datos científicos desde el instrumento Plasma Wave System (PWS) de la nave espacial. A medida que la Voyager se aleje aún más, se necesitarán seis antenas.
Aunque las antenas ubicadas en los tres complejos de la Red de Espacio Profundo (Goldstone en California, Canberra en Australia y Robledo-Madrid) ya se han colocado anteriormente, este es el primer caso en el que se colocan seis antenas a la vez. Madrid es el único complejo de comunicaciones del espacio profundo que cuenta actualmente con seis antenas operativas (los otros dos complejos tienen cuatro cada uno). Cada complejo consta de una antena de 70 metros y varias antenas de 34 metros.
La Voyager 1 está a más de 24.000 millones de kilómetros de distancia, por lo que su señal en la Tierra es mucho más débil que la de cualquier otra nave espacial con la que se comunique el DSN. Actualmente, la señal de la Voyager 1 tarda más de 22 horas y media en viajar desde la nave espacial a la Tierra. Para recibir mejor las comunicaciones por radio de la Voyager 1, se puede utilizar una antena grande (o un conjunto de múltiples antenas más pequeñas).
La Voyager 1 y su gemela, la Voyager 2, son las únicas naves espaciales han llegado a volar en el espacio interestelar (el espacio entre las estrellas).
La Red de Espacio Profundo permite a las misiones rastrear, enviar comandos y recibir datos científicos de naves espaciales lejanas. Con un total de 14 antenas en funcionamiento, la red admite actualmente más de 40 misiones y se espera que admita otras 40 que se lanzarán en los próximos años.
La estación de Madrid está gestionada en nombre de la NASA por el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA).
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