La demanda de mascarillas en Japón se han vuelto una prioridad del gobierno.  (Foto: EFE)
La demanda de mascarillas en Japón se han vuelto una prioridad del gobierno. (Foto: EFE)
/ FRANCK ROBICHON
Redacción EC

Las en Japón son sumamente populares, sin embargo, durante los últimos años su mayor proveedor de esta prenda ha sido China. Frente a, Japón al igual que el resto de países de todo el mundo se encontró frente a una crisis de abastecimiento de mascarillas. Pronto el país del sol naciente se acerca a hallar una solución a la alta demanda.

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Se estima que aproximadamente el 70% de las mascarillas que, hasta antes de la pandemia de COVID-19, se usaban en provenían de China. El cambio de temporada está a la vuelta de la esquina y las autoridades niponas lo saben. De cara al final del verano boreal, el gobierno empezó a otorgar subsidios a las empresas para que fabriquen mascarillas.

Este plan no es reciente. Desde febrero de este año se duplicó la producción de mascarillas en Japón. “El reciente aumento se debe a la reanudación de las importaciones, el aumento de la producción nacional y la entrada de empresas japonesas en el negocio”, anunció el Ministerio de Economía, según recogió NHK.

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Como se sabe, Sharp es una empresa que principalmente fabricaba televisores, pero en marzo decidió reorientar parte de su producción para hacer mascarillas. Para ello organizaron un centro de producción en su fábrica ubicada en Kameyama, en la prefectura de Mie.

Se proyectaron, según información de AP, a hacer 150.000 mascarillas al día para llegar al medio millón en un mes. Para abril se tuvo que replantear la forma en la que se distribuía el producto, ya que sus mascarillas se hicieron muy populares. Sharp instauró un sistema de loterías para la venta de barbijos, pero aún los sobrepasa la demanda.

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Por su parte, la firma tecnológica Donut Robot creó una "mascarilla inteligente". Se trata de un dispositivo llamado C-Mask que además de proteger a su portador, traduce lo que diga a 8 idiomas diferentes. Está hecho de plástico flexible e incluye una mascarilla común en su interior, se conecta vía bluetooth a smartphones y tablets. Saldrá a la venta en setiembre y costará US$40.

El gobierno nipón ofreció un pago de US$430 millones a tres empresas locales para la fabricación de mascarillas de tela. Está disposición se hizo en un entorno e extrema urgencia a las empresas Kowa, Itochu y Matsuoka. La iniciativa estatal se enfocaba en garantizar que cada hogar contara al menos con dos barbijos reutilizables.

Sin embargo, este proyecto no tuvo éxito. Se repartieron las mascarillas reutilizables pero en el proceso hubieron quejas por mascarillas manchadas o con moho. Por esta razón el gobierno japonés solicitó a estas compañías que endurezcan sus protocolos de inspección.

Tras esta iniciativa surgieron varios emprendimientos que buscaban apoyar con el proyecto de autoabastecimiento de mascarillas en Japón. Fue así que desde enero Sato Seni hizo barbijos lavables y antibacterianos hechos con tejido de punto de papel ‘washi'.

Japón aún se encuentra a la carrera de hacer más mascarillas. Pese a que sus cifras de COVID-19 no son las más altas del planeta, este país se prepara para una eventual segunda ola de coronavirus. Por ello apuesta fuerte por el autoabastecimiento.

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