1 / 11 Los libaneses celebran la renuncia del primer ministro Saad Hariri. (AFP / Patrick BAZ).
2 / 11 Manifestantes a favor y en contra del Gobierno pelean en el centro de Beirut. (AFP).
3 / 11 Tras la renuncia del primer ministro inmediatamente se lanzaron fuegos artificiales en Beirut, mientras los carros recorrían la ciudad haciendo sonar sus bocinas en señal de victoria. (AFP / Patrick BAZ).
4 / 11 Las fuerzas de seguridad libanesas intervienen para separar a los manifestantes en favor y en contra del Gobierno. (AFP / ANWAR AMRO).
5 / 11 Tras una revuelta popular inédita los manifestantes lograron su objetivo. Pero la ira del pueblo se dirige más globalmente al conjunto de la clase política, considerada unánimemente como incompetente y corrupta. (AFP / Anwar AMRO).
6 / 11 Un partidario de Hezbolá, a la derecha, golpea a un manifestante antigubernamental durante los enfrentamientos que surgieron en Beirut. (Foto AP / Hassan Ammar).
7 / 11 El país está prácticamente paralizado desde hace casi dos semanas debido a los bloqueos de carretera en las principales entradas de la capital, mientras bancos, escuelas y universidades están cerrados. (REUTERS/Aziz Taher).
8 / 11 Treinta años después de la guerra civil (1975-1990), la población sigue padeciendo escasez crónica de agua y electricidad. Más de una cuarta parte de la población vive por debajo del umbral de la pobreza y el país es uno de los más corruptos del mundo. (AFP / Joseph EID).
9 / 11 El 21 de octubre, el primer ministro Hariri anunció un plan de reformas que no convenció: medidas contra la corrupción, presupuesto sin nuevos impuestos, programa de privatizaciones para luchar contra el mal funcionamiento de los servicios públicos y ayudas en favor de los más desfavorecidos. (AFP / ANWAR AMRO).
10 / 11 La ira popular había estallado el 17 de octubre luego del anuncio de un impuesto sobre las llamadas telefónicas a través de WhatsApp. La rápida anulación de la medida no impidió que la revuelta llegara a todo el país. (AFP / Ibrahim CHALHOUB).
11 / 11 Manifestantes antigubernamentales libaneses celebran la renuncia del primer ministro Saad Hariri en Beirut. (AFP / Patrick BAZ).

