Redacción EC

Cuando la atleta afroestadounidense Gwen Berry vio que los responsables olímpicos de su país se solidarizaron con las manifestaciones por la muerte de a manos de un policía blanco sintió una gran indignación.

En una carta abierta a sus deportistas, la directora ejecutiva del Comité Olímpico y Paralímpico estadounidense (USOPC), Sarah Hirshland, dijo tener “un profundo sentimiento de desesperación e impotencia” ante la muerte de Floyd en Minneapolis, Minnesota, y de otros crímenes contra afroamericanos ocurridos en las últimas semanas.

Condenamos absolutamente la desigualdad sistémica que impacta desproporcionadamente a los estadounidenses negros. No tiene espacio en nuestra comunidad ni en ninguna otra [...] Está claro que no hay fuerzas tan horribles, dañinas y degradantes como el racismo y la marginación ejercidos por algunos de quienes ocupan puestos de autoridad”, escribió Hirshland.

Pero a Gwen Berry esas palabras no le sonaron bien.

Hace menos de un año, la atleta estadounidense especialista en el lanzamiento de martillo fue amonestada por protestar contra el racismo en los Juegos Panamericanos de Lima 2019.

Durante la ceremonia de entrega de medallas, la deportista 30 años, que ganó el Oro, levantó un puño mientras sonaba el himno nacional de Estados Unidos en señal de condena a la desigualdad racial en su país.

Debido a ello, Berry recibió una reprimenda de la USOPC, que le impuso un periodo de prueba de 12 meses en los que podría ser sancionada si repetía actos similares.

El esgrimista Race Imboden también protestó en Lima, en su caso hincando una rodilla en el podio. El deportista recibió la misma sanción que Berry.

En enero, el COI (Comité Olímpico International) advirtió que los atletas que protagonizaran ese tipo de protestas en los Juegos de Tokio 2020, aplazados para el 2021 por la pandemia de coronavirus, serían sancionados.

Exige disculpas

Luego de que Berry viera el pronunciamiento contra el racismo del Comité Olímpico y Paralímpico estadounidense (USOPC), le pidió a su directora ejecutiva que se disculpara con ella.

Quiero una carta de disculpa... enviada... como tú y el COI me enviaron cuando me pusieron en periodo de prueba... dejen de jugar conmigo”, pidió la atleta a Sarah Hirshland.

En una entrevista reciente con a CBC Sports desde Houston, Berry contó por qué hizo el gesto durante la premiación en Lima. “Simplemente sentí algo. No sé qué era. Cuando estaba allá arriba, sentí que algo me invadía. No puedo describirlo [...] Era como un espíritu. Me sentía diferente. Era indescriptible, pero nunca lo olvidaré ni me arrepentiré”.

Después de mi postura, perdí alrededor de $ 50,000. Afectó a mi familia y cómo puedo cuidarlos. Perdí patrocinios. Mi carrera también ha sido asesinada. O al menos están tratando de asesinarla”, afirmó.

Por estos días, Berry ha utilizado su cuenta de Twitter para protestar contra el racismo en Estados Unidos y para exigir las disculpas por haber sido sancionada.

Asimismo, diferentes figuras del deporte estadounidense han respaldado públicamente el pedido de Berry.

Gwen Berry creció en Ferguson, Missouri, donde un policía blanco disparó fatalmente a Michael Brown, de 18 años, en el 2014. El tiroteo provocó semanas de protesta y enfrentamientos violentos con la policía.

Fui a las mismas fiestas que Mike Brown. Salí con la misma gente. Fui a la misma escuela. Caminé por las mismas calles [...] Crecimos en la misma área. Eso me impactó”, dijo a CBC Sports.

Fue lo más impactante que he experimentado en mi vida y desde ese día en adelante me he convertido en rebelde, si quieres llamarlo así”.

Berry se encuentra en Houston, donde se ha unido a los manifestantes y continúa entrenando para los Juegos Olímpicos de Tokio.

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