Un informe de la auditoría de ciudad de Austin, en el estado de Texas, reveló un robo hormiga valuado en US$1,3 millones. Durante 12 años, un exempleado de la biblioteca pública de esa localidad estadounidense compró, robó y revendió tóners de impresora.
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Alrededor del mundo, uno de los insumos más costosos en las oficinas son los tóners de impresoras láser. Millones de dólares se invierten para volcar en papel textos, gráficos y documentos en general. Como encargado de contabilidad y compras de la biblioteca pública de Austin, Randall Whited vio una oportunidad jugosa para hacerse de dinero de manera ilegal.
De acuerdo con un investigación por fraude y malversación de fondos de Austin, Whited desarrolló durante 12 años un sistema para apropiarse de dinero con material y recursos institucionales. Recursos que provienen de los impuestos de los contribuyentes de dicha ciudad estadounidense.
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Según el informe de la auditoría de Austin, Whited llevó adelante una maniobra fraudulenta entre octubre de 2007 y julio de 2019. Mientras que el conglomerado de bibliotecas de esa ciudad necesitaba tóners por un total de US$ 150.000, el empleado desleal compró insumos por un valor 10 veces superior, es decir, US$ 1,5 millones.
¿En qué consistía su modus operandi? Con tarjetas de crédito corporativas, Whited compraba tóners de impresora supuestamente para la biblioteca pública. En algunas ocasiones los llevaba del depósito de la biblioteca a su auto estacionado en planta baja, en otras, directamente hacía que las entregas se hicieran en su domicilio particular.
Con los tóners en su poder, hacía un considerable stock en su casa para luego revenderlos online. Como publicó The New York Post, con las sumas recaudadas, se compraba todo tipo de elementos.
“La oficina de Empleados de la Biblioteca Pública de Austin (APL, por sus siglas en inglés) aseguró que Whited justificaba las idas al estacionamiento con el argumento que debía entregar artículos a otras sucursales. Sin embargo, APL tiene otros empleados responsables para esa tarea”, se puede leer en el informe de 72 páginas.
Whited además fue acusado de comprar artículos personales con tarjetas de crédito de la biblioteca por un valor de al menos US$ 18,000. Entre esos artículos se destacan un casco de realidad virtual, una aspiradora automática y un drone.
Desde la oficina del auditor explicaron que Whited pudo salirse con la suya dado que la biblioteca no contaba con los procedimientos adecuados para controlar gastos con tarjetas de crédito y que no siempre seguía los lineamientos establecidos. Algo que desde ahora en adelante, seguramente, cambiará.
En julio de 2019, Whited renunció a su trabajo por un tema no relacionado con los robos recientemente detectados. Desde entonces, la APL no ha logrado comunicarse con él. “Remitimos estos asuntos al Departamento de Policía de Austin, debido a la naturaleza potencialmente criminal de sus acciones”, sentencian desde la oficina del auditor de Austin.
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