En una cumbre del ALBA para coordinar los esfuerzos de la lucha contra el ébola, el presidente vitalicio de la isla más tropical del mundo –Raúl Castro– ratificó su intención de enviar dos contingentes adicionales de médicos cubanos al África. Y es que, como ya dijo la semana pasada Fidel –quien, sí, sigue vivo– en un artículo en su independiente periódico oficialista “Granma”, eso siempre ha hecho Cuba: ayudar y responder rápidamente a los pedidos de cooperación. Como también ha dicho Fidel, un país que como Cuba ha avanzado por una lucha heroica entiende el alto grado de solidaridad humana que esto requiere.
En otras noticias, más de 11 millones de cubanos celebran que Cuba, probablemente el único país que conozcan en toda su vida, les viene permitiendo cada vez más libertades. En junio, por ejemplo, se anunciaron las nuevas salas de navegación “libre” por Internet, que –aunque a un precio algo prohibitivo que equivale a una hora a cambio de la cuarta parte del salario promedio y con la desventaja de que la conexión es vigilada– son un gran avance frente a la casi imposible conexión doméstica. Parece que al régimen la solidaridad le rebalsa.