El fujimorismo ha anunciado esta semana que exigirá la anulación de los resultados para la alcaldía distrital de San Isidro al considerar que existieron serias irregularidades en el proceso electoral de dicha comuna. Desde esta tribuna celebramos que el fujimorismo no haya perdido con el paso del tiempo su histórico ímpetu de lucha por la democracia, el Estado de derecho y las elecciones libres.
Todos recordamos cómo el fujimorismo denunció la existencia de fraude en las controvertidas elecciones presidenciales del año 2000. En ese entonces, no existía prensa libre, las instituciones electorales se encontraban maniatadas, los diferentes ministerios apoyaban descaradamente el inconstitucional proyecto re-reeleccionista del entonces presidente. ¿Qué hizo el fujimorismo entonces? ¡Lo mismo que ahora! Denunciar el fraude, exigir nuevas elecciones y luchar hasta que finalmente se produjo un proceso electoral justo.
Claro que ahora la situación es otra. Hay prensa libre, organismos electorales autónomos y la irregularidad en San Isidro no pasaría de algunos cuantos con dirección de DNI equivocada. Pero igual, reconforta saber que el fujimorismo sigue siendo el espíritu moral que alimenta nuestra democracia, siempre alerta para asegurar que la voluntad del pueblo y el respeto a la legalidad democrática sean las que primen. Con partidos políticos así, uno puede dormir tranquilo por las noches.