Bajo el título de “Lo dicho y lo escrito”, el ex presidente Alan García ha presentado este lunes una obra en nueve tomos, y lo primero que sugiere la noticia es que el hombre ha hablado ya demasiado.
Con todo y todo, sin embargo, el líder aprista se las ha arreglado para decir esta semana algunas cosas más. “Hay mucha gente que llega al gobierno a enriquecerse; esa es una cosa que a mí verdaderamente me da asco”, declaró, por ejemplo, en una entrevista radial. Y la sentencia pasará sin duda a los anales de las auténticas gracias presidenciales, junto con aquella otra que Alejandro Toledo pronunció hace poco sobre el antiguo fiscal del Caso Ecoteva (“No tiene autoridad moral una persona que llega a tal nivel de alcoholismo”).
Ha trascendido, por otra parte, que, por extensa que sea, esta colección de los discursos de García no los recoge todos: algunas de sus soflamas de esa era oscura en la que creía que había que controlar precios y estatizar bancos han sido suprimidas. Pero no hay que escandalizarse por eso, pues ese tipo de maquillajes es común entre quienes preparan su salto a la posteridad: algunos atributos del ex presidente serán omitidos en este perfil de sí mismo que él está trazando para el futuro, pero de lo que no quedará duda es de que hace obras.