¿Es usted uno de los miles de candidatos que tuvo estas elecciones regionales y municipales? Acabado el proceso, compartimos con ustedes una guía práctica de cómo reaccionar frente a los resultados frente a la prensa, familia y militantes. Tome nota.
Si los electores lo beneficiaron con su voto y salió elegido, salga a declarar que esta fue una fiesta democrática, que toma el resultado con humildad (trate de no sonreír mucho cuando diga esta parte) y que convocará a sus adversarios para trabajar juntos (por más que no piense ni devolverles el saludo en la calle). ¡Disfrute el momento! La prensa no lo volverá a tratar tan bien en cuatro años.
Si los electores lo azotaron con el látigo de su indiferencia, tiene usted dos opciones. La primera, y más digna, es retirarse a sus cuarteles de invierno, callado y en solitario. La otra opción, la más divertida para el resto, es salir y tratar de justificarse: las mafias lo boicotearon, los medios no le dieron bola, la población no lo conoció.
Y recuerde lo más importante: sea cual fuere el resultado, en año y medio son las elecciones para el Congreso. Y todos sabemos que eso es lo que realmente le importa.