Doménico Fonseca

Fui dichoso por escuchar tus orgásmicos ritmos y leer tus versos, ambos concebidos por tu ilustre mente. Sería descortés de mi parte, como fanático, no dedicarte un minúsculo compendio de letras tras tu partida. Palabras de agradecimiento: me sobran. Pero quiero enfocar e inmortalizar mi gratitud y reconocimiento en dos aspectos principales explicados en la siguiente columna.

Primero, la divinidad y precisión en tus estrofas. Es un hecho que la mayoría de música tienen fundamento en la realidad. La mayoría de veces, en las experiencias propias del compositor. Como fanático, me atrevo a decir que Pedro tuvo un don en esto. Su habilidad para retratar la sustantividad y convertirlo en musicalidad fue sorprendente.

Como ejemplo (solo uno, pues se tienen muchísimos más casos, como para escribir una novela), nos remitimos a la canción, Buscando Razón (2004). En el coro de esta obra maestra, Pedrito lanza una verdad: “Buscando razón, perdí la razón. Perdí la razón”. A priori y haciendo una lectura literal del verso, pareciera una contradicción. No tiene lógica alguna. Cómo al buscar X, terminarás perdiendo X… No obstante, haciendo un análisis más profundo, es evidente lo que Pedrito quiso decirnos: mientras más te preocupas buscando y dándole sentido a las cosas, es más probable que no logres entender ese sentido.

Para las personas que suelen sobre pensar, hacerse nudos, generar escenarios inexistentes; maquinar esta aseveración: te genera una paz inimaginable. Gracias por ayudarme con mi ansiedad, Pedrito.

Segundo, tu osadía al escribir. La cuenta de Instagram de Pedro, es un abanico de escritos políticamente incorrectos. Y, a pesar que muchos pueden estar en contra de sus opiniones, sus palabras siempre han sido sinceras. En un mundo y época donde se utilizan las redes sociales para transmitir una imagen distorsionada de nosotros mismos, contar con alguien franco, sin miedo a las críticas o haters y espontáneo; se debe aplaudir. Pedro no se puso la máscara que muchos influencers utilizan hoy en día simplemente por un miserable like más.

Para las personas que les cuesta expresarse, se sienten reprimidos, tienen miedo al qué dirán; ser testigo de cómo alguien dice lo que piensa sin pelos en la lengua: te genera confianza. Gracias por darme valor para escribir, Pedrito.

Para terminar, me parece curioso resaltar la fecha: 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes. Creo que nosotros, como fans, estamos siendo muy inocentes al pensar que en realidad el genio del rock peruano ha muerto. Sabemos muy bien que su voz y publicaciones perdurarán en el tiempo; serán parte de nuestra historia; y, continuarán deleitando a futuras generaciones.

Vuela alto, Pedrito.

Doménico Fonseca es estudiante de Derecho de la Universidad de Lima