Violeta Bermúdez ante el Congreso: ¿Qué es el voto de confianza y cómo les fue a otros Gabinetes?

Bermúdez, quien juró como jefa del Gabinete el 18 de noviembre, ha ido reuniéndose por estos días con las bancadas parlamentarias para presentarse y escuchar a cada legislador. Con estas citas previas, la expectativa es, finalmente, obtener el respaldo en su cargo. De momento, algunos bloques ya han oficializado su posición de otorgarle la confianza, pero la mayoría ha señalado que primero escuchará su ponencia.

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“Mi objetivo [tras las reuniones con las bancadas], obviamente, es obtener la confianza. Pero me parece que, para eso, algo fundamental es que me conozcan y que conozcan los encargos que tengo del presidente. Espero que la confianza la expresen el día que corresponda”, comentó la primera ministra a El Comercio el sábado.

Por mandato constitucional, todos los jefes de Gabinetes entrantes deben solicitar el voto a su investidura. El artículo 130 de la Constitución Política establece que este pedido se plantea en un plazo no mayor de 30 días desde la asunción en el cargo. Para esta presentación, el primer ministro o la primera ministra debe asistir al Pleno en compañía de su equipo.

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La Carta Magna exige que, en su presentación, el presidente o la presidenta del Consejo de Ministros exponga y debata “la política general del Gobierno y las principales medidas que requiere su gestión”.

La abogada constitucionalista Gabriela Oporto Patroni señala que el objetivo de someter al voto la investidura o confianza de un Gabinete ante el Congreso es el de encontrar balances y acuerdos entre ambos poderes.

“Es un mecanismo ciertamente constitucional pero también altamente político. Se busca, principalmente, que las relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo no se tensen ni se traben. Digamos que el voto de confianza, cuando es favorable, se traduce en la manifestación de que el Congreso está conforme con las políticas que plantea el Gobierno a través de su presidente del Consejo de Ministros. A pesar de que son fuerzas políticas y poderes diferentes, tienen una interrelación que no sobrevive sin entendimientos, acuerdos y respaldo”, refiere Oporto.

La especialista añade un ejemplo: “Si el Ejecutivo obtiene el voto de confianza y, como parte de su exposición, había anunciado que necesitará facultades legislativas para alguna materia específica, por una cuestión de coherencia con su voto, el Congreso debería otorgar estas facultades posteriormente”.

El abogado, también constitucionalista, Rafael Sánchez Ríos explica que el pedido de confianza al Congreso es una clara característica de los gobiernos parlamentarios. Aunque la estructura política peruana corresponde con un modelo semipresidencialista, comparte ciertas figuras con sistemas parlamentarios. En este caso, la solicitud de la investidura es una de esas coincidencias.

“El Perú tiene un régimen semipresidencialista o de presidencialismo moderado, en el cual el Poder Ejecutivo tiene mucha prevalencia. Sin embargo, constitucionalmente, se han incorporado algunos mecanismos propios de un sistema parlamentario. Lo que representa el voto de investidura es, básicamente, una ratificación hacia las designaciones ministeriales que ha efectuado el presidente de la República para la implementación de sus políticas de Gobierno”, refiere Sánchez.

De acuerdo con el artículo 82 del Reglamento del Congreso, que alude a esta disposición constitucional, el Pleno debe debatir y votar la solicitud de investidura “en la misma sesión o en la siguiente”. La votación no requiere de mayoría especial, sino de mayoría simple (mitad más uno). Por tanto, como dicta el artículo 52 del mismo reglamento, el Pleno procede a votar con la cantidad de congresistas hábiles y presentes en el momento, siempre que exista el quórum.

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¿Cómo le iría a Violeta Bermúdez en el Congreso?

De las once bancadas del Congreso de la República, solo tres habían definido y anunciado oficialmente que votarían a favor de la investidura del Gabinete Bermúdez. Estas eran: Alianza para el Progreso, Podemos Perú y Somos Perú. El Partido Morado también votaría a favor.

No obstante, el último miércoles, la bancada Podemos Perú modificó su postura. Su vocero, Arón Espinoza, indicó que ahora votarán “a conciencia”.

Tras ello, Bermúdez tendría solo asegurado el apoyo de 34 legisladores.

Para la politóloga Katherine Zegarra Díaz, el escenario de un rechazo a la investidura del Gabinete Bermúdez resulta muy improbable. Esto, porque -con la pasada crisis política- se han acumulado situaciones que ponen bajo presión al propio Parlamento.

Además, señala que, históricamente, salvo contadas excepciones, el primer Gabinete de un mandatario siempre llega a recibir la confianza.

“La primera vez en que un presidente presenta a su Gabinete, el resultado en el Congreso tiende a ser positivo. En el caso del Gabinete Bermúdez, es muy probable que no se tengan problemas para obtener la confianza. El contexto, además, es particular porque estamos ante un Congreso que ahora está especialmente deslegitimado”, indicó.

Por otro lado, prosiguió, la figura que, de momento, tiene el Gobierno con Francisco Sagasti como presidente es de conciliación, que no genera anticuerpos masivos. “Considero que existe una presión hacia el Congreso para que no se vuelva a producir otra crisis política, que es lo que finalmente ocurre cuando se rechaza a un Gabinete”, añadió Zegarra a este Diario.

La especialista añade que una decisión por la caída del Gabinete Bermúdez sería, a estas alturas, bastante impopular. “Hemos visto que la ciudadanía y su opinión sobre las instituciones han recobrado un peso que antes no tenían para los políticos. Antes, podíamos ver a los parlamentarios moverse solo a través de las reglas de juego institucional. Luego de lo ocurrido en estas semanas, se puede advertir mayor conciencia de que existe una ciudadanía vigilante”.

El voto a la investidura no tiene segundas oportunidades. Una vez que se rechaza por mayoría simple, tanto el jefe del Gabinete como sus ministros están obligados a dimitir. El artículo 133 de la Constitución llama a esta etapa “crisis total del Gabinete”. Es la misma crisis que se produce cuando el primer ministro renuncia, es censurado por el Congreso o removido por el presidente de la República.

“Cuando el Gabinete es rechazado, todos los ministros ponen sus cargos a disposición y el presidente de la República está en la obligación de nombrar uno nuevo. La Constitución no impide que se designe a los mismos ministros anteriores en los sectores que dejaron o en otros, pero el único que tiene la imposibilidad total de ser reasignado en el mismo puesto es el presidente del Consejo de Ministros”, acota el constitucionalista Rafael Sánchez.

Los pedidos de confianza

El pedido de confianza puede ser presentado en dos escenarios diferentes. El primero, previsto en el artículo 130 de la Constitución, es el de la investidura de un nuevo Gabinete, que es el caso de Violeta Bermúdez. El segundo, previsto en el artículo 132, tiene que ver con la defensa de alguna política de Gobierno. Para ambos escenarios, el efecto de crisis total por el rechazo es el mismo.

La constitucionalista Gabriela Oporto explica la coincidencia de fondo sobre la cuestión de confianza cuando es planteada en uno u otro escenario. “Son mecanismos similares en el sentido de que la naturaleza es pedir compromiso del Congreso frente a la ejecución de la política general del Gobierno. En el primer caso, que es el de Bermúdez actualmente, esto se garantiza con la permanencia y estabilidad del Gabinete”.

El artículo 134 de la Constitución está referido a la negativa de la confianza a dos Consejos de Ministros en un mismo periodo presidencial. En ese caso, la Constitución faculta al presidente a decidir si disuelve el Congreso, tal y como ocurrió en setiembre de 2019. No obstante, esta facultad se pierde si el Gobierno se encuentra en el último año de su mandato, como sucede ahora.

¿Cómo les fue a anteriores Gabinetes?

En los últimos cuatro años, el único primer ministro que no obtuvo el voto de investidura del Congreso es Pedro Cateriano. Luego de solo 20 días en el cargo, se vio forzado a renunciar el 6 de agosto de 2020.

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En el caso de Ántero Flores-Aráoz, quien juró como jefe del Gabinete de Manuel Merino el 11 de noviembre de 2020, la presentación por la confianza no llegó a realizarse.

En otros casos, primeros ministros sometieron a cuestión de confianza diferentes temas y también fueron rechazados. Sucedió con Fernando Zavala el 2017 y Salvador del Solar el 2019.

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