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El primer semestre de este gobierno se ha visto marcado por designaciones cuestionadas y múltiples cambios ministeriales. A ello se le suma la poca capacidad que ha tenido el Ejecutivo para impulsar su agenda a través del Congreso. En todo este tiempo, solo cuatro de las 22 propuestas legislativas relevantes de Pedro Castillo han sido aprobadas en el pleno.
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A primera vista, podría parecer que el gobierno ha presentado un elevado número de iniciativas (83) en comparación con otros presidentes [ver gráfica a continuación]. Sin embargo, como explica el profesor de la facultad de derecho de la PUCP Heber Joel Campos, “tener un Ejecutivo muy proactivo no supone de entrada una señal positiva. Muchos de estos proyectos pueden ser simbólicos o de mera gestión administrativa, como los acuerdos internacionales”.
El análisis de los proyectos de ley relevantes en cada periodo muestra otra realidad: que este gobierno mantiene una baja aprobación legislativa, con tan solo 4 normas aprobadas en el pleno.
“La cifra del 18% se acerca al porcentaje que tenía Vizcarra, pero éste último estaba en un escenario en el que era comprensible porque llega sin respaldo en el Parlamento [donde el oficialismo contaba con solo 12 curules]”, agrega Campos.
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*Se considera iniciativas relevantes todas las que no sean sobre leyes declarativas, acuerdos internacionales, ingreso de tropa extranjera, viajes del presidente, creación de distritos o leyes de presupuesto. Estas son excluidas porque suelen aprobarse sin mayor debate u oposición.
Voluntad política
Estas cifras responden al desorden y la falta de coordinación presente en los altos cargos del gobierno, según coinciden los analistas.
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Como explica Kathy Zegarra, politóloga especialista en temas parlamentarios, los proyectos de ley no se aprueban por arte de magia, y requieren un constante seguimiento e impulso por actores del gobierno.
Para ello, el Ejecutivo cuenta con una caja de herramientas que lo puede ayudar a incrementar su éxito, pero no se han visto suficientes esfuerzos para activarla. Uno de los recursos disponibles es el carácter de urgencia, que obligaría al Congreso a priorizar el tema en su agenda.
“Si es que no hay un norte en el gobierno, será más complicado que se haga un esfuerzo de parte de los ministerios para promover proyectos de ley y que estos sean exitosos”, comenta Zegarra.
Por su parte, Heber Joel Campos resalta la falta de iniciativa del gobierno para acercarse a las bancadas, más allá de Perú Libre y, en su momento, Juntos por el Perú. Esto, según indica, genera problemas de gestión, pero también de gobernabilidad en el mediano plazo.
“Por lo general, cuando el Ejecutivo tiene la necesidad de sacar adelante una iniciativa, pone todo su esfuerzo para tender puentes con bancadas opositoras para ver de qué modo pueden contar con su respaldo. Me da la impresión que en eso el gobierno ha fracasado”, comenta el profesor de derecho parlamentario.
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Nuevo gabinete
El tercer gabinete de este periodo ha generado rechazo multipartidario, y tampoco parece representar una oportunidad para que el gobierno mejore sus cifras de leyes aprobadas.
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Las únicas cuatro leyes de Castillo con acogida en el pleno fueron impulsadas por tres ministros que no volvieron a juramentar el pasado 2 de febrero con el Gabinete de Héctor Valer: Francke (MEF), Durand (MIMP) y González (MINEM). Retirar a los ministros que tuvieron mayor éxito en su acercamiento a las bancadas puede significar un costo no previsto para la agenda del gobierno.
A pesar de no conseguir la totalidad de su pedido, el exministro Pedro Francke (MEF) logró recibir facultades legislativas para iniciar la reforma tributaria del gobierno. Por su parte, la exministra Anahí Durand (MIMP) impulsó la promulgación de dos leyes referidas a la protección de menores huérfanos o en abandono.
Los funcionarios del Ejecutivo encargados de dicho acercamiento suelen ser los mismos ministros y su personal de confianza, como recuerda Campos.
“La influencia del ministro es fundamental. Si es un ministro que no tiene esta capacidad de relacionamiento, independientemente de lo plausibles que puedan ser sus iniciativas, difícilmente van a ser priorizadas en el debate de comisiones o en el pleno”, explica.
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Sumado a ello, la constante inestabilidad en distintas carteras dificulta un trabajo articulado y sostenido que permita impulsar las iniciativas de Castillo. Según Kathy Zegarra, los cambios ministeriales pueden impedir que el Ejecutivo presente nuevos proyectos de ley en el futuro cercano, ya que estos requieren una importante inversión de tiempo de estudio y análisis técnico.
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