Un chef español, Andoni Luis Aduriz, decía que para cocinar necesitaba incorporar todo lo que había vivido, viajado, comido, amado. Heine Herold también abraza esta filosofía en su cocina: sus recuerdos, su interés por la arquitectura, sus paseos por el mercado con la abuela y más experiencias forman parte de su estilo y lo enriquecen.
“Mi personalidad también es así. Voy pellizcando cositas de todos lados para pensar en llevarlas a la cocina. Todo es enriquecedor [...] Yo lo incorporo [la filosofía de Aduriz]. Cuando tú vienes al restaurante, vas a probar un poco de cómo soy yo. Tremendista, inestable, generoso, buena onda”, comenta sentado en su nuevo hogar Melange.
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SABORES DE AQUÍ Y DE ALLÁ
Como su nombre propone, es una mezcla: cocina confort de autor (más tirado al lado peruano) con toques mediterráneos y mucho jugueteo. “Tenemos que ser únicos en lo que hacemos. Por eso, todos nuestros platos tienen una vuelta de tuerca sin perder la esencia. Son clásicos que interpretamos y tratamos de llevarlos a su mejor nivel”, explica Heine, quien quiere que la gente llegue al restaurante, sobre todo, a pasarla bien.
Así, la carta pasa por una causa (de cangrejo con langostinos) con apariencia de red velvet [el color se debe a las beterragas en la masa]; sando de rabo de toro (sánguche de origen japonés, en su versión relleno de rabo estofado en cerveza negra y con frambuesas encima); conchas bistró (con conchas XL de Paracas, una mantequilla trabajada en casa y parmesano de 24 meses); ravioli di zucca (al platillo italiano le suman el toque italiano con un relleno de locro (macre, loche y ricotta); pesca pil pil (su origen vasco se fusiona con el peruano al añadir leche de tigre y arroz alverjado lambayecano); el asado de tira bourguignon, entre otros deliciosos platos.
EXPERIENCIAS MELANGE
“Yo tengo un trillón de defectos, pero una de las pocas virtudes que tengo es que puedo generar ideas de la nada. Tal vez ese es mi mayor talento gastronómico”, apunta Heine Herold. De esas ideas, nació en el pasado Catalina 555 y la pollería Pollos Guapos. Y hoy, esa creatividad y experimentación es algo que inculca en el equipo de Melange. Asegura que no hay límites al momento de aportar ideas (incluso las más locas), pero el proceso creativo debe ser ordenado.
De allí, van saliendo las nuevas experiencias del restaurante que inician el 31 de marzo con el primer brunch dominical. Esta vez, enfocado en Semana Santa con una propuesta de raw bar además de otros platillos como huevos estrellados (a su estilo).
También se le ocurren experiencias según el perfil del público: para el conocedor del pisco, para el adicto al café, para el amante de las tapas, para los wine lovers, etc. “La idea es que el cliente se sorprenda cada vez que venga. Estamos diseñando experiencias de diferentes tipos para darle un plus al cliente. Por ejemplo, haremos un menú degustación de tapas maridadas y eventos en la terraza con DJ para el que le guste algo más fiestero”, adelanta Heine.
Además, en abril arrancará el after office en la terraza (desde las 5:30 p.m.) y empezarán a atender de lunes a domingo para atender al público corporativo de los alrededores.
NUEVA CARTA, MUCHO JUEGO
En junio, lanzarán una nueva carta con la que seguirán los jugueteos e interpretaciones. Entre los adelantos, nos anuncian una causa crêpe Suzette. Sí, una causa de pulpo, cangrejo y langostinos, cuya masa se doblará como una crêpe. También le están dando vueltas a una suerte de alfajor de arroz con mariscos con cangrejo. La creatividad abunda en este generoso y divertido espacio.
Horario: Martes a sábado, de 12:30 m. a 4 p.m. / 7 a 11 p.m. Dom: 12:30 m. a 5 p.m. En abril, empezarán a abrir los lunes.
Dirección: Av. Santa Cruz 381, Semisótano - Miraflores.
Reservas: 908 810 814
IG: @melange.restaurante
La misma mezcla y jugueteo de la cocina se aplica en la barra. Uno de los cocteles de la casa es el ‘Paradise Negroni’ que lleva gin (pasado por una técnica de infusionado en coco y luego en piel de piña), bitter bianco y vermut blanco. Así, conseguimos un trago de color blanco, refrescante y tropical; un hibrido entre piña colada y negroni.
También está el ‘Dirty Collins’, favorito de Heine, a medio camino entre Tom Collins, dirty martini y un sauvignon blanc. Para traer al día al clásico Tom Collins, al gin le añadieron Matacuy y vermouth dejándonos un coctel refrescante, con ciertas notas que nos remiten a un vino blanco.
Hablando de vinos, en su carta tienen 35 variadas etiquetas: peruanas, chilenas, argentinas, estadounidenses, australianas, y más. “Nuestra botella más cara cuesta S/. 250, puedes tomarte una botella desde S/.80 y puedes copear por S/. 20”, indica el chef.
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