Sin pepinillos ni tomate. Con extra de queso. ¿Puede ser en un pan sin gluten? No me gusta la carne de res, ¿habrá algo con pollo? Prefiero los camotes a las papas. ¿Qué tal una salsita de aceitunas? ¿O una porción de palta? ¿O cebolla crocante? A veces los peruanos somos algo peculiares con nuestros gustos (razones tenemos) y no siempre logramos encontrar el bocado perfecto. Una iniciativa hamburguesera propone resolver esa eterna problemática con una solución bastante simple: hágalo usted mismo.
La Vikinga empezó operaciones en enero de 2020. Dos meses más tarde el Perú entró en cuarentena. No tenían previsto trabajar en un mundo de pandemia -nadie, en realidad- pero tuvieron la astucia (o la suerte) de apostar por el formato de dark kitchen o cocina oculta. Todo se elabora desde cero en un taller y se distribuye directamente a las casas. Una gran estrategia en el año más importante para el delivery.
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Detrás del concepto se encuentra el cocinero Diego Muñoz, quien dedicó buena parte del 2020 a comandar la Casa de Todos (espacio donde se brindaba ayuda y alimento a los más desamparados durante los primeros meses de la pandemia) y que, además, está por estrenar una propuesta gastronómica integral en un famoso hotel de Nueva York. Aquí todos los detalles, mordisco a mordisco.
La Vikinga llegó a Muñoz a través de un amigo. “Al inicio solo fue una lluvia de ideas, pero terminé involucrándome de lleno”, cuenta desde Nueva York. “Lo que me gusta de este concepto es que es súper versátil, pero con productos de calidad. Puedes armar tu hamburguesa como quieras. Tenemos, por ejemplo, cuatro tipos de panes (uno de ellos sin gluten, hecho con mashua); hamburguesas angus de 80 gramos por si quieres comer más de una. Queso cheddar, mozzarella, edam… le vas agregando lo que a ti te provoque”, indica el cocinero.
Una ecuación armada por el equipo de La Vikinga arroja que el menú permite hasta 300 mil combinaciones posibles. No hemos podido confirmarlo aún -quizá no alcance la vida- pero sin duda es una carta extensa. Hay 18 toppings que incluyen desde pepinillos encurtidos, huevo frito o tocino ahumado, hasta piña caramelizada o plátano frito. Eso sin mencionar las ocho salsas para las cuatro clases de complementos (camotes, dos tipos de papas, y nuggets de pollo) que redondean el pedido. Sobre gustos y colores no han escrito los autores y aquí, definitivamente, el límite lo pone cada comensal.
“Definitivamente es un proceso un poco más largo de decisión, pero es una libertad absoluta. Acá en vez de sacar, le pones. Y además está la posibilidad de que cada uno sea el artífice de su propio bocado, sus propios sabores”, finaliza el chef peruano.
En Lima, La Vikinga sigue conquistando paladares con sus sabores potentes y sus tamaños impactantes. ¿Te animas a probarla?
Más información:
Instragram: @lavikingaburger
Pedidos: https://linktr.ee/LAVIKINGA
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