Una serie de amenazas está poniendo en riesgo al pueblo indígena en aislamiento de la Reserva Indígena Kakataibo Norte y Sur, área que apenas tiene 20 meses de creada, luego de pasar por un periodo de espera de más de dos décadas.
En el último mes, monitores ambientales de las comunidades nativas kakataibo, que rodean el área natural protegida, señalaron que encontraron dentro de los límites de la reserva cultivos ilegales de coca y pozas de maceración. El hallazgo se dio durante uno de los recorridos habituales que realizan por su territorio para vigilar sus bosques. Ese día, incluso, según narró uno de los monitores a Mongabay Latam, fueron amenazados por un grupo de invasores que traspasó el límite de la reserva.
Esas no son las únicas amenazas. A través de imágenes satelitales, las organizaciones indígenas que monitorean el territorio kakataibo, incluida la reserva indígena, detectaron por primera vez desde la creación de la reserva, la presencia de pistas de aterrizaje clandestinas.
Mediante el monitoreo satelital también se han encontrado caminos forestales no autorizados, uno de ellos incluso cruza todo el sector sur de la reserva indígena.
“Ya no se puede soportar más. Este territorio sigue siendo invadido, entonces, cómo vamos a protegerlo”, dice Herlin Odicio, presidente de la Federación Nativa de Comunidades Kacataibos (Fenacoka), una de las organizaciones indígenas que ha acudido a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para solicitar la adopción de medidas cautelares contra el Estado peruano de manera inmediata, debido a la urgencia y gravedad de los hechos.
El 21 de marzo de 2023, la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), la Organización Regional Aidesep Ucayali (ORAU) y Fenacoka presentaron una carta ante la CIDH en la que indican que “el Pueblo Indígena en Aislamiento (PIA) Kakataibo, que habita en y alrededor de la Reserva Indígena Kakataibo Norte y Sur en la Amazonía peruana, enfrenta violaciones y amenazas inminentes a su vida y su salud como consecuencia de las invasiones masivas de su territorio de supervivencia, la deforestación asociada a cultivos ilícitos, construcción y uso de caminos forestales ilegales y pistas de aterrizaje clandestinas dentro de la mencionada reserva indígena”.
La Reserva Indígena Kakataibo Norte y Sur se ubica entre las regiones Loreto, Ucayali y Huánuco, sobre un territorio de 148 996 hectáreas y fue declarada por decreto supremo del Ministerio de Cultura el 21 de julio de 2021.
Un llamado internacional urgente
“Encontraron varias personas que los amenazaron. Lo hemos reportado, pero no se está actuando. Incluso, hace más de tres meses también se reportó tala ilegal dentro de la zona, pero nadie se ha pronunciado, por eso se tenía que hacer público lo que está sucediendo”, señala Odicio sobre la carta enviada a la CIDH.
En el documento enviado al organismo internacional se detalla lo que está ocurriendo dentro de la reserva y se presentan mapas que muestran cada una de estas amenazas, así como imágenes satelitales obtenidas a través de Geobosques, plataforma de monitoreo satelital del Estado peruano, y de la plataforma Global Forest Watch (GFW).
Una revisión de la plataforma Global Forest Watch permite observar las dos pistas de aterrizaje clandestinas que han sido ubicadas en la Reserva Indígena Kakataibo Norte y Sur. En la zona norte, se visualiza un trazo recto de bosque deforestado en medio de una zona completamente cubierta de vegetación. En el caso del sector sur, que corresponde a una pista de aterrizaje clandestina ubicada en el límite de la reserva con la comunidad Unipacuyacu, el trazo es menos visible pues está rodeado de zonas deforestadas.
Las pista ubicada en el sector norte fue detectada por primera vez en mayo de 2022, casi un año después de la creación de la reserva; mientras que la pista ubicada en el sector sur fue encontrada en enero de 2023. Estos hallazgos, así como la presencia de otras dos pistas que se han abierto fuera de la reserva, en la comunidad nativa Puerto Azul, fueron reportados al Ministerio de Cultura.
Consultado sobre este tema, el Ministerio de Cultura confirmó la presencia de las pistas clandestinas. A través de una comunicación escrita enviada a Mongabay Latam, el sector Cultura indicó que “como parte de nuestras actividades de monitoreo y patrullaje, hemos tomado conocimiento de actividades que podrían poner en riesgo la vida, salud e integridad de los pueblos indígenas en aislamiento Kakataibo, como el cultivo ilegal de hoja de coca, rastros de pistas de aterrizaje clandestina, invasiones por parte de terceros”.
El Ministerio de Cultura también indicó que monitorea las amenazas identificadas dentro la reserva y que ha informado a los sectores competentes para que se adopten medidas preventivas y correctivas que permitan garantizar la protección de los pueblos aislados.
El informe enviado a la CIDH también incluye imágenes satelitales del camino forestal que cruza la zona sur de la reserva indígena y la deforestación alrededor de esta vía. Además, se indica que el 17 de marzo de 2023 representantes de ORAU y de la Gerencia Regional Forestal del Gobierno Regional de Ucayali realizaron un sobrevuelo para monitorear el área colindante con la reserva indígena. Durante el recorrido, constataron la deforestación masiva alrededor de la reserva y la presencia de cultivos ilícitos de coca que se están expandiendo.
“La invasión masiva de la Reserva Indígena Kakataibo Norte y Sur, la deforestación ilegal, expansión de campos de cultivos ilícitos, construcción y uso de caminos forestales ilegales, tala ilegal, pistas de aterrizaje clandestinas y actividades de narcotráfico que se realizan en plena Reserva Indígena Kakataibo Norte y Sur, colocan en riesgo de muerte y extinción sociocultural a los Pueblos Indígenas en Aislamiento Kakataibo”, se señala el documento enviado al organismo internacional.
La antropóloga Beatriz Huertas, especializada en pueblos indígenas, señala que en la Reserva Indígena Kakataibo Sur y Norte “existe un riesgo inminente contra la vida, la salud y la integridad de los pueblos en aislamiento”. Cuando existe esa situación de amenaza para la vida —agrega Huertas—, la Comisión Interamericana puede instar al gobierno a adoptar medidas cautelares para evitar que se logre consumar un atentado contra la vida e integridad de las personas.
Huertas menciona que conoce la zona norte de la reserva indígena, pues entre los años 2010 y 2011 formó parte del equipo que realizó el diagnóstico para determinar la presencia del pueblo en aislamiento. “Encontramos que había concesiones forestales en la zona norte. Allí los madereros se encontraban con los aislados y muchos de los testimonios que recogimos provenían de ellos”. Además, Huertas recuerda que en ese momento reportaron la presencia de un camino forestal, por lo tanto, desde esa época existía preocupación por todas estas amenazas.
En el caso del sector sur, la antropóloga comenta que se trata de una zona que colinda con las comunidades nativas Unipacuyacu, Puerto Nuevo, Puerto Azul y Santa Martha, lugares en los que, en los últimos tres años, han ocurrido varios asesinatos de líderes indígenas y en donde, además, se está extendiendo las invasiones y el narcotráfico. “Desde hace tiempo existen esas amenazas y, al parecer, se están agravando. La presencia de madereros en las concesiones forestales y del narcotráfico es peligrosísima”.
Miguel Macedo, Coordinador del Área de Políticas Públicas y Gestión de los Bienes Comunes del Instituto del Bien Común (IBC), dice que se trata de una zona con muchas presiones. “El nivel de amenazas en el territorio Kakataibo ha sido un tema muy fuerte desde hace tiempo. Y una zona tan amenazada como esta, con invasiones y tantos problemas, no se soluciona rápidamente”.
Macedo agrega que el Ministerio de Cultura es el ente rector para las reservas indígenas, pero que, según la legislación, la responsabilidad está dividida en diferentes sectores, “atomizando la posibilidad de hacer una defensa más efectiva, pues la norma esta hecha para que la protección sea coordinada e intersectorial y menos eficiente que, por ejemplo, para las áreas naturales protegidas”.
El Ministerio de Cultura indicó a Mongabay Latam que tras la aprobación del Plan de Protección de la reserva se instalaron tres comités de gestión en los sectores de Ucayali, Huánuco y Loreto para ejecutar acciones orientadas al control territorial, el fortalecimiento del cordón sanitario y de las capacidades de todos los actores en el ámbito de la reserva.
Un territorio amenazado
En el pedido que se ha hecho a la CIDH se detalla también que el pueblo Kakataibo en aislamiento carece de defensas inmunológicas para combatir enfermedades externas. Además, el territorio de supervivencia del pueblo indígena en aislamiento Kakataibo se encuentra invadido por agentes externos y actores ilegales cuya presencia representa un grave riesgo de contactos forzados y subsecuente transmisión de enfermedades.
“Debido al hecho de que gran parte de los invasores de la Reserva Indígena Kakataibo Norte y Sur se dedican a actividades ilícitas —tala ilegal y narcotráfico—, existe el riesgo latente de que estas personas puedan asesinar y masacrar a los indígenas en aislamiento, lo que ha sucedido en innumerables otras ocasiones en la Amazonía peruana”, se indica en el documento.
Otro de los riesgos mencionados en la solicitud de medidas cautelares, y que se puede observar en los mapas elaborados por las organizaciones indígenas, es la presencia de un camino forestal dentro del sector sur. “Durante los años 2021, 2022 y 2023, se construyó un nuevo camino forestal ilegal que atraviesa y corta en dos la Reserva Indígena Kakataibo Sur. Dicho camino forestal ilegal facilita las actividades ilícitas de tala ilegal dentro del área de la reserva”, se explica en el documento. Además, se cuestiona la presencia de dos concesiones forestales maderables que se superponen a la reserva indígena en los que existe deforestación y presencia de cultivos ilícitos.
“Los indígenas kakataibo se refugiaban en el área de lo que ahora es la zona sur de la reserva que antes era mucho más extensa, pero que ya fue colonizada. Es el refugio histórico de los Kakataibo, zonas de colinas con pocos recursos para la alimentación. Por ello necesitan desplazarse hacia las comunidades nativas del pueblo kakataibo para abastecerse de alimentos, pero el problema es que estas comunidades ahora están afectadas por el narcotráfico y los cultivos ilegales de coca”, explica Huertas.
En efecto, las comunidades Santa Rosa, Yamino y Mariscal Cáceres, colindantes con el sector norte de la reserva, así como las comunidades Puerto Azul, Puerto Nuevo, Sinchi Roca, Unipacuyacu y Santa Martha, adyacentes a la zona sur, están cercadas por las invasiones y el narcotráfico.
Los casos de asesinatos y amenazas a líderes indígenas en estas comunidades kakataibo, así como las invasiones y la presencia de cultivos de coca y narcotráfico han sido abordados en varias oportunidades por Mongabay Latam.
Luis Hallazi, consultor en incidencia sobre territorios indígenas del Instituto del Bien Común (IBC), menciona que la comunidad de Sinchi Roca, por ejemplo, tiene un serio problema con la invasión de aproximadamente 400 colonos dispersos en su territorio. “El papel de los gobiernos regionales con respecto a la defensa de las comunidades nativas es poco asertivo. En el caso de Sinchi Roca que está titulada y georreferenciada, falta el linderamiento en los lugares donde están las invasiones que, además, son los mismos que siembran coca y tienen los pozos de maceración”, dice Hallazi. “Una situación similar sucede en Puerto Nuevo y en Unipacuyacu”.
En el caso de Unipacuyacu, se trata de una comunidad que lleva más de tres décadas esperando que se concrete la titulación del territorio y que, pese a que el gobierno anunció en julio de 2022 que tomaría acciones en favor de la titulación, hasta ahora no se ha concretado. “No existe una voluntad de los gobiernos regionales para que se lleve adelante la titulación. Es desgastante para las comunidades porque no ha habido ninguna acción para llevar a cabo este proceso, todo lo contrario, se accede a las presiones de los caleros. Y esto ha empezado a afectar a la Reservas Indígenas Kakataibo Norte y Sur”.
El mensaje concreto es que el narcotráfico sigue avanzando en territorios de las comunidades nativas —agrega Hallazi— y ahora está afectando a las reservas indígenas, mientras que las las reacciones de las autoridades tanto nacionales como regionales es dubitativa, no es firme ni clara y, en muchos casos, incluso es cómplice por ceder a esas presiones y generar más conflictos.
Sobre la presencia de caminos forestales, el Ministerio de Cultura indica que como parte de los monitoreos del sistema de control y vigilancia en los territorios de los pueblos en aislamiento se identificaron trochas carrozables clandestinas, información que se envió a los sectores de los tres niveles de gobierno responsables de las reservas indígenas. “Las actividades ilícitas afectan de manera directa a los pueblos indígenas, especialmente a los PIACI, y nos interpela constantemente a mantener las alertas y trabajar como Estado en su erradicación”.
* Imagen principal: Una pista de aterrizaje clandestina en la Reserva Indígena Kakataibo. Foto: Digital Globe / Maxar.
El artículo original fue publicado por Yvette Sierra Praeli en Mongabay Latam. Puedes revisarlo aquí.
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