Este ha sido un análisis complicado por varios motivos. Por si no lo recuerdas, aquí te hago un breve resumen del problema que se hizo crítico en el 2019: debido a los líos entre EE.UU. y China, Huawei entró en una lista negra que impide a las empresas estadounidenses hacer negocios con ella. Esto ocasionó que empresas como Google dejaran de ser sus socios y trajo como consecuencia que, desde mayo del año pasado, los nuevos dispositivos de la empresa china no puedan contar con Google Mobile Services, con acceso a Google Play Store (tienda de aplicaciones) y a las aplicaciones de la empresa estadounidense.
Esto trajo como consecuencia que los nuevos equipos del fabricante asiático -como el Mate 30 Pro- no pudieran contar con aplicaciones hechas por empresas de EE.UU., ni con los servicios ni apps de Google (sin contar las de Facebook, entre otros). Entonces, la pregunta lógica era: ¿será viable un smartphone que por mejor hardware que tenga no podrá contar con mucho del software al que la mayoría de usuarios está acostumbrado a emplear?
Huawei, obviamente, considera que sí. Mientras sigue desarrollando y mejorando su sistema operativo, decidió lanzar a mercados muy específicos (entre ellos el Perú), en cantidades muy pequeñas y junto con packs promocionales, su nuevo Mate 30 Pro. Este es un smartphone que funciona con el sistema operativo Android en su versión Open Source, sin usar las más populares que son las modificadas por Google) y tiene como eje su propia tienda de aplicaciones (App Gallery). Ahora vamos directo a lo serio: ¿vale la pena? Yo considero que sí, pero que por las circunstancias esta vez no es un dispositivo para todos los usuarios.
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En esta reseña te voy a contar lo que me gustó y lo que no me gustó del Mate 30 Pro, así como las maneras de sacarle el jugo a un dispositivo que -en otras circunstancias- pudo haber convertido a Huawei en una empresa realmente global.
ESPECIFICACIONES TÉCNICAS
El Comercio ha sido el primer medio de comunicación del Perú que ha tenido la oportunidad de probar por algunos días el nuevo Mate 30 Pro. Pero antes de continuar con este análisis, te voy a detallar las características técnicas del dispositivo de Huawei.
MODELO | LIO-L29 |
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PANTALLA | 6,53” AMOLED FHD+ |
PROCESADOR | Kirin 990. |
GPU | Mali-G76 MP16. |
MEMORIA RAM | 8 GB. |
ALMACENAMIENTO | 256 GB ampliable vía NanoSD. |
BATERÍA | 4.500 mAh, con carga a 40W y carga inalámbrica a 27W. Incluye carga inalámbrica inversa. |
CÁMARAS | Principal de 40MP, cámara gran angular de 40MP, Teleobjetivo de 8MP, sensor Time of Flight (TOF), todas hechas en conjunto con Leica. Frontal de 32 MP. |
CERTIFICACIÓN | IP68 Resistencia al agua y al polvo. |
DISEÑO
En este apartado hay tres características muy importantes, que hay que tener en cuenta. La primera es la pantalla ultra curvada del Mate 30 Pro. Me hace recordar a los smartphones Edge de Samsung. El objetivo es dar la sensación de una pantalla sin bordes, que ofrece una experiencia inmersiva al máximo. Se ve muy bien, pero es imposible tomarlo sin tocar los bordes lo cual puede ser complicado al usar la pantalla. Más allá de ello, ofrece imágenes nítidas, pero colores un tanto lavados para mi gusto. Comparando especificaciones técnicas, parece que hay un retroceso en el uso de tecnologías en esta zona del equipo.
La parte trasera es la que llama la atención. Un acabado que evoca al acero pulido; una sección circular para las cámaras que está acompañada de un círculo cromado que da la sensación de la existencia de un desnivel o tallado, pero no es así. Esta sección de las cámaras solo sobresale un poco y con un case adecuado se puede solucionar el problema. Eso sí, esta parte trasera es un imán de huellas.
La novedad es que el Mate 30 Pro no cuenta con botones en los lados, solo uno -de encendido y apagado- sobre el lado derecho. Ahora para acceder al control de volumen hay que dar dos toques a cualquiera de los lados de la pantalla para que aparezca el nivel. Cuando vayas subiendo o bajando el volumen sentirás una pequeña vibración que trata de simular el uso de una rueda dentada.
Hay a quienes les ha parecido demasiado resbaloso, sobre todo por la superficie trasera. En mi caso, no fue una situación complicada. Hubo dos momentos en que se me resbaló de la mano, pero nada más. Tampoco se siente de un tamaño exageradamente mayor a los de otros teléfonos en la misma gama.
DESEMPEÑO
Aquí voy a ir sin dar muchas vueltas, pero sí organizando por temas que me parecen importantes para destacar.
En cuanto a rendimiento general como equipo, el Mate 30 Pro ofrece lo esperado para un teléfono de gama alta premium: rapidez en el salto entre aplicaciones, fluidez para la multitarea, nada de lags, etc.
Usándolo tal y cómo viene de caja, es obvio que encontraremos una dificultad al no tener preinstaladas los servicios de Google y muchas de las aplicaciones más populares. Mientras pase el tiempo y el usuario vaya encontrando y decidiendo cómo acceder a estas (desde la opción de usar versiones web de las aplicaciones, hasta la descarga de estas a través de APK o la instalación ‘por fuera’ de Google Mobile Services), el equipo empezará a ganar mayor protagonismo en las rutinas diarias.
En mi caso, accedía a Instagram, Twitter y YouTube a través de un acceso directo que me llevaba desde la pantalla principal hasta un navegador web (aunque en cada ingreso se habría una pestaña nueva del navegador y, obviamente, es probable que cualquier oferta para el no consumo de datos no se haga efectiva).
Para usar el WhatsApp mi mejor aliado fue la app Phone Clone. La usé para hacer una instalación espejo de todas las aplicaciones que tenía en un P30 Pro. La que funcionó sin problemas fue WhatsApp, recuperando conversaciones, enlaces y documentos almacenados previamente. Claro, para esto necesité tener en el teléfono anterior y en el Mate 30 Pro la última versión del Phone Clone (que se está liberando gradualmente en la región) y mi Huawei ID activo (con los datos de Perú).
Y en el caso de Facebook Messenger, encontré una aplicación que me daba acceso a mi cuenta de esta red social, pero en una interfaz que me hacía recordar a las primeras versiones de Facebook móvil.
Una cosa es clara: App Gallery (la tienda de aplicaciones de Huawei) tiene varias aplicaciones listas y útiles para trabajar con el Mate 30 Pro, pero no son suficientes. No son reconocibles las aplicaciones que pueden servir como una buena alternativa a las que no se pueden usar. O faltan traductores o faltan desarrolladores de la región. Sin embargo, eso es algo que se puede y se va a solucionar rápidamente. De eso esto seguro.
En el caso de la autonomía, no hay mucho que decir: la batería alcanza de sobra. Terminar la jornada con un 25% de carga augura un buen desempeño.
En temas de seguridad, el desbloqueo facial 3D es rápido y preciso; el sensor de huellas bajo pantalla del Mate 30 Pro tiene una zona de reconocimiento mayor, lo cual hace que el proceso sea más cómodo. Hay que tener en cuenta que cuando se le exige bastante al Mate 30 Pro calienta un poquito. Nada exagerado, pero sí, calienta.
CÁMARAS
En este aparato trataré de ponerles las cosas también en simple: el Mate 30 Pro sigue mejorando, y eso se agradece. Sin embargo, hay algunas cosas que se extrañan en comparación a modelos anteriores.
En fotografía, todo 10 puntos como siempre. De día y con buena iluminación, todo es espectacular. De noche, depende mucho del ojo y el gusto del usuario. Muchas de las fotos que tomé con el modo automático me gustaron más que las que tomé con el modo nocturno. Igual, en ambas se nota un gran trabajo.
Algo que extrañé y que tenía con gran desempeño la versión anterior (el Mate 20 Pro) es el supermacro. Esta vez no lo encontré (y si es que llegó a tener esa función, nunca la hallé) y las fotos que intenté haciendo acercamientos no fueron de mi gusto. Esta vez el zoom máximo llega solo hasta 30X (ya no la bestialidad de 50X del P30 Pro), sin embargo para mejores resultados son indispensables una buena iluminación y un pulso de piedra.
Ojo, el desenfoque del modo retrato cada vez mejora más en estos dispositivos. En el caso del Mate 30 Pro los resultados parecen más naturales.
Otra de las características destacables es la supercámara lenta del Mate 30 Pro. Nuevamente, la buena iluminación y calcular el momento exacto serán claves para mejores resultados.
Y, finalmente, me ha llamado bastante la atención lo mucho que ha mejorado el apartado de video. Había mucho espacio para mejorar y lo han seguido haciendo. Hay mejor gestión de luces blancas y brillos, sobre todo en la cámara frontal. La estabilización de las cámaras principales es muy destacable.
CONCLUSIÓN
Si has llegado hasta acá es porque quieres saber mi opinión con respecto a que si vale o no la pena comprar un Mate 30 Pro. Ya lo he dicho antes: es un muy buen smartphone que -por problemas ajenos a lo tecnológico- no es para el público masivo. Es para el aficionado a la marca, que valora más lo que puede hacer Huawei que el tema con otras aplicaciones. También es para quien está buscando entornos sin las aplicaciones y servicios de Google. Es para quien tiene un poco de conocimiento técnico y no tiene miedo de meterle la mano al teléfono e instalarle (de formas manuales) lo que necesita.
Es, sin dudas, una apuesta interesante de Huawei en esta complicada situación que le ha tocado atravesar. Solo el tiempo nos dirá si es que la decisión tomada fue la mejor.