Es el triunfo del estilo. Una puesta en escena melosa, tremendista y de culebrón adolescente, si se quiere. La narración de "" incluso puede considerarse como morbosa y truculenta: desde un comienzo sabemos que Hannah Baker (Katherine Langford) está muerta y su voz en off se escuchará una y otra vez porque dejó grabadas sus confesiones en unos caset. Pero el relato engancha. Su narración post mórtem genera adicción. En un pestañeo se digieren sus 13 capítulos. De ellos, quizás el más decepcionante sea el último, el cual deja demasiadas puertas abiertas, quizá con el fin de allanar el camino para la llegada de su segunda temporada y dilatar la rentabilidad de un fenómeno televisivo. Esta nueva entrega está disponible desde hoy en .

NO A DISNEYLANDIA
Las reglas de juego de "13 Reasons Why" son claras desde el arranque. En la serie hierve el 'bullying' potenciado por las redes sociales, rebosan las ansiedades sexuales no correspondidas y abundan los jóvenes inconscientes que no saben calibrar sus límites. Y sin embargo, ese campo minado no apto para débiles vuelve a capturar la atención. El colegio genera una identificación instantánea y activa inevitablemente los recuerdos entrañables o vergonzosos. Los roches, la inmadurez, las inseguridades, el sentirse perdido y las ganas de transgredir son universales.

Pero más allá de los temas, importa el estilo. El cómo. Si Hannah Baker es un personaje memorable, esto se debe en gran parte a la actuación de Katherine Langford, muy merecidamente nominada a los premios Globos de Oro. Y el resto del elenco no desentona.

Ahora la serie se asoma al abismo de "las segundas partes nunca son buenas". En la primera temporada, los saltos al pasado para reconstruir los hechos que llevaron a Hannah a suicidarse eran orientados por los caset dejados por ella. En la nueva entrega, unas fotografías polaroids encauzarán la historia. Veremos si esta segunda temporada es realmente necesaria.

DURA REALIDAD
Se ha acusado a "13 Reasons Why" de hacer apología al suicidio. En defensa de la producción, Brian Yorkey, una de las mentes creativas de esta serie basada en la novela homónima de Jay Asher, ha dicho en más de una entrevista que las cosas no se solucionan cuando no se habla de ellas. El tabú dificulta la comprensión. Además, a favor de "13 Reasons Why" habría que añadir que su relato evita regodearse en el suicidio. La serie procura ahondar en las motivaciones o las flaquezas de los personajes, así como salta del presente al pasado con esmero narrativo.

Selena Gómez continúa involucrada con "13 Reasons Why" como productora ejecutiva. Hace poco, ella lanzó "Back To You", tema que es parte de la banda sonora de la serie. Gómez aseguró que lo recaudado por la canción será donado a Trevor Project y Crisis Text Line, fundaciones dedicadas a ayudar a personas con problemas mentales.

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Otras narraciones post mortem en la pantalla

1. "Sunset boulevard" (1950)
La película arranca con el cadáver del guionista Joe Gillis (William Holden) flotando en una piscina. Su voz en off desde el más allá nos introducirá en esta obra maestra sobre el lado despiadado de Hollywood, enfocado en una diva decadente (Gloria Swanson).

2. "La tumba de las luciérnagas" (1988)
"21 de setiembre de 1945. Ese día morí". Con esta frase empieza esta cinta sublime y desgarradora sobre dos hermanos que intentan sobrevivir a las secuelas de la Segunda Guerra Mundial en un Japón devastado. El filme deconstruye sus vidas con sensibilidad.

3. "Belleza americana" (1999)
"Tengo 42 años, y en menos de un año estaré muerto". Esas son las primeras palabras de Lester Burnham (el hoy venido a menos Kevin Spacey) en esta tragicomedia y retrato ácido sobre el 'american way of life'. Él se enamorará peligrosamente de una adolescente (Mena Suvari).

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