María Esther Huamán
Combate el estrés, ahuyenta el cansancio y nos recarga de energía. Hacer pausas activas ayuda a mejorar la salud y productividad laboral. ¿Qué son y cómo se hacen? Aquí te enseñamos.
Luego de pasar horas sentadas frente a una computadora, es natural que nuestro cuerpo empiece a cobrar la factura. Nos arden los ojos, nos da sueño, sentimos los músculos tensos y en algunos casos hasta experimentamos mareos o dolores de cabeza. ¿Qué hacer? La respuesta, sin dudarlo, está en aprender a combinar nuestras tareas de escritorio con pausas activas. Las pausas activas no son un truco complicado. Se trata de una secuencia de ejercicios hecha para todas las edades. Es de fácil desarrollo y no produce desgaste físico, por tener una corta duración. Dedicar entre 5 a 10 minutos, por cada hora de trabajo, es más que suficiente para lograr sus beneficios. Con movimientos o estiramientos suaves de cuello, manos, piernas y tronco se logra relajar las articulaciones y todos aquellos puntos en donde la tensión se concentra.
Tener un día con la energía al límite y sin huella de cansancio es posible y no cuesta. Solo tienes que ponerte de pie a un lado de tu escritorio, quitarte los tacos –si es posible- y estirarte un poco. Incluso, hay ejercicios que puedes hacer sin necesidad de pararte. ¿Quieres aprender? Aquí hay 7 formas de incluir pausas activas en tu agenda para ser más eficiente y 100% saludable.