![“La cámara resolvió que lo de Paolo fue una renuncia y haremos valer nuestros derechos”: Vallejo y los pasos que darán ante los rumores de su vínculo con Alianza](https://elcomercio.pe/resizer/v2/RU7NDC7CGFBOXBSH7RFJEFVCJ4.jpg?auth=744abfbbe962339a862b3fd725a2814be3723a56faa3051a9e84fc91d22d3235&width=85&height=85&quality=75&smart=true)
La de Elfi Maldonado es una historia de éxito. Nació hace 32 años en Tarma, es ingeniera industrial por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y tiene un máster en Logística de la École Polytechnique de Montreal, la ciudad donde vive hace 8 años con su esposo. Él se llama Maxime Simard y lo conoció hace 10 años en Cusco, donde ambos empezaron a gestar un dulce sueño: crear su fábrica de chocolate bajo el concepto 'bean to bar'.
La fundaron hace poco, en febrero pasado, y le dieron el nombre de una flor, como aquellas con las que Elfi creció, Qantu. A miles de kilómetros del Perú, su objetivo apuntó a poner en valor los cacaos nativos de nuestro país, y así lo hizo: recientemente la Academy of Chocolate de Londres premió con dos medallas de oro a sus chocolates de cacao piurano 70% Gran Blanco y 70% Morropón, y le dio una medalla de plata al chocolate 70% Chuncho La Mar, de Ayacucho. Elfi y Maxime los hicieron en la cocina de su casa, de la manera más artesanal, y ahora su emprendimiento cuenta con el apoyo del gobierno de Quebec y de su Oficina de Juventud Internacional.
![Elfi y Maxime junto a productores de Quellouno, en el valle de la Convención (Cusco).](https://elcomercio.pe/resizer/s732qJm1D7sd7P-JUGbpFtC99Uk=/620x0/smart/filters:format(jpeg):quality(75)/arc-anglerfish-arc2-prod-elcomercio.s3.amazonaws.com/public/ZNBFYMXGJZC4XFF3XOXRGDAUW4.jpg)
Con estos reconocimientos mundiales la pareja de chocolateros sonríe y busca pintar la alegría en los rostros de todo aquel que pruebe sus barras. Ella cuenta que están en planes de expansión, preparando la mudanza a su nuevo local, que ocuparán a fines de julio, después de visitar Lima. Vendrán al Salón del Cacao y Chocolate, donde seguramente se encontrarán otra vez con sus amigos cacaoteros, quienes son como una familia para ellos. Una familia feliz, rodeada del chocolate de verdad.