Un 10 de febrero de 1941 el hospital Mixto y Policlínico de Lima, hoy Almenara, comenzó su atención al público. El complejo hospitalario, que en sus primeros años era conocido como Obrero, tiene unos 42 mil metros cuadrados y fue ubicado en La Victoria por contar, en esos años, con una alta densidad de población obrera y con vías de acceso necesarias.
La legislación de la asistencia médica laboral comenzó en el Perú cuando fue promulgada la Ley 1378 de Accidentes de Trabajo en 1911, que fue completada con la Ley 7975 sobre Enfermedades Profesionales.
En la década del 30, en búsqueda de dar una solución a la atención de los obreros, se intentó dotar de facultades de seguridad social a las Sociedades de Beneficencia, pero fracasaron debido a su deficiente estructura de salud.
Para superar estos problemas, el 12 de agosto de 1936 el entonces presidente Óscar R. Benavides promulgó la ley creando el Seguro Social Obligatorio para la clase trabajadora, según un proyecto presentado por el doctor Edgardo Rebagliati.
Asimismo se ordenó la construcción de un gran hospital para atender a la población trabajadora de Lima y el Callao, estimada en 52.000, con unos 18,000 enfermos anuales. Las cifras provenían de los hospitales Dos de Mayo y Arzobispo Loayza.
La primera piedra del futuro hospital fue colocada un 15 de marzo de 1938. Para su inauguración, el 8 de diciembre de 1940, se realizó una ceremonia con invitados extranjeros, como Salvador Allende, ministro de salud de Chile.
Los siguientes días unos 60 mil trabajadores y sus familiares visitaron las nuevas instalaciones hasta que en febrero de 1941 comenzaría su atención exclusiva a los trabajadores de Lima y Callao. No solo los obreros se atendían sino también algunos pacientes con cierta capacidad adquisitiva.
Con la creación del Instituto Peruano de Seguridad Social (IPSS), antecesor de Essalud, en 1981 el nosocomio fue rebautizado como hospital Guillermo Almenara Irigoyen, en honor a su primer director. Durante su gestión, el doctor Almenara adquirió equipos médicos de Estados Unidos e introdujo técnicas avanzadas en procedimientos asistenciales y de administración hospitalaria.
Desde un inicio, el hospital Obrero destacó por su organización que se convirtió en un modelo a nivel internacional. Su director Guillermo Almenara fue nombrado miembro honorario de la Sociedad Americana de Administración Hospitalaria, siendo invitado a dictar cursos y conferencias en los principales centros asistenciales del mundo.
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