Le decían ‘Brujo’, ‘Mago’ y ‘Chocolatín’, apodos del recordado periodista deportivo Pocho Rospigliosi, editor de Deportes en este diario. Lo cierto fue que Cornelio Heredia Zambrano era un diablo en la cancha. Ídolo del club Alianza Lima y siempre figura en el seleccionado nacional, fue capitán bicolor en numerosos partidos. Pero llegó el día de su retiro, y ocurrió una tarde de viernes, el feriado 28 de julio de 1961. Aquella jornada con Heredia en la cancha reafirmó los valores del fútbol peruano.
En los años 50 en que maravillaba con su juego Cornelio Heredia, el equipo bicolor atacaba con cinco delanteros netos, y a veces con siete, porque los de contención también se sumaban al ataque. La selección nacional era agresiva al máximo.
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En ese esquema, el ‘Mago’ Heredia era un cerebro, un portaestandarte que hacía y deshacía, que escondía el balón como nadie y que siempre estaba bien ubicado para jugar con todos, especialmente con los punteros, esos que él vio y que nunca dejaban de jugar en la raya, listos para el desborde.
Proveniente de Chincha Alta, de El Carmen (como su paisano Mauro Mina), ‘Chocolatín’ Heredia había nacido un 16 de octubre de 1920. Desde su posición en el mediocampo reflejaba el dominio y panorama que muchas veces se extraña en el futbol peruano actual. Era un señor de la media cancha y pocos le quitaron ese puesto tanto en su adorado club ‘íntimo’ de Alianza Lima como en la selección peruana.
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El ‘Brujo’ Heredia comenzó en el equipo de los Bombones de su tierra natal, luego viajó a Lima y aquí empezó una carrera brillante en Alianza Lima y la selección nacional. El último año de su trayectoria profesional -en 1961- jugó unos meses por el club Ciclista Lima, y lo hizo como para no dejar de pisar la pelota, de vivir el fútbol, el deporte que amaba.
Muchos de sus coetáneos habían dejado de jugar, no obstante Cornelio Heredia persistía porque aun sentía que podía trotar la cancha. Pero el cuerpo, los músculos, los nervios ya le indicaban que era tiempo de despedirse.
La gente recordó entonces que ‘Chocolatín’ Heredia era tan preciso y leal en el juego, que no solo siempre iba a la pelota, fuerte, pero a la pelota, sino que jamás fue expulsado, porque tenía como lema nunca patear o golpear a nadie por detrás.
Heredia no era tan veloz como Alberto ‘Toto’ Terry, su amigo y rival en los clásicos Alianza-U de la década del 50, pero era el mejor ubicado y uno de los más fuertes en cuerpo y mente de los partidos del medio siglo.
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CORNELIO HEREDIA Y EL DÍA MÁS TEMIDO DE SU CARRERA: EL RETIRO
Ese 28 de julio de 1961 fue un verdadero festival de goles, jugadas y emociones. A las 11 y 30 de la mañana chocaron los equipos de “Estibadores del Callao” contra el “Mariscal Sucre”, este último venció por un contundente marcaron de 4 a 0.
Aunque estaba programado para las 1 y 30 de la tarde, el encuentro de “los cuadros femeninos de Universitario de Deportes”, no pudo realizarse. El que sí se jugó fue el partido de las 2 y 45 de la tarde, entre el equipo de “calichines” de Alianza Lima ante el “Cornelio Heredia” del Colegio Champagnat de Miraflores.
Fue una vapuleada del conjunto ‘grone’ de menores que anotaron ocho veces en el arco miraflorino, y no recibieron ni un solo gol en contra. La pizarra del Estadio Nacional marcó un 8 a 0. Fue una paliza. (EC, 29/07/1961)
Como para descansar de tantos goles, se presentó en una tarima ubicada frente a la Tribuna de Occidente, “el conjunto musical de ‘Gente Morena’ que deleitó con sus característicos bailes”. (EC, 29/07/1961). Cornelio Heredia estaba feliz.
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Después, y antes del partido estelar a las 3 y 15 de la tarde, el ídolo ‘grone’ recibió el homenaje tanto del Comité Nacional de Deportes (una especie de IPD actual) como de la Federación Peruana de Fútbol (FPF).
El gran ‘Chocolatín’ recibió premios de estas organizaciones, entre otros, “los documentos de la posesión de un terreno”, entregado por el Comité; así como un cheque “por la suma de doce mil soles oro”, de parte de la Federación. Alianza Lima anunció que también le daría dinero, se dijo que unos 40 mil soles oro.
CORNELIO HEREDIA Y LA HORA DE LA VERDAD: EL PARTIDO DE LA DESPEDIDA
A las 3 y 30 de la tarde, de ese emocionante 28 de julio de 1961, las “glorias del fútbol” de ambos clubes clásicos, Alianza Lima y la ‘U’, se enfrentaron amistosamente en un cotejo esperado por el público asistente. Un escaso público asistente.
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Lamentablemente, no se ocuparon ni el 10% de los asientos disponibles. Solo llegaron al nuevo Estadio Nacional de Lima (inaugurado en 1956), unas “3.664 personas debidamente controladas”, según El Comercio. (29/08/1961). Pero aquello, en verdad, pasó a segundo plano, cuando Cornelio ‘Chocolatín’ Heredia, con la camiseta blanquiazul puesta, entró en la cancha, con el balón en el brazo, liderando a su equipo.
Heredia, seguramente, recordó innumerables de pasajes de su vida en Alianza Lima durante esa caminata al centro de la cancha. Había jugado en el equipo victoriano los últimos 15 años de su vida, desde mediados de los años 40. Y esa vez, como muchas veces antes, ‘Chocolatín’ Heredia estaba listo para enfrentar, por última vez como profesional, al rival de siempre: Universitario de Deportes.
El ‘Mago’ Heredia jugó solo los primeros 15 minutos, así fue establecido. Quince minutos de elegante juego, habilidad innata, toques y paredes con sus compadres de siempre. Fueron los últimos 15 minutos en cancha para un grande del balompié nacional. Entonces, pasó algo muy emocionante:
“Cornelio Heredia, despojándose de la casaquilla de Alianza Lima, lució la camiseta de nuestras selecciones, y con la mano en alto recibió una estruendosa ovación”. Así lo dijo El Comercio. (EC, 29/07/1961)
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Rodeado de sus antiguos compañeros, el crack de Alianza Lima y de la selección peruana, anunció públicamente su retiro del deporte que tanto amó. El Comercio informó: “Obligado a dar la Vuelta Olímpica, las Tribunas de Oriente y Occidente aclamaron el paso del jugador hacia el túnel de la Tribuna Sur”. (EC, 29/07/1961)
Entonces, no importó la falta de organización de un festival que debió tener un estadio lleno, porque Cornelio Heredia estaba emocionado con la gente que había asistido a verlo y, como un hombre sencillo agradeció lo que recibía y se conmovió al punto de brotarle de los ojos gruesas lágrimas de alegría, de paz consigo mismo y de mucha dignidad deportiva.
El festejo se tornó como si estuviera en familia. No fue masivo, sí, pero gozó de mucho corazón. El futbolista de tantas tardes maravillosas ocupó un lugar en el palco oficial, y desde allí no pudo ver a sus amigos aliancistas derrotar a los antagónicos cremas. Todo lo contrario. Los de la ‘U’ ganaron 3 a 1 a los ‘íntimos’.
Al final del encuentro, el ídolo nacional recibió el dinero que se había recaudado esa tarde de Fiestas Patrias en el Estadio Nacional. Se retiraba de la actividad futbolística a los 40 años.
Cornelio ‘Chocolatín’ Heredia vivió una larga vida que llegó hasta el 29 de setiembre de 2004. El crack e ídolo peruano fallecería más allá del siglo XX, a los 83 años.