Los lentes de contacto son una alternativa ideal para evitar la incomodidad que puede llegar a generar una montura durante algunas actividades. Sin embargo, existen múltiples mitos sobre esta opción, los cuales alejan a los usuarios de la idea de utilizarlos. Por ello, en Bienestar El Comercio, conversamos con el Dr. Ricardo Rivas, Oftalmólogo de SANNA Clínica San Borja, quien recalca que los cuidados son simples, pero fundamentales.
“Lo primero que tiene que hacer un paciente es acudir a un médico oftalmólogo para que le haga una correcta medida. En este encuentro, también se debe determinar si hay existencia de alguna patología o enfermedad ocular en el paciente, pues es posible que ésta necesite ser tratada antes de utilizar los lentes de contacto”, estableció. Posteriormente, el especialista indicó que el médico oftalmólogo podrá sugerir el tipo de lente de contacto que le convenga al paciente según su capacidad de tolerancia.
¿Qué tipo de lente de contacto debo utilizar?
Existen dos tipos de lentes de contacto principales: lentes rígidos y lentes blandos. Por un lado, los lentes rígidos, en sus inicios, se consideraban incómodos y de lenta adaptación. No obstante, en la actualidad, se han modernizado y su nuevo material permite que el usuario se acostumbre con mayor rapidez, pero no tanto como los lentes blandos.
Por otro lado, los lentes de contacto blandos son descartables y se encuentran en distintas presentaciones. En este caso, hay opciones para usar diariamente, semanalmente, mensualmente o, incluso, de uso prolongado.
En palabras del experto, el médico oftalmólogo recomienda qué lente utilizar según las actividades que realice el paciente o su edad. “Se permite utilizar lentes de contacto desde los 8 o 10 años. En estos casos, lo recomendable es que se utilicen bajo el control de los padres y que sean lentes blandos de uso semanal o mensual. No se recomienda los de uso prolongado, pues los niños no tienen los mismos cuidados que los adultos”, añadió.
¿Qué cuidados debo tomar al utilizarlos?
La higiene es esencial para un uso adecuado de los lentes de contacto. “Los cuidados son básicos, pero fundamentales. Se deben tener las manos limpias al momento de manipular los lentes y utilizar el líquido recomendado por el oftalmólogo para limpiarlos. A la menor molestia que sienta el paciente, como ojos rojos o creación de legañas, debe retirarlos inmediatamente”, añadió.
El especialista hizo énfasis en que, de no tomar en cuenta estas medidas, pueden darse consecuencias muy negativas en la persona. “Los efectos pueden ir desde algo muy simple, como una conjuntivitis, hasta pérdida parcial o total de la vista”, enfatizó.
También, el doctor afirmó que las gotas de lágrima también son parte importante de los cuidados que se deben tomar en cuenta. “Los lentes de contacto no son literalmente ‘de contacto’, sino que flotan en una diminuta película de lágrimas generadas por el ojo. Por ello, para no perder esa capa, debe mantenerse hidratada con las gotas”, aclaró.
“Es recomendable que el usuario utilice las presentaciones que no tienen preservantes, pues esta sustancia puede deteriorar los lentes de contacto”, adicionó el Dr. Rivas. Además, hizo hincapié en que el uso de las gotas de lágrima son indispensables en personas que se encuentran con los lentes por un periódo de más de 10 horas, sobre todo si trabajan en la computadora.
Para concluir, el Dr. Ricardo Rivas mencionó que hay pacientes que se niegan a utilizarlos por ‘ser muy nerviosos’ y creer que no lo van a tolerar. “Como médico, no es bueno insistir, pero se pueden contar los beneficios y facilidades que esta opción puede darles. Por ejemplo, si se realizan deportes, ya no contarían con la incomodidad de una montura. De todas maneras, la decisión final es del paciente”, finalizó.