¿SER O NO SER 'F
Puse fácil entre comillas por que es una palabra que en ciertos contextos es una forma diplomática de decir otra cosa y no me gusta; y es que aún no he resuelto mi eterno dilema de la zorra vs. el tigre. ¿Por qué un hombre ‘fácil’ es un tigre (orgullosísimo y celebrado) y una mujer ‘fácil’ es una zorra (caleta y sujeta a habladurías y bromas de mal gusto)?
Harta de esperar una llamada que ya sabía que no llegaría (llevaba tres sábados de verano en mi terraza esperándola, cigarro tras cigarro), decidí tomar el toro por las astas, es decir, coger mi celular y ver con quién podía salir esa noche. Para mi pesar, y este es uno de los grandes pesares de mi vida estos años, mis mejores amigos viven en otros países, así que no me quedó otra que revisar mi pequeña lista de contactos y encontré lo que buscaba: una amiga de la universidad fiel a la juerga, pero solo en sitios pitucos. Quedamos al instante en que yo pasaría por ella y que un amigo suyo nos acompañaría.Cuando llegamos a Larcomar, Fabio (el amigo y ex de ella) y yo encontramos que teníamos varias cosas en común; como habíamos regresado de fuera los dos (él de Madrid), no paramos de hallar similitudes y diferencias entre España y el Perú (costumbres, palabras, usos, lugares, tiendas de ropa, formas de ligar, tragos, tipos de gente, entre otras cosas banales). Cuando entramos a la discoteca y nos sentamos con el resto del grupo, me di cuenta de que era guapo, se vestía bien y que me coqueteaba de manera agresiva pero sutil. Cuando me dijo “quiero que bailes conmigo toda la noche” (¡horror!), noté que tenía ya todo un estilo listo para usar. Yo le seguí el juego.
Después de una botella de whisky entre todos, bailamos y no sé cómo terminamos besándonos como locos en mi carro, estacionados en el malecón de Barranco. Me acompañó a mi casa, me dijo que me llamaría al día siguiente. Claro que me iba a llamar. Pasamos toda la tarde del domingo en un hotel.
Y aquí quizás vino el error. Alargar esa noche. Fabio me siguió buscando, pero detrás de cada almuerzo, cine o inclusive un corte de pelo, él buscaba sexo. Somos personas muy diferentes pero, a pesar de su extrema vanidad e hipersuperficialidad, era divertido. Su leit motiv era pasarla bien y punto. Yo no podía creer que existiera alguien que pasara tan feliz y despreocupado por la vida. Me dejé llevar y pensé: “¿Por qué no? Quién sabe”.
Pero a las pocas semanas, sus llamadas cambiaron de horario. Ya no me invitaba a salir, sino me llamaba al celular cuando salía de sus juergas. Desde un viaje a Mallorca en el que conocí el mundo de los after hours, jamás he salido a las 5 a.m. a ninguna parte que no sea el aeropuerto o algo así. La cosa dejó de gustarme y llegó a su fin cuando una mañana mi mamá me despertó a las 8 de la mañana. Era Fabio al teléfono proponiéndome ir a la casa de sus padres (que no estaban) y tener sexo hasta las 10 a.m. porque a las 10:30 a.m. tenía clases de inglés.
Creo que Fabio hasta ahora no se da cuenta de por qué jamás volví a salir con él. Yo sí. ‘Fácil’ no es para mí una mujer con la que se tiene sexo al toque, y si es así, el tigre en cuestión fue más ‘fácil’ que yo, hasta que me aburrí. Lo fácil, si luego no se pone interesante, no debería pasar de una noche o dos.