Relaciones imaginarias
Casi es navidad y dicen que es tiempo de compartir; así que aquí va una cachetada festiva para todos aquellos quienes alguna vez nos hemos inventado una relación.
¿Qué es una relación imaginaria? Se preguntarán.
Fácil. Es una relación que uno inventa. Y no estoy hablando del caso extremo de inventarnos un romance con nuestro chico invisible, sino ese clásico error en el que caemos al achacarle a un pata de carne y hueso una relación que no tenemos con él (y sabemos que no tenemos, pero siempre es más fácil hacernos los locos).
¿Por qué alguien haría algo así de irracional, por no decir estúpido? A ver, hagan un poco de memoria emocional.
¿Quién no ha proclamado a los cuatro vientos que ha conocido al “amor de su vida” después de un chape en el baño de una discoteca?, ¿alguien se salva de haberle dicho al mundo que tenían un “enamorado” sin que el hombre en cuestión se haya dado por enterado?, ¿acaso alguien se ha salvado del ridículo de decir que está “saliendo” con alguien para la que uno es un simple agarre?
Yo me confieso varias veces culpable. También se por qué.
- Es mejor estar mal acompañada que estar sola, o es algo que pensaba un par de años atrás. Cuando aún no había aprendido depender de mi misma en el territorio de las emociones, me escuché contar versiones de la realidad repetidas veces. Como escuché en alguna película “la realidad no tiene versiones”.
- ¿Creernos una mentira puede hacernos sentir mejor? Claro que sí, es una de las razones más frecuentes por las que uno miente y se miente a sí mismo. ¿No es mejor tener una épica historia de amor con un hombre que cometió el error de tener una familia con otra (y sin habernos conocido, maldito sea el destino) que aceptar que tienes sexo los lunes y miércoles al mediodía con un pata casado?
- También no inventamos la cosa va “en serio” con José Antonio, porque así me siento revalidada, aceptada, rectificada y valorada frente a la presión social externa que suspira aliviada cuando te salvas de ser una pobre y triste solterona el resto de tu vida. Y así Josecito no aparezca ni por casualidad en un mes por nuestra vida, tienes al mundo apoyando esa relación que solo vive en tu mente.
- Siguiendo en punto anterior, una también se siente revalidada, aceptada, rectificada y valorada frente al pleno del juzgado interior que todas llevamos dentro. Y cuando nuestra conciencia tira un baldazo de agua helada en la cara y dice: “Me siento mejor si alguien más me quiere”, “ahora mi vida sí está completa”, “tengo alguien a quien llevar al matrimonio de mi prima Juanita”, la mandamos callar y miramos el teléfono otra vez. No hay llamadas perdidas, ni mensajes, ni un emoticón que justifique la farsa. Mentirnos resulta más cómodo.
En resumen, inventamos porque no aceptamos lo que somos. Y ese estado de invalidez interna solo nos puede llevar al fracaso, con él (si existe realmente algún tipo de relación) o con nosotros mismos porque así jamás haremos por no dejar de soñar.
Y la vida no es una comedia romántica.
Mejor llamamos amante al que es nuestro amante, agarre al que es nuestro agarre, hombre casado al hombre casado (y que no va a dejar a su esposa). Punto. No se olviden que la realidad, ahora más conocida como Facebook, te lo recordará con cara nueva foto de él que veas apachurradito de “Vestidito apretadito”, “Cachetes caídos” y “Miss Selfie” en una cena, en una juerga, en su casa.
Entonces en vez de ir a Metro y comprar todos los ingredientes para hacer un Cosmopolitan o cianuro, mejor hacerle frente a la vida y decirle a esa nariz de Pinocho que nos mira en el espejo: eso no es ni va a ser tu novio, porque no quiere. El chico que está interesado en tener una relación contigo, te lo hará saber; ambos lo harán y nadie se verá en la necesidad de inventarse nada.
Solo hay una vida para ser valiente en vez de llenar vacíos, errores, lastres y arrugas con una retahíla de fantasías. Mejor regálense un buen humectante y sean libres.
Ahora sí, ¡feliz navidad¡
Un beso grande para cada uno,
Ali
Acá les dejo una canción que hay que escuchar (o el disco entero, mejor), amo a Jenny Lewis.