¿Vas a sacar a Roverano?
En otra escala, pero de singular manera, Gustavo Roverano ingresó a la cabeza de cada jugador aliancista como lo hizo Ricardo Gareca con la selección nacional. Aprovechó el máximo momento crítico del plantel como la escapada de Guillermo Sanguinetti, los suspendidos por indisciplina en el campo y los lesionados que debilitaban más al plantel y que lo hacían parecer un equipo que solo podía deambular en la media tabla sin mayor aspiración.
Roverano fue líder y ofreció en la interna un discurso humilde, pero inteligente. Consiguió que el plantel se ponga de su parte y crea en sus posibilidades a despecho de que siempre estuvo la certeza de que se gestionaba la llegada de un entrenador de mayores pergaminos. Identificó rápido las urgencias particulares de cada elemento y les abrió el camino para destacar. Se puso el club al hombro y encaró la vida como un trabajador silencioso que muy en el fondo de sí, quiere ese buzo por todo el tiempo que le ofrezca la vida. Aunque no lo diga.
De forma paralela, Christian Bustos fue honesto en reconocer que su mejor forma de trabajar es delegar el criterio futbolístico en un gerente deportivo como Gustavo Zevallos. Es algo que nos cansamos de pedir en este blog y que de acuerdo a la realidad económica del club se ha conseguido. La de Zevallos es una función fundamental y que requiere manejo inteligente, criterio como gente de fútbol, pero principalmente honestidad para no coludirse con empresarios inescrupulosos que ofrecen traer y llevar jugadores o técnicos para beneficiarse escandalosamente.
Así es como se da el encargo de Bustos a Zevallos por conseguir un entrenador que pueda reemplazar a Roverano en el Clausura. Las gestiones se han hecho y aunque hay máximo hermetismo, sigue latente la posibilidad acordar con Rafo Castillo para que tome el equipo en el Clausura. También se sondeó a Juan Jayo para que sea un asistente -capataz- de lo más jóvenes. Al estilo de la década pasada.
El asunto es que esa idea no sintoniza con la realidad que Roverano ha instalado en las últimas semanas. Los resultados están respaldando al ex golero y ha puesto al equipo a tiro de alcanzar a Real Garcilaso en la punta del Apertura. Otra vez está el sueño de ser campeón y no de cualquier manera; jugando, tocando y con golazos que llaman poderosamente la atención.
Vamos al hincha ¿Aceptará el pueblo grone que se haga un cambio de esa naturaleza y que se ponga en riesgo el buen momento del equipo? ¿Qué tanta es la distancia en capacidad de Roverano y Castillo? Yo creo que Roverano le ha puesto la valla muy alta a Zevallos y compañía porque el hincha no aceptará a alguien que sea menos que, por ejemplo, Gustavo Costas o Gerardo Pelusso. Y cualquiera de esos está fuera del alcance del bolsillo grone en este momento.
También es cierto que Alianza, ahora con un gerente deportivo, ya debería empezar a mirar su política deportiva de manera ambiciosa. Recuperar el estilo de juego blanquiazul con una sola idea para todas las categorías, desde la profesional hasta la más juvenil. Redireccionar la cantera para encontrar nuevos jugadores y hacerlos propios desde su primera edad porque en los últimos años Alianza ha tenido que contratar ajenos como Mimbela, Cueva, Noronha, Araujo, Canales, y extranjeros costosos que por ahora no han conseguido los objetivos.
Eso sí requiere una cabeza técnica con perfil de organización a nivel macro. Lo que correspondería sería la conformación de un staff liderado por un profesional comprobado y de incuestionable vocación formadora para efectuar un trabajo a largo plazo. Y que se sostenga contra todo. Un resembrado en Matute para la aparición de nuevos y reales potrillos como la historia de Alianza manda, pero con el chip de que tendrán que estar dentro de la modernidad futbolística y profesional. Algo que hoy se ve muy poco.
Volvamos a Roverano. Una prueba de su inteligencia es tener la lectura oportuna de que Christian Cueva está casi fuera del club y no se alocó por tenerlo de vuelta ni retenerlo porque ello habría ido contra la sensibilidad de un talento que necesitaba un electro shock para despertar: Willyan Mimbela. Roverano le hizo entender a este volante que tiene un lugar antes que el destacado de la Copa América y que -si sigue así- pronto entraría en la agenda de Gareca.
Ahí están los golazos de Mimbela, la oportunidad de Carlos Preciado y el regreso a la regularidad de Paulo Albarracín y Josimar Atoche en el medio sector. Cuestionar la capacidad de Roverano con estas señales visibles y concretas de buen criterio de manejo de grupo y trabajo honesto, sería contraproducente y un mal mensaje. Quizá, potenciar el actual comando técnico del charrúa si lo necesitara o no se diera abasto y mejorar sus condiciones de ejercicio, ayudaría a conseguir un objetivo inmediato que está dentro de las posibilidades. Si sale campeón del Apertura ¿Vas a sacar a Roverano?
Los resultados mandan.