República Centroafricana: Sin posibilidades de regresar a casa en un futuro cercano
Mientras que la República Centroafricana (RCA) espera la ronda final de las elecciones presidenciales, que se llevarán a cabo a principios de este mes, la amenaza de violencia entre comunidades mantiene nerviosa a la población, pues muchos temen que la tensión estalle en cualquier momento.
El empeoramiento de la seguridad también ha destrozado las esperanzas de las 450.000 personas desplazadas -y de un número similar de refugiados que han huido a países vecinos- de regresar a su hogar en un futuro cercano.
Médicos Sin Fronteras (MSF) trabaja en República Centroafricana desde 1997 y, actualmente, cuenta con más de 300 trabajadores internacionales y más de 2.000 trabajadores centroafricanos en el país. Además de Bangui, MSF tiene actividades en 15 localidades centroafricanas, y también brinda asistencia a los refugiados centroafricanos en los países vecinos de Chad, Camerún y República Democrática del Congo.
Vista general del campo de desplazados de Benzvi, Bangui, República Centroafricana. Médicos Sin Fronteras (MSF) va a Benzvi dos veces por semana para proveer asistencia médica. En un día normal, MSF atiende alrededor de 150 pacientes, la mayoría busca asistencia para enfermedades como la malaria, infecciones respiratorias y diarrea –muchas son el resultado de las deplorables condiciones del campo © Luca Sola
Vista general del campamento para personas desplazadas en Mpoko, Bangui. Muchas personas han tenido que huir de sus hogares con pocas o ninguna de sus pertenencias, y están durmiendo en tiendas improvisadas o al aire libre © Luca Sola
Nadège, de 30 años, con su hijo Prosper y su hija Gabriella, en el campo Benzvi, en Bangui. Cuando la violencia se desató en diciembre de 2013, ella huyó de su distrito natal y ha vivido aquí desde entonces. Para sobrevivir, hornea pasteles y los vende en la calle © Luca Sola
Retrato de Ethna, 22 años, en el campo de Benzvi, Bangui. Ella huyó luego de que su casa fue atacada por grupos armados que se llevaron todas sus pertenencias y mataron a tres vecinos de su barrio © Luca Sola
Nina Wongbo, 35 años, en el campo Mpoko para personas desplazadas, Bangui. Con el fin de tener algo que comer, muchos dependen de pequeñas parcelas de tierra para cultivos © Luca Sola
Lucienne Bironta vive en el campamento de Mpoko y ha llevado a su hija a la clínica de Médicos Sin Fronteras (MSF) porque no se sentía bien. “Durante una semana, hemos estado durmiendo fuera del campamento, en la casa de mis parientes. Las condiciones de vida son muy difíciles en el campamento. No es seguro, está sucio, las moscas están por todas partes”, dice Lucienne, quien ha vivido durante dos años en el campamento de Mpoko. Luego de que cuatro de sus vecinos resultaron asesinados, se vio forzada a huir y a llevar a su familia a un lugar seguro en el campamento de Mpoko © Luca Sola
El bebé de Mireil Bozanga, de 17 años, fue pesado por personal del equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF) en el campo Benzvi para personas desplazadas en Bangui © Luca Sola
Retrato de Amin Afis, 37 años, en un campo para personas desplazadas en la Mezquita Central de Bangui. Amin es un ex comerciante de diamantes y artista, y ha huido a la Mezquita Central en el distrito PK5. Hoy él sobrevive gracias a la solidaridad de sus vecinos. Según Amin, la situación de seguridad parece que ha mejorado desde la visita del Papa durante el mes de noviembre pasado, pero el miedo continúa estando presente © Luca Sola
Retrato de Valentin Nguenendji, en el campo para personas desplazadas de Mpoko, en Bangui. Valentín huyó de su barrio el 5 de diciembre a raíz de un brote de violencia. Hombres armados entraron y mataron a dos de sus vecinos y a uno de sus hijos, y luego saquearon su casa. Valentin tuvo que enterrar a su hijo en una parcela de su propiedad porque era muy peligroso ir al cementerio. Luego huyó de su barrio para ir al campamento Mpoko. Valentin quiere el rápido desarme de los grupos armados que dice que son el origen del problema en el país. “Las elecciones presidenciales son una esperanza. Esperamos que sea quien sea elegido, será respetado por todos.” © Luca Sola
Una mujer duerme en el piso, debajo de un viejo avión, en el campamento de Mpoko, junto al aeropuerto de Bangui. Durante el día, algunas personas vuelven al barrio donde viven, pero tienen demasiado miedo de quedarse allí por la noche por lo que regresan a los campamentos © Luca Sola