WrestleMania 31: La resurrección del 'Hombre Muerto, The Undertaker
WrestleMania es el evento más grande de la lucha libre. Para un fanático es el momento más esperado del año y por ello las historias que se cuentan, serán narradas durante años. Su importancia lleva al dueño de este blog a invitar a un escritor de cuya pluma se desprende la historia del regreso del Undertaker y su enfrentamiento contra Bray Wyatt en lo que fue una de las luchas más esperadas de la noche.
Texto de: Angel Hugo Pilares. (@angelhugo)
Mark Calaway debe haber pensado en esta noche durante todo un año. Debe haber tenido en mente lo que iba a ocurrir incluso mientras sus 130 kilos yacían en la cama de un hospital la misma noche en que entró al Valle de la Muerte.
Porque a veces hay que pasar un año entero en el desierto para encontrarse. Ahí, de pie en la salida al ringside, es domingo en Santa Clara. Y sigue pensando en esa noche en que perdió todo.
Y hay mil y un teorías sobre lo que ocurrió el día en el que la racha del enterrador fue sepultada.
Uniendo versiones, se sabe que cuatro horas antes de WrestleMania 30, Mark Calaway se acercó a Vince y le dijo algo así:
—Hoy es el día, y Brock Lesnar es el hombre.
El Undertaker había visto en Lesnar a un tipo capaz de crecer dentro de la WWE. Lo vio incluso, en el Honda Center de Anaheim, California, cuando la bestia que lo habría de derrotar perdió el título de la UFC contra Cain Velásquez . Y Calaway, un fanático a muerte de la lucha, había decidido que su racha de 21 victorias consecutivas en WrestleMania tenía que acabarse para darle el empujón que necesitaba y lo llevó a practicar con él a su casa en Texas.
Pero ya ha pasado un año. Es domingo en Santa Clara y el Undertaker sale en medio de la niebla. Ha regresado de ellas y tiene enfrente a un engendro demoníaco y a sus propios demonios dentro. La mirada de hielo de Mark Calaway dice que ya ha estado en el infierno.
Su mirada no es serena, es la expresión de un tipo en concentración máxima. The Undertaker ha afrontado esta pelea como si fuera su debut o su despedida. Atrás ha quedado el rostro de temeroso asombro con el que veía cómo sus más poderosos y sobrenaturales ataques no resultaban ante Lesnar. Aquella vez, hace un año, durante los 25 minutos del combate, Mark intentó que su rival temiera el rigor de la vieja escuela, lo asfixió en las puertas del infierno y cavó con él una “Tumba rompe cuellos” sin que la bestia tambalee. Ni su garra, ni aquel ultimo viaje, tuvieron efecto. En su lugar, recibió tres veces el F5 hasta quedar fuera de combate y con una contusión en la cabeza que lo mandó una noche al hospital.
Desde hace un año, la vida del Undertaker había sido un hospital. Su rodilla era frágil; su apariencia, avejentada. Escondido en el cuerpo de un anciano, sus poderes sobrenaturales lo han ido reconstruyendo para el domingo pasado.
En Santa Clara, a 700 kilómetros de su Valle de la Muerte y un año después de haber pasado por uno de lágrimas, su seguridad es tan absoluta como su presencia en el ring. Y tan unánime como el aliento de la gente que reconoce su cuarto de siglo en la WWE.
Todo lo que vivimos tiene consecuencias hacia el futuro. En 1995, Mike Rotunda se hacía llamar I.R.S., al igual que la oficina de impuestos estadounidense. Era un peleador de segundo orden que vestía una variante musculosa del típico atuendo de servidor público. Su hijo Windham Lawrence, nacido en 1987 en Florida, tendrá 27 años y 129 kilos de peso cuando enfrente al enterrador en WrestleMania 31. Wyatt aprendió que el rostro del éxito es la cara del terror.
Por eso, tal vez, decidió crear a Bray Wyatt, un demente inspirado en Charles Manson que en una época vivía en los bosques de Florida con una secta a la que llamaba familia.
El Undertaker tenía enfrente a ese tipo desquiciado y lo enfrentó con la misma frialdad fuera de este mundo con la que derrotó a su padre años atrás, demoliendo de principio a fin y ganando también la guerra sicológica mientras el poseído Wyatt caminaba como una araña.
Cuando el árbitro contaba, luego de la segunda tumba rompecuellos de la noche, he visto al mismo Undertaker de siempre y he recordado otra de las tantas versiones sobre la derrota del enterrador en WrestleMania 30: dicen que una contusión en la cabeza que lo dejó tan mareado que no podía continuar. Que fue entonces cuando le dijo a Lesnar que iba a perder. Me lo imagino cantándole el próximo movimiento:
–Gana, el próximo año volveré a ser yo.
Undertaker ha vuelto. Probablemente no aparecerá en ningún lado otra vez durante un año. Probablemente llegará a un último combate mítico. Hay quien dice que podría ser contra Sting en el próximo WrestleMania. Y que ese será su último viaje.
Sigue el blog en Facebook: Crónicas de Wrestling
Twitter (personal): antonio_riot