Fukushima III: Seguridad de los alimentos
Hasta el momento de escribir este artículo (lunes en la tarde) los esfuerzos para controlar la situación de los reactores nucleares siguen en marcha y, de acuerdo a las informaciones oficiales, la cosa ni mejora ni empeora.
Pero el asunto que sí está preocupando mucho a propios y extraños es el de la radiactividad de los alimentos. En este post trataremos de aclarar algunos conceptos, sobre todo para nuestros lectores en Japón, referidos al modo de medir la radiación y los riesgos de consumir esos alimentos radiactivos.
Para entender mejor esos riesgos es muy importante conocer las unidades que se emplean cuando se habla de radiación. En los medios de comunicación leemos confusos términos como rem, Sievert y Becquerel. ¿Qué significa todo esto?
Pues lo cierto es que cuando de radiación se trata, no solo es importante saber la cantidad de radiación que despide una fuente, sino también cuánta de esa radiación es absorbida por el ser humano. Cada una tiene sus propias unidades de medición.
Cuando se habla de la cantidad de radiación que absorbe el cuerpo humano se habla de unidades rem y Sievert. El rem se usa en Estados Unidos, mientras que el Sievert (Sv) se usa en el resto del mundo (del mismo modo que en ese país se usan millas, pies y onzas, mientras que el resto del mundo usa el metro, el kilómetro o los kilos). Ambas unidades miden lo mismo. Para los curiosos, 1 Sv = 100 rem.
Con esas unidades, lo que se mide es la cantidad de radiación que absorbe el organismo humano cuando se expone a la radiación. Es por eso que cuando se habla del problema en los reactores de Fukushima, se usan las unidades rem y miliSv como indicación de la cantidad de radiación que podría absorber un ser humano.
Por si no sabía, le cuento que en su vida diaria, el ser humano está constantemente expuesto a la radiación. Por ejemplo, se acepta que en el transcurso de un año, un ser humano absorbe 3 miliSv de radiación proveniente de fuentes naturales. Entre ellas están las radiaciones cósmicas, la radiación de la tierra por el radón y la altura a la que viva la persona. Gente que vive mas allá de los 2.000 metros de altura recibe por ejemplo 1.5 miliSv más que los que viven al nivel del mar.
Del mismo modo, cuando nos tomamos una radiografía, nuestro cuerpo absorbe rayos X, y ahora ya sabe que esa absorción se mide en miliSv. Por ejemplo una radiografía del pecho hace que el cuerpo absorba 0.1 miliSv. Una tomografía axial computarizada (CTScan) del pecho 7 miliSv, una mamografía 0.4 miliSv y así por el estilo. Por su parte, un CTScan del vientre y la pelvis con y sin contraste, tomado dos veces (porque hubo necesidad de repetirlo), hace que el cuerpo absorba 30 miliSv.
Este cuadro le puede dar importantes e interesantes comparaciones.
Esta otra información le puede mostrar qué pasa cuando el cuerpo absorbe cantidades crecientes de radiación.
Por otro lado, cuando queremos medir la cantidad de radiación que emite una sustancia, allí se usan otras unidades: el Becquerel (Bq) y el Curie (Ci), apellidos de los científicos ganadores del Premio Nobel que estudiaron las radiaciones hace muchos años. Los Curies se usan muy poco, los Bequerelios se usan mucho más.
Recientes noticias nos dicen por ejemplo que las espinacas cosechadas en Hitachi, a 60 kilómetros de los reactores nucleares de Fukushima y examinadas en Ibaraki, a 234 kilómetros de esa ciudad, tenían nada menos que 54,000 Bq de Yodo-131 radiactivo por kilo de vegetal. La misma noticia dice que “en la localidad de Litatemura, con alrededor de 4.000 habitantes, los niveles de yodo radiactivo se han situado en los 965 bequerelios por cada kilogramo de agua”.
Los vegetales no deben tener mas de 2,000 Bq por Kilo de vegetal y el agua no más de 300 Bq por kilo de agua. Esto hace que las espinacas analizadas tengan 27 veces la cantidad permitida de Yodo radiactivo y el agua casi 3 veces más.
Una manera de entender cuánto significan esos números es relacionarlos con la cantidad de radiación que se puede absorber, que como vimos antes, se expresa en miliSv.
Haciendo los cálculos respectivos, se tiene que si una persona comiera un kilo de esas espinacas contaminadas, absorbería 1.2 miliSv de radiación. Eso representa menos de la mitad de radiación que absorbe el cuerpo humano por causas naturales durante un año (3 miliSv). Esos 1.2 miliSv son también equivalentes a 12 radiografías del pecho.
En este artículo está la lista de cantidades permitidas de Bequerelios en diversos alimentos.
De tal modo que si bien es cierto que este es un asunto muy serio y que hay que tener cuidado porque no es saludable absorber un exceso de radiación, no hay razón para el pánico desmedido. Debemos estar atentos a las noticias y sobre todo a los valores en unidades Becquerel de los alimentos en la región en que se vive y evitar aquellos alimentos que muestren altos niveles de radiactividad. El Ministerio de Salud de Japón ha prohibido que se use cualquier material que tenga más de 100 Bq por kilo en la confección de leche en polvo para niños.
Las autoridades les han pedido a los agricultores cercanos a Fukushima que, de una manera voluntaria, no vendan sus productos y se sabe que los alimentos contaminados serán destruidos por el Gobierno porque no es posible descontaminarlos.
La cosa es seria porque no hay miedo más intenso en el ser humano que el miedo a un alimento contaminado… Los pasillos del mercado de pescados Tsukjii en Tokio están semivacíos y ya Corea del Sur, Indonesia, Tailandia, Malasia, India, Singapur y Filipinas están controlando los alimentos que importan de Japón.