No puedo dejar el ‘vicio’
EN EL VIDEOJUEGO DE LA VIDA
16 de diciembre de 1988. Nunca se lo he dicho, pero esa noche mi padre, sin saberlo, me regaló un libro lleno de moralejas inmortales. Han pasado casi veinte años y sigo admirándolo por lo que hizo aquella vez. No fue el regalo en sí mismo sino su poder de decisión para hacer (lo que sea) con tal de ver a su hijo sonreír. Ese día que he grabado con precisión y alta fidelidad, él se cansó de verme como niño errante suplicando permiso para ir a jugar Atari a las casas de mis amigos. Ese día se fue de casa dando un portazo después de un molestísimo: “Ya vengo”. Ese día solo llamó para decirme: “Ya no llores, te he comprado tu MaxPlay”. Todo fue muy rápido. Aquel 1988 había pasado del Atari (y su entrañable pero rústico juego de tenis) al curioso “Donkey Kong” que un amigo del colegio, Giovanni, tenía en un aparatejo de nombre Max Play. En 1988 todos querían tener uno en casa. Incluso en canales de televisión recuerdo un comercial anunciándolo como el mejor regalo navideño. Me animaría a decir que en esos finales de los ochenta, los niños y adolescentes peruanos vivimos “enviciados” la transición entre el voraz Pac-Man y el avezado Mario Bros. Era muy difícil “estar al día”.
He esperado veinte años para decirle a mi padre que desde el 16 de diciembre de 1988 creo en las sorpresas para rendirle homenajes a los que más quieres. También supe que la fuerza del cariño supera las más obstinadas limitaciones. Mi padre no tenía dinero para comprar un MaxPlay. No le pregunté cómo lo hizo, ni por qué lo hizo. Fue así de fugaz. Una excentricidad de mi ‘viejo’ me puso frente al regalo que más he celebrado hasta hoy: mi primer videojuego. Y desde allí supe que hay ‘vicios’ para toda la vida.
Ese MaxPlay, cuadrado y plomo, con bordes rosados, no se apagó durante muchos días. Era mío pero también del resto. Mis tres hermanos mayores (Rafo, Pilar y Patricia) se amanecían conmigo (y sin mí) hasta avanzar algunas fases del Super Mario Bros o del Spartan X (ese juego de karate que fue un clásico del Nintendo ochentero).
Tener a esa máquina en casa también significó un largo reinado en el barrio, en el colegio y dentro de la familia. Era como si en los años setenta alguien compraba en el vecindario un televisor a colores. Venían todos mis primos, mis amigos (y los que no lo eran) de la “cuadra”, del colegio o de la “parroquia”. Todos (mujeres también). Celebré tres cumpleaños seguidos jugando “Punch Out” (Mike Tyson en la etiqueta) o “Soccer”. Mi MaxPlay daba la hora y hacía la fiesta. Yo solo quería que me dejen solo.
Acabé con casi todos los juegos que tuve de MaxPlay (que eran casi los mismos juegos del Nintendo), solo me rendí con los laberintos imposibles de “Los Simpson”. Pasé todas las fases del Super Mario Bros sin cortar caminos (del 1-1 al 8-4). Estaba enfermo y quería más. Pero la cura llegó cuatro años después. Cuando en 1992 algunas casas y tiendas limeñas alquilaban a un sol la hora de Super Nintendo. Ya no tenía la misma cara de niño desilusionado que conmovió en el 88. Con mi ‘viejo’ las cosas se desmejoraron un poco porque heredé su carácter. El MaxPlay se fue al closet sin despedirse y yo regresé a mi estado de errante para buscar el “vicio” más cercano. Se acabaron las amanecidas y la compra compulsiva de cartuchos. Si no jugabas Super, no existías. Existí.
Hay juegos clásicos que no solo se jugaban frente a un televisor. “Street Fighter”, por ejemplo, era el desafío mayor en las máquinas (o consolas) de ‘pinball’. Había que tener talento y un poco de calle para entrar a esos dominios. Una tarde de 1993 nadie me avisó que en el “Street Fighter” valía “retar” (es decir, que si estabas jugando de lo lindo y un individuo ponía su moneda en la máquina tenías que ganarle para seguir avanzando). Cuando ‘Chocolate’ ¬–un pirañita quimboso que en el 2005 fue condenado a veinte años de cárcel por robarle el auto a un policía–, me quiso “retar” lo empujé diciéndole que “me deje jugar”. Para qué hice eso. Solo puedo contar que me defendí con valentía y raza. ‘Chocolate’ era un boxeador nato y yo fui su penoso saco ese día.
La monarquía del Super Nintendo duró algunos años más. Recién a finales de los noventa aparece el ‘Play’. Después de Mario Bros, Top Gear, las Tortugas Ninja, Contra, Street Fighter, Super Campeones y el mítico Super Soccer (Human) había decidido alejarme. Mucho “vicio” para tan poca vida. Pero conocí el Winning Eleven. Primero en Play Station 1, ahora en Play Station 2 y espero pronto en Play Station 3. No sé cómo explicarlo pero entre ese juego y yo hubo algo a primera vista. Un ‘click’, un guiño, un susurro, un verso, una tentación. Como dirían los expertos en amores feos, “los grandes jugadores no se retiran, solo descansan”.
Han pasado veinte años desde que ese MaxPlay vino para quedarse. Nunca lo regalé, quiero que esté siempre conmigo. A pesar de que mañana jugaré por primera vez el Winning Eleven 14 del Play Station 2 con Lionel Messi en la portada. Han pasado veinte años y quizá sea momento de buscar al ‘viejo’ para agradecerle con el regalo que más esperó (ahora me toca a mí, Pablo). Hoy cada vez son menos las casas donde se alquilan videojuegos por horas. Tampoco hay locales de ‘pinball’ y a ‘Chocolate’ casi lo matan en el penal porque seguro quiso “retar a alguien”. Hoy juego torneos de ‘winning’ con el Inter de Milan y no me canso de anotar goles con Ibrahimovic o Adriano. Hay “vicios” que son para toda la vida. Porque vivir es jugar y yo quiero seguir jugando.
¿También te consideras un “vicioso”? ¿Cuál es para ti el videojuego de todos los tiempos? ¿Atari o MaxPlay? ¿Nintendo o Sega? ¿Super Nintendo o Play Station? ¿Cuáles son los personajes de videojuegos que consideras más entrañables? ¿A qué edad tuviste tu primer videojuego? ¿En tu barrio todavía hay “vicios”? ¿Te quedas con las imperfecciones de los juegos del ayer o aplaudes la realidad virtual que cada vez se mejora en el Play Station? ¿Sabes que por Internet puedes volver a jugar “los clásicos de siempre”?
[Este video es impresionante, un buen tipo logró acabar Super Mario Bros en solo cinco minutos. Ver para creer]
[<Una buena pelea de "Street Fighter" entre Ken y Vega. ¿Tú cuál elegías?]
[Uno de mis juegos favoritos cuando estaba de moda el MaxPlay: Spartan X]
[¡¡¡¡PAC MAN!!!!]