Robot, eres formidable
Yo era “ El Vengador” ¿y tú?
Era fácil decirle Mazinger Z. Por los puños voladores. Porque era un gigante robot. Pero algo no cerraba en esa arbitraria denominación. Miraba al enorme muñeco, que gané jugando al sapo en el Club de Ricky, y sentía que había creado una falsa identidad. Era fácil decirle Mazinger pero no era Mazinger. “Siento que te he visto antes”, recitaba confuso a la hora de rebautizar a esa réplica de cuerpo-metal. Mi hermano mayor, con la ayuda de los años que yo no tenía, se detuvo ante el falso Mazinger Z y le devolvió su verdadero DNI robotizado:
–No pues, ese es Supermagnetron, el del Festival de Robots.Con razón pasé tantas tardes y mañanas buscando al planeador (el de la cabeza de Mazinger Z), el mismo que por ratos asumí como extraviado en algún inesperado vuelo. Nada de eso, el planeador nunca estuvo. Nunca fue. Mazinger Z había sido el más mecánico de mis espejismos.
Mi único contacto tangible con el mundo de los robots setentero fue aquel gigantesco muñeco de Supermagnetron. No sabía de dónde había salido, si era un error de la aduana peruana o algún importador pendenciero sabía que niños paparulos como yo podían confundir a ese robot con el ídolo Mazinger Z. Igual me encariñé con ese Supermagnetron, quizá el menos famoso del “festival”. Fue de lo más vistoso que tuve entre mis juguetes, a pesar de no ser mi robot-fetiche. Era el registro de uno de los primeros dibujos que recuerde haber seguido sin mediano descanso.
Del Festival de Robots yo prefería a ese justiciero incomprendido llamado El Vengador (que se transforma en un robot). Es más, yo era El Vengador. ¿Dije era? Nada, yo soy El Vengador. Pasé años intentando frotar los nudillos de los dedos como Febo para después saltar en posición fetal y ensamblarme en un cuerpo inmenso que pueda salvar a los otros. Y seguiré haciéndolo (pero nadie debe saberlo).
Me gustaba El Vengador porque tenía una historia de pérdida, de desencuentro, como le gusta a la gente. Su misión tenía el romanticismo de quien sale a pelear cuando recién descubre el dolor. Febo era el rebelde, tan ganador como Fonzie pero con mejor moto, tan desatado y pintón como Elvis Presley pero sin rock and roll. Para Febo, un corredor de autos, todo transitó sin hacer paradas. El fallecimiento de su padre y el heroísmo urgente. Sin tiempo para entenderlo todo.
Con El Vengador también aparecían El Galáctico, El Gladiador y Supermagnetron. Estos dos últimos creo que no tuvieron mucho tiempo en la televisión peruana aunque sí duraron algunos años en Venezuela y México. El Galáctico también tenía una buena historia, con buenas dosis de historia y futurismo, pero, es mi conclusión, su paso fue nublado por esa tormenta de sensaciones despertada por El Vengador, que hasta risa daba con ese torpe y absurdo robot llamado Tobor, quien siempre aparecía para echarlo todo a perder.
Ese género de ánime que reunía a los “robots del festival” explotó a finales de los años setenta y tuvo como principal representante a Mazinger Z, esa maquinaria que dribleaba entre el bien y el mal. La historia era totalmente afiebrada pero sus personajes, cuidadosamente definidos, hacían atractivos sus casi cien capítulos. De esta familia robótica (en años donde nadie hablaba de robótica), Mazinger Z fue quien tuvo más larga vida. Es el más bravo entre los bravos, a pesar que se nos fue en el último episodio. Perdonen la tristeza.
Para los más ochenteros, los que bordearon los noventa con el cambio de voz, es un deber conocer ese árbol genealógico de dónde provienen nuestros señores de metal. Porque antes de los Gobots y los Transformers (o Robotech) existían estos gigantes que llegaban festivos para agitar nuestras mañanas con sus poderes y con su capacidad para ser invulnerables.
Quiero recuperar mi festival de robots. Quiero tener una moto como Febo y correr con la impunidad de lo indestructible. Quiero apropiarme de la abnegación de los robots porque ellos no necesitan sentir para jugársela por el otro. Por eso recuperaré el asombro y me reinventaré como un Transformer (o un Gobot). Por eso esta historia continuará.
¿Eras fanático del Festival de Robots? ¿Te quedabas con El Vengador o tenías a otro favorito? ¿Recuerdas algún capítulo de estas series animadas con robots setenteros (y casi ochenteros)? ¿Extrañas a Mazinger Z?
¿Si reponen estos dibujos en horario estelar sería la salvación para los niños de hoy que injustamente son atormentados con la Pucca y Barney?
[El inconfundible intro del Festival de Robots con la voz-sello del Capitán Memo. Escucharla (y verla) es recuperar lo perdido en años sin magia]
[El Vengador, que se transforma en un robot. Aquí un extracto de ese genial primer capítulo donde se explica toda la trama. El resto está en Youtube]
[Mazinger Z y su intro en versión sudamericana. Vi la versión española y es insufrible. Innecesariamente traducida la letra de la música. En fin]
EL NOSTÁLGICO DE LA SEMANA
[Este video apareció en el duelo entre Camilo Sesto y José José pero merece un espacio diferente. Con la certeza de que unos meses después hay un público que no lo ha visto: una versión urgente y desgarrada de ¡¡¡PERDÓNAME!!! (¿and so it is…?)]
TAMBIÉN VIENE…(para los más futboleros: Maradona y los goles más gritados de todos los tiempos)