Mi chocolate juguete
Y MI SORRENTO, MI CUA CUA, DOÑA PEPA CORAZÓN (QUÉ MOSTRO)
¿Qué será de ese Superman lleno de fracturas en el cuerpo después de mis penosos intentos por hacerlo volar? ¿Qué será de mi Aquaman despintado por tantas veces que lo sumergí en la tina del baño creyéndolo de vida submarina? ¿Dónde están mis Súper Amigos? Hace unos 20 años tuve que olvidarme de todos y cada uno de ellos y hoy, al recordarlos, me estrello con un muro de los lamentos porque ya no existe un chocolate Juguete que me los regale por segunda vez.Una envoltura amarilla, con un trencito azul en la parte de arriba y siempre un muñeco o carro coleccionable. Gracias a mi chocolate Juguete de Motta, me apoderé de robots multicolores, de Los Picapiedra, de Ultraman y, por supuesto, de la Liga de la Justicia: desde la Mujer Maravilla hasta el resistente Superman, quien en su versión miniatura se comportó en mi casa tal cual lo hizo en los cómics: moría para después resucitar.
Para un niño insoportablemente hiperactivo –que desde las siete de la mañana fastidiaba a todos saltando sobre la cama tratando de repetir el comercial de colchones Paraíso–, el inmejorable premio para comprar su calma era un oportuno chocolate Juguete. No era una golosina de sabor distinto ni mucho menos especial. Era un chocolate delgado y pequeño, que podía ser devorado en el primer bocado; pero su valor agregado, llámese juguetes, lo convertía en una compra imprescindible. De primerísima necesidad.
Superman me acompañó varios años. Lo hice volar, lo hice hablar, hasta lo hice bailar como si fuera parroquiano de la discoteca Reflejos. Cuando cerca de los 8 años comencé a tomar conciencia de lo que había hecho con él y quise enmendar la plana, era muy tarde. Superman tenía los brazos destrozados y parte del cráneo descubierto, las piernas magulladas. Aquel Superman había sido creado para mantenerse quieto sobre vitrinas, no había nacido para volar.
Si no encontraba mi chocolate Juguete, me desquitaba con el perdurable Sorrento. Cada vez que me compraba una Doña Pepa la abría para darle más tiempo de vida. Hoy que estos chocolates veteranos viven sus años de jubilación reducidos a la mínima expresión, solo queda añorarlos en las regresiones de nuestro memorioso paladar. ¿Han visto que las Coronita ya casi ni relleno de chocolate tienen?
Arriesgándome a las alusiones sobre una presunta precocidad puedo decir que en primaria pude conocer lo que es un buen polvo. Se llamaba Chocomel y en su envoltura tenía a un niño colorado con pinta de engreído. En los años ochenta no existía quiosco escolar que no venda sus sobrecitos de Chocomel, ese polvo de cacao que podía condenarte al descanso médico por crisis de asma o tos.
Vivimos los años ochentas y noventas bañados en chocolate. Un tiempo despertaba pidiendo mi Chocopunch o esperaba a mi padre con su avisada sorpresa: un chocolate Mostro. Quiero un Muss, dame un Muss (de Cremino). Chocolate para taza Winter, chocolate winter con pasas y maní. Lentejitas de chocolate. Willy Wonka nació en el Perú ochentero. Toma chocolate, paga lo que debes.
Ya cuando había comprado mi primera camisa Sunset Beach y tenía en el ropero algún polo con cuello rasta, fui testigo de cómo comenzaban a despedirse las últimas colecciones de mi querido chocolate Juguete (con los Monsters in Pocket como abanderados de esta última generación de regalos).
Antes había variedad y cantidad, hoy algunas fábricas nos condenan a ediciones limitadas. Hoy encontrar una Doña Pepa o un Cua Cua es un verdadero momento Sublime. Quizá sea la crisis financiera o el TLC pero siento que los chocolates ahora son un bien esquivo. Cada vez más caros y pequeños. ¿Han visto la presentación de Sublime en forma de cavanossi? No pues, no se pasen.
Chocolate Juguete quiso volver pero le fue muy mal. Ya no es una golosina para estos tiempos. Sus regalos pecarían de inocentes y se perderían en el laberinto social del reggaetton y RBD. Eso sí, mantengo la fe en encontrarme con coleccionista que tenga la envoltura amarilla con el trencito azul. Ícono de nuestro chiquimundo.
Mientras termino de chocolatear mis imágenes de bodega, recuerdo que en casa de mis padres dejé mi camisa Polystel con las firmas de mis compañeros de promoción y algunos muñecos fetiches. Superman debe estar allí. Tengo que ir a rescatarlo. Sus imposibilidad para elevarse hasta el cielo ya no me perturbará, ese hombre de acero (que en realidad es de plástico Made in Taiwán) es tan viejo como yo. Tan deteriorado y deslucido, con las alas perdidas. Aunque puede ser que en un último encuentro me sorprenda, viéndome resignado, sin chocolates Juguete que me consuelen, al fin se anime a alzar el vuelo para no volver jamás.
¿Cuál fue el chocolate que preferías en tus años escolares? ¿Cuál prefieres ahora? ¿Te animarías a revivir a algún chocolate perdido en el tiempo?
La palabra es de ustedes
[Los emblemáticos chocolates Winter, yo prefería el azulito, con pasas a placer. El de maní no me vacilaba tanto]
[Otro emblema de las golosinas ochenteras y noventeras: el chocolate Mostro]
[Nunca entendí si el chocolate Cua Cua tuvo alguna injerencia en la creación del juego del Pato Cua Cua. Pero igual era simpático este producto. Ahora sale en una versión reducida (no vale)]
[El interminable Sublime. El chocolate que perdura hasta hoy y que cada vez cuesta más. Así es]
[A manera de yapa, este video de galletas Chomp de Vainilla. Lo puse porque siempre lo busqué y porque Milene Vásquez se convirtió en 1986 en mi primer amor platónico. Apenas lo encontré, lo he subido]
EL NOSTÁLGICO
[Enrique Guzmán y "Dame felicidad". Otro clásico de "La hora del lonchecito". ¿Alguien recuerda la parodia de Los Picapiedra donde aparece Piedrique Guzmán? Un winner de los sesenta]
LO MÁS CURSI
["Jenny" de Fahed Mitre. Otra balada nacional que merece estar en nuestra despiadada lista. Ohhh mi Jenny..., entrañable melodía]
[Aviso parroquial: Confirmen quiénes se apuntan para el concierto del Capitán Memo. Yo mañana compro mi entrada y ya estoy empezando a ponerme de acuerdo con los lectores que se han animado. Ese podría ser el segundo encuentro con la gente del blog, si quieren uno más exclusivo se nos ocurría que podía ser un Karaoke del ayer (estamos buscando un local). Por ahí va la cosa. Abrazo para todos y gracias por la fidelidad. PC]
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