MJ: el hermano menor de la luna
YOU ARE NOT ALONE…
“One day in your life” fue mi canción de cuna. En ausencia de mis fantasmales padres, mis hermanos mayores tenían que cuidar a ese regalo inesperado que llegó algunos años después (este pechito). Por las noches, a las nueve en punto, me llevaba a dormir Pilar, mi hermana mayor y madre suplente. Ella, casi una hippie tardía, bajó un poco las revoluciones a inicios de los ochenta y se compró discos de los Jackson Five y de The Carpenters. Mientras esperaba que cerrara mis ojos, Pili encendía su pequeño tocacassette negro. No supe de arrullos pero sí mucho de Michael. Siempre me preguntan cuál es mi real historia con “One day in your life”. Allí está, esa es. Por eso cada vez que la escucho hago silencio y pienso en mi inicio y en mi inevitable final. Esa balada de Jacko para mí no solo fue ideal para comenzar a nacer, también lo será para terminar de morir.[Sigue leyendo pero antes dale al play: “One day in your life”]
Yo también imité a Michael Jackson. A un mes de los cuarenta años de la llegada del hombre a la Luna, se fue el único que nunca necesitó un transbordador para su caminata lunar. Con zapatos o sin ellos, con el piso de la sala encerado, intentaba navegar a pie… como él. Nadie podía ser tan iluso, su tiempo no era el mío. Sus vertiginosas cámaras lentas, su pacto con el aire para nunca besar el suelo, ese robot delicado, las puntas de los pies en línea recta, la mano faltosa golpeando donde más duele. Inalcanzable. Para ti, para mí, para tú. Michael se apoderó de las leyes naturales, era un mago y un genio. Para hacerlo más real solo lo convertimos en rey.
Fue en 1993 y sí me acuerdo. Un spot de televisión con Michael saludando nos daba su palabra de hombre con una evidente voz de mujer. “Pronto estaré con ustedes en el Perú”. Claro que venía. De todas las formas pedí que me compraran una entrada pero la crisis del terrorismo y del cólera aún afectaba en mi casa. No había forma, mucha plata. Pero la ‘jacksonmanía’ se hizo en el Perú más contagiosa que la estupidez. Las colas volvían y por las calles de Larco o del Jirón de la Unión aparecían bailarines espontáneos para mostrarnos su cuarto de hora de Billy Jean. Insufribles todos.
Michael Jackson iba a cantar en Lima un 26 de octubre de 1993 y por supuesto que me acuerdo. Lo que nunca entendí bien, lo que hasta ahora sigo preguntándome es qué pasó. Hemos tenido a Kiss, a Iron Maiden, pronto a Depeche Mode. Pero lo que nos perdimos esa vez fue el espectáculo de nuestros tiempos. El mejor Michael Jackson, el de Dangerous. Un mes antes, en la fiesta de la primavera de mi colegio, aquel segundo de secundaria se alistaba para el número del año, el mejor, el único, lo inimaginable. El Rey del Pop jamás vino pero el escenario del antiguo cine Alhambra fue testigo de mi celestial momento Thriller.
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[Para continuar “Thriller”, click en play]
Nunca encontré objeciones para zarandearme a cualquier compás. Sacaba el pañuelo sin vergüenza para la marinera más arriesgada, contorsionista hasta abajo cada vez que El General o Nando Boom lo pedían. Ahora seré el muerto diferente, el ánima estrafalaria, mi brazo ficticio se caerá con rotunda coordinación. Mucho maquillaje, tengo que palidecer para ganar. Transfórmate. You Know It’s Thriller, Thriller Night (cabeza de lado golpeando el hombro, manos dobladas, y va izquierda, y va derecha). Las luces despiertan junto a la voz sombría de Vincent Price, las ánimas saliendo de sus tumbas sin epitafios. Ninguna equivocación, no hay licencias. En la tarima están marcados los pasos.
Junto a Teresa, la voluptuosa profesora de baile, aplicamos variaciones a la coreografía. Todo más cadencioso, más técnico. Sin temor a lo delicado. Era mi vocación. Y digo “era” porque mi osadía para ser un cisne que baila murió esa tarde. Hasta esa ocasión, era infaltable en cada festival de baile escolar.
Amaba transfigurarme, despertar “cosas”, erizar cabellos, poner rojo a papá. Quería sustentar algún día una tesis que demuestre que la virilidad no muere al desfilar de “puntitas”. Palmas para los muertos de segundo de secundaria: ovación mayor. Primero había decepcionado a todos con La Negra Tomasa (los vendedores de humita ya no dan risa). Tercero, trillado con Grease, y Cuarto, ambicioso con Sopa de Caracol, no superaron mi caída del brazo. No se maquillaron mucho, no se transformaron. Un obstáculo faltaba. Quinto de media, la promoción y su esperado número sorpresa. “Con ustedes la última presentación de esta noche… Las Chicas del Can”. Un pasito pa` adelante y un paso para atrás. Pero con ganas.
Esos drag queens de quinto me despidieron del baile formal. Aún me desenvuelvo en pistas menores repletas de neón, pero mi opción de deslizarme, volar y ser simétrico, fue apabullada por tanta desfachatez. Ellos ganaron el festival porque su transfiguración fue honesta. Eran nueve muchachos de dieciséis con escotes desvergonzados y tacos irresponsables. Todos llenos de rojos patinadora. No era un baile cualquiera, era un manifiesto. Estoy seguro que si al finalizar Juana La Cubana, el disckjockey apretaba play en I will survive, el escenario se hubiera desbordado de una manera total.
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[“You are not alone”… para cerrar]
Solo tuve un disco original de Michael Jackson. Fue aquel History de 1995. Impresionante presentación, con doble CD, con portada monumental, con un Jackson que ya se imaginaba legendario y perpetuo. No era mío el disco, recuerdo que lo cambié con el ‘Pato’ Acosta por unos cuantos cartuchos de MaxPlay. Tremendo negocio. Mi buen amigo se arrepintió del trueque y me pidió su disco cada semana, durante dos años. Hasta que, sabiendo que quizá era la última vez que lo iba a ver, decidí sorprenderlo pagándole la deuda más eterna.
Nunca se lo dije al ‘Pato’ pero me encariñé con aquel History por “You are not alone”. Una balada tranquila y descansada, yo vivía 15 años demasiado intensos y agrandados. Sobrealimentado de rebeldía e intolerancia, mi cabeza solo encontraba paz por las noches con esa canción. You are not alone. No estaba solo. Y tú tampoco Michael. No sé si él supo amar. No sé si se confundió, si tropezó, si cayó en lo prohibido. No tengo pruebas. Ningún investigador ni biógrafo precisará cuántos lo decepcionaron o viceversa. La cantidad nunca será revelada, pero nadie me quitará de la cabeza que a Michael Jackson alguien, en algún remoto momento, logró partirle el corazón.
Blanco y negro, Michael Jackson hizo hasta de su piel una colección de matices. Su debilidad era la innovación. El soul, el blues, el rock y el pop. De mezclas vocales de antología con los Jackson Five, de gran avanzada musical con esa guitarra santificada del monstruo Eddie Van Hallen en “Beat it” e infaltables caricias corales con sus baladas. También hubo pop, reinado y mucho baile. Michael Jackson podía prescindir de sus músicas, de sus letras, de su voz, pero nunca de sus pasos imposibles. Podía regalarnos un solo de movimientos y todos agradecidos. Como en aquel 2001, cuando ante un Madison Square Garden repleto, Jacko se entregó, quizá, por última vez. En ese Billy Jean, que para muchos supera al original, Michael baila como si estuviera despidiéndose. Su paso lunar duró algunos segundos más (ya quería llegar al cielo).
Dice el reporte médico que a Michael Jackson, de 50 años, intentaron revivirlo durante casi una hora. Era un extraterrestre, no era Dios. Decenas de operaciones y transformaciones y una vida puesta en venta en los juzgados. Difícil respirarlo. ¿Fue un pederasta? No lo sé ¿Alguien lo sabe? ¿Estaba loco? Quizá, ¿y quién no? Pero Michael, el menor de los Jackson, también era un sensible y por eso escribo el post más largo de todos para él. Por ser un rey de cinco sentidos. Por ser un monarca con voz y sin voto. Ha muerto el músico más completo y versátil del siglo. Que suene Billy Jean, que camine otra vez, los calcetines con lentejuelas y el guante blanco para señalar el camino que al fin encontró: desde la Luna hacia el país de Nunca Jamás.
¿Qué recuerdos te trae la música de Michael Jackson? ¿Cuál es tu canción o video favoritos del Rey del Pop?
La palabra es de ustedes
AQUÍ UNA VELOZ SELECCIÓN DE VIDEOS DE MICHAEL JACKSON (perdonen las omisiones)
[Ill be there con los Jackson Five]
[Blame it on the boogie de los Jackson Five (cualquier parecido es pura coincidencia). Gracias a Raulín Raulón]
[Beat it con el también mítico, ídolo de mi hermano y mío: el genial Eddie Van Halen]
[Heal the world… presentación en el Superbowl de 1993. Videazo]
[Para muchos esta es la mejor versión de Billy Jean. Fue en el 2001. Es la última vez que se le vio bailando de esa manera. Fue su despedida. Para imitarlo otra vez, así sea un rotundo fracaso]
BONUS TRACK: SOLO PARA NOSTÁLGICOS
Hace un año salió al aire este pequeño blog y recién el pasado viernes por la noche pude entender lo que estaba pasando al otro lado del río. Más de 70 personas llegaron al Bobo Bar de Miraflores y el local tuvo que cerrar antes de la medianoche por exceder su capacidad. “Los Nostálgicos” (nombre reinventado y definitivo del pionero Club de la Nostalgia) decoraron todo con globos, serpentinas, diseñaron pines con motivos de dibujos animados, compraron gorros y me sorprendieron con 3 memorables regalos. Para mí fue la mejor noche y sigo abrumado. Casi en shock cinco días después. Gracias por el momento, por los grandes detalles. Feliz año del blog para todos ustedes también. Este espacio hace mucho ha dejado de ser mío. Es un bien común. Se viene el Karaoke Nostálgico y más actividades. Sí señores.
“LOS NOSTÁLGICOS” SE DIERON TIEMPO HASTA PARA DISEÑAR ESTA TORTA. DEMASIADO.
[Las fotos de la reunión del viernes. Hay muchas que se quedaron en las cámaras de “Los Nostálgicos” pero igual ponemos estas para que se hagan una idea de lo que pasó el viernes. Insisto, fue demasiado para mí. Y sigo agradeciendo]
LO QUE QUEDÓ DEL CAPITÁN MEMO
Bueno pues, quedó este retrato de una comitiva de “Los Nostálgicos” con el Capitán Memo después del concierto. Para la posteridad, el mejor de los recuerdos gracias a la cámara de Suspiros]
Y este es el video con Memo Aguirre después del conciertazo que se mandó. Ahora sí, cerramos esta etapa para empezar de nuevo. Un abrazo.
OTROSIDIGO
Todos pueden seguir las “otras actividades” de este espacio a través del grupo del blog en el Facebook o a través del espacio en el Twitter. Esto ha funcionado mejor de lo que esperaba. Gracias, otra vez, a “Los Nostálgicos”