Te veré volver
Gustavo Cerati es la imagen musical de los ochentas y parte de los noventa en el rock sudamericano. Por este post urgente: para acompañarnos con él y con Soda. Una manera de esperarlo mientras pasa el temblor
Gracias por venir. Te había esperado, digamos, unos veinte años. Yo no te vi en el Amauta, yo no te perseguí como loco en esa visita de 1986. Esperé mucho tiempo. No viniste a despedirte en 1997 y se alargó la ilusión de algún día escucharte en vivo. Cuando te vimos volver en el 2007 yo no estaba solo. Había vuelto a salir con M. (para los seguidores de este espacio: mi Winnie Cooper personal) y la invité al concierto. Así es. Escuchar “Fue” tomados de la mano se convirtió en lo último que hicimos juntos. Ahora, mientras me recupero de un triple choque, leo que Gustavo Cerati está muy delicado. Después de seis días en cama he decidido sentarme a escribir. Cerati está mal. Y eso es algo que no puedo tomármelo con Soda.
Para ser ochentero hay que saber que alguna vez sonó Soda y que los muchachos bailaban dando saltos como si estuvieran lanzando puntapiés al viento. Te vi con Charly Alberti y Zeta Bossio en un recorte de periódico. Los vi alborotados y maquillados. Raros. Pregunté a mi padre por ti y me dijo que eran argentinos como Maradona. Escuché “Persiana Americana” y comenzó a mirar todo fuera de foco, me gustó “Prófugos” y desde allí viví la vida en estado de reo ausente.
Tengo una especial debilidad por el rock argentino. Por Sui Generis, por Charly, Fito por supuesto y Calamaro más. Soda Stéreo era más de los tiempos de mis hermanos mayores pero algo tenían sus ritmos que convertían su música en una expresión atemporal. Un ritmo que pagó peaje para el libre tránsito por todas las generaciones. Me gusta Soda y los esperé (te esperé) durante 20 años. Fui con Winnie Cooper y gracias totales por cantarme el mejor final para mi primer libro cerrado. La canción era “Fue” y el estadio se apagó para sobrevivir bajo la iluminación improvisada de 40.000 celulares. Impresionante. Como para verlo todo desde un zoom anatómico.
Me resentí contigo porque no viniste a Lima en la gira de despedida y me demoré unos cuatro años en reencontrarte ya en etapa solista (“Puente” fue la primera que escuché). Compré “Bocanada”, con la resignación de no escucharte nunca en vivo, al menos nunca con Soda. Pero es más divertido cuando lo escrito se desvanece y del cielo te caen hojas en blanco. Soda Stereo vino y los vi desde las primeras filas. Mis hermanos también fueron. Mis mejores amigos se acomodaron en diferentes zonas. Todo el Perú estuvo allí. No sé ustedes, pero siento que gracias a este reencuentro comenzó la verdadera fiebre de megaconciertos en este país (algunos dirán Roger Walters pero cada quien recuerda como quiere)
He ido a muchos conciertos pero este de Soda debe ser uno de los cinco mejores de mi vida. Estuviste genial Gustavo y lo celebraste en Nébula, la discoteca más cómplice que aquella vez no me dejó entrar por exceso de asistencia. Pensé que iba a ser la última pero siempre sorprendes y regresaste. No compré entradas para escucharte en San Marcos pero apareció de repente un ángel y otro reencuentro. De los mejores. Mientras me alejaba por el túnel del estadio me preguntaba cuándo te vería volver, cuando de nuevo traerías la voz de música ligera. Hoy escribo a una sola mano porque me preocupo y porque sé que Cerati volverá a cantar cuando pase el temblor. Él no está enfermo, a él no le faltan vitaminas.
Te escribo Cerati porque somos cómplices los dos, porque sé que prefieres volar en la ciudad de furia donde nadie sabe de ti. Te escribo y esto no es nada personal. Sé que necesitas distensión. Que estar despierto es un delirio que condenamos. Pero necesitamos al espía, al espectador. Tienes que regresar con tu acero inolvidable para este, tu rol protagónico. Vuelve Cerati. No seas tan cruel.
¿Cuáles son los principales recuerdos que tienes con la música de Gustavo Cerati? ¿Las canciones más nostálgicas de Soda? ¿Alguna de Gustavo como solista? ¿Fuiste al Amauta en el 86? ¿Fuiste al Nacional en el 2007? ¿Cuál fue el concierto de tu vida?
Nunca como antes amigos lectores, la frase que me presté de Cerati para pedirles comentarios: LA PALABRA ES DE USTEDES
TRES IMPORTANTES ACLARACIONES:
1. Para los que esperaban el post de los imitadores prometo culminarlo la próxima semana. La situación no era tan feliz como para hacerlo. El martes lo termino y cuelgo los primeros comentarios que llegaron.
2. Gracias a los que se preocuparon por mi estado de salud. Ya estoy mejor. Ya estoy para seguir.
3. He leído y escuchado un par de observaciones a mi texto de los Supercampeones publicado en Deporte Total el martes así que hago esta única aclaración. Es cierto que Kazu Miura tenía solo 14 años cuando se creó el anime de Oliver Atton. Pero también es cierto que este muchacho fue un niño conocido por sus dotes futbolísticas. A los 14 años, Kazu Miura ya era conocido señores. Tanto así que a los 15 ya estaba partiendo a Brasil (al igual que Oliver) para hacer su carrera. ¿Ustedes creen que un niño japonés de 15 que se iba a Brasil iba a pasar desapercibido en el país del sol naciente? Se los dejo allí.
Vamos con los videos
[“Zona de Promesas”. Una de mis favoritas y la que más escucho en estos días raros]
[“Prófugos”: Me encanta esta canción. Desde chiquito]
[“Fue”. Miren el espectáculo que vimos en Lima. Lo mejor de esa noche de diciembre del 2007]
[“Zoom”: una canción que pone totalmente]
OTROSIDIGO
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