El número primo
“El Príncipe del Rap” fue una de las últimas series que brilló en el Perú antes de la aparición del cable. ¿Qué fue de sus personajes? Un repaso a la familia Banks pero sobre todo a Carlton el primo de Will quien, para este blogger, fue la verdadera estrella de aquel show
Demoré muchos años en entender los beneficios de ser un buen segundo. Recuerdo que ese día guardé en un cajón todos los diplomas de primer lugar de primaria y secundaria, los sellé con cinta adhesiva “Made in China”, y los dejé en el cuarto de mi papá para no verlos más. Entendí en ese momento epifánico que era mejor no ser cubierto por las luces de un escenario, allí supe (al fin) que los hombres invisibles pueden ser grandes superhéroes. ¿Por qué en lugar de un imperturbable Batman no ser quizá un emprendedor Robin? ¿Por qué imitar los viejos trucos del Súper Agente 86 si mejor era tomarle una foto a la fuertaza 99? ¿Por qué tener tantos desvaríos amorosos como Kevin Arnold si Paul Pfeiffer fue quien ‘debutó’ primero? Apostemos por la reivindicación de los extras, los actores de reparto también ganan su Oscar. Después de elogiar la naturaleza de los segundos fue fácil entender que si Will era el “Príncipe del Rap” era porque el auténtico rey tenía nombre y apellido: Carlton Banks.
Llevo casi 20 años intentando copiar ese baile de felicidad del hilarante Carlton. Los brazos al aire, de un lado (y al otro), el tórax con la flexibilidad de un porfiado y las piernas alborotadas como los buenos borrachos. Quise ensayar esos pasos exaltados cuando “Winnie Cooper” me dijo que sí o cuando ingresé a la Universidad. Nunca salió bien. Alfonso Ribeiro (Carlton Banks) no solo tenía nombre de futbolista brasileño, su flexibilidad también era la de un delantero de un millón de dólares.
A mediados de los años noventa aún el desencanto no era tan letal con la televisión. El terrorismo aún no contragolpeaba como lo hizo en el 97 y pocos entendían por qué Colombia no repitió lo que hizo en las Eliminatorias durante el Mundial 1994. Por las tardes-noches de esos tiempos yo aún era un confundido adolescente que perdía el tiempo viendo series estadounidenses. Era un consumidor entusiasta e insoportablemente alienado. Sincronizaba relojes como Parker Lewis, me enamoraba tantas veces como Kevin Arnold y a “Peluchín”, el perro de mi abuelo, le atribuía una voz muy parecida a la de Alf. Quizá por eso no me enganché a primera vista con “El Príncipe del Rap”, mi disfrute televisivo despegaba siempre sobre el transbordador de la identificación. Y Will Smith (descontando su saludo con Jazz con los pulgares hacia atrás que también imité) no me despertaba el instinto de cercanía. Era un joven gracioso, pero distante. Era el payaso de la vereda del frente, no era de los míos.
Salvo por los pasos aprendidos del “Ninja Rap” de Vanilla Ice para una actuación del Día de la Madre de 1992, mi relación con ese baile atolondrado siempre fue nulo. Más razones para no ver a “The Fresh Prince of Bel Air”. Hasta que apareció Carlton Banks y sus descontrolados (y enternecedores) pasos de baile. Esa danza que satirizaba a algunos pícaros figurettis que se contorneaban al anotar en el fútbol americano, fue para mí el descubrimiento de una expresión justa y necesaria en la vída: bailar como loco para decirle a todos que eres feliz. Desde ese momento no solo he intentado fallidamente bailar como él en algunas situaciones de júbilo. También he gritado como Michael Jackson en Billie Jean (uhhhhh), he cantado “We are the champions” de Queen y he aplaudido como foca amaestrada. Todo gracias al efecto liberador del primo más famoso: Carlton.
Alfonso Ribeiro subió de peso pero nunca dejó de bailar. Actuó en series como “In the House”, pero sus momentos estelares de los últimos tiempos fueron el ganarse el primer lugar en el concurso “Celebrity Duets” y su presentación sorpresa en el partido entre los Orlando Magic y los Toronto Raptors. De Will Smith ya lo sabemos todo. En el “príncipe” llegó a Hollywood pero a mí nunca me despertó mucha empatía. Puede ser que no me creía su papel, o mejor dicho, no llegué a creerle nunca (ni siquiera cuando durmió en la estación del subterráneo en la película “En busca de la felicidad”).
Cuando era adolescente, pocos entendían mi excesiva buena onda con Carlton y mi falta de admiración por el papel de Smith. Años después, mis antenitas de vinil demostraron que son útiles: Janet Hubert, la tía Vivian de la serie, fue despedida en la tercera temporada después de su embarazo (1993). Quince años después, Hubert escribió sus memorias y describió lo que yo había sospechado desde un principio: Will Smith se llevaba mal con ella y por eso presionó para el “cambio en el equipo”. Qué buen tipo ¿no?
Karyn Parsons (Hillary) es ahora productora. Su último trabajo como actriz fue en el 2000 durante las emisiones de la serie “Job”. Mientras que la dulce y adolescente “Ashley” (nombre original: Tatyana Ali) hoy es una morena tan perturbadora como Beyoncé que regresó a la zona de protagonistas con la producción “The Young and the Restless”. También hizo música y participó en la campaña presidencial de Barack Obama. No es poco.
Desde muy niño tuve la debilidad por ensayar pasos de baile. Como si mi lado nómade (casi cavernícola) disfrutara elaborando esos rituales de danza y de celebración con inexplicables alegorías. Pero en algún momento quise cerrar el telón, se apoderó de mí un miedo escénico despiadado, me olvidé de los escenarios y me gané el olvido. Ya pocos se acuerdan que fui un adolescente candidato a “Bailando por un Sueño”, es mejor así. Hoy con 31 años recién cumplidos, tengo un cubil felino donde solito me jaraneo, donde, al igual que Carlton, espero que no haya moros en la costa para entregarme al ritmo y convertirme en un reincidente saltimbanqui. Yo no veía “El Príncipe del Rap” para bailar rap, yo lo veía para bailar como Carlton. Un.. dos… tres … va.
[Alfonso Ribeiro en su versión actual ¿Le falta un poco de baile no?]
[Infartante foto de Ashley (Tatyana Ali). Se dedicó a la música y ha crecido muchísimo]
[James Avery, el tío Phil, protagonizó series como "Sparks" y después se ganó la vida haciendo doblajes para documentales. No ha cambiado mucho]
[Foto reciente de Hillary con sus hijas en una nota periodística. Ella también ha sabido conservarse. Recuerden que mantener su belleza, al menos en la serie, era más que una obsesión]
VAMOS CON LOS VIDEOS (VAMOS TODAVÍA!!)
[El entrañable Carlton y una compilación de sus mejores videos bailarines. Todos son muy graciosos. No me canso de repetirlos]
[irrepetible baile de Carlton en el capítulo con Oprah. Para seguir riendo]
[Una joyita: comercial de Pepsi de 1984 con Alfonso Ribeiro y Michael Jackson. También aparece Reggie de "La Pequeña Maravilla"]
FUE AYER Y SÍ ME ACUERDO
Videos para seguir recordando dentro del cubil felino de tu mente:
[Un super hit noventero con el inefable Pablito Ruiz. Quizá la canción hoy te parezca despreciable pero estoy seguro que muchos la tararearon alguna vez]
["Las palabras": una de las canciones más recordadas del Grupo Magneto. Otra melodía tonta, pero que apenas sea escuchada producirá en ti un extraño efecto. Déjate ser]
[Una feeling para cerrar: "Cosas del amor" de Ana Gabriel y Vicky Carr. Lo que yo más recuerdo del video es el eclipse. Para escucharla, recordar y después olvidarlo todo otra vez. Así sea]
AVISO PARROQUIAL
Comenzamos oficialmente la temporada 2011. Les cuento que me operaron, que estuve de cumpleaños, que he comenzado el año con muchos planes viajeros y que los he extrañado bastante. Ya recuperado y con la máquina de los recuerdos activada de nuevo, solo me queda decirles que los espero en la página del Facebook para ponernos nostálgicos en tiempo real. Les tengo una sorpresa para mediados de año que espero poder anunciar en las próximas semanas. ¡Vamos todavía!
P.D. También estoy en el Twitter. Mi cuenta es @jovennostalgico