Retroceder nunca, jubilarse jamás
Un recuento a los señores músculos que desfilaron por el cine ochentero y noventero. Hoy todos son abuelos que se resisten al retiro. ¿Quieren ver cómo lucen ahora Rocky, Chuck Norris, Iván Drago y Van Damme? Aquí están
Alguien tocó a He-Man y este se hizo realidad. Yo había coleccionado muñecos a todas las escalas de los Amos del Universo. Tenía mi espada gracias al auspicio de Basa, llamaba Battlecat al gato de mi vecina y encontraba un excesivo parecido entre el quijotesco novio de mi hermana mayor con Skeletor. Soñaba con ser un guerrero combatiente en las puertas invulnerables del Castillo Greyskull hasta que el planeta Eternia se convirtió en un barato set cinematográfico. Fue allí donde He-Man se disfrazó de humano para entrar en el lado oscuro.
He-Man ya no era de los buenos. Tenía 6 años y ya no me podían engañar. Lucía el cabello rubio y largo, cual improvisado Thor ochentero. Pero había algo más. Ese He-Man del cine era un viejo conocido. He-Man se llamaba Iván Drago y en vez de guantes de boxeo tenía armadura. Hay papeles protagónicos que también son una condena perpetua. Dolph Lundgren comenzaba en desventaja con un nombre impronunciable. Era Ivan Drago (y así por los siglos de los siglos). Pudo ser Escorpión Rojo, Soldado Universal o tener una aparición nostálgica en “Los Indestructibles”, pero en el recuerdo de los ochentas su fisonomía de peleador escandinavo tiene referencia directa a un boxeador soviético robotizado.
Aquel He-Man me decepcionó porque el guión era flojo, la historia era inverosímil y el Skeletor que crearon parecía un muñeco de fiesta para niños con disfraz alquilado en “Casas de disfraces Mandril”. Una película malísima y la sentencia letal para Dolph Lundgren, a quien le costó muchísimo seguir dentro de la industria hollywoodense. A Iván Drago no lo noqueó Rocky, sino el productor de “Los Amos del Universo”. Y le siguen contando hasta diez.
En cambio, Jean Claude Van Damme eligió algunas cintas con mayor inteligencia. Por lo menos pedía los libretos antes. Van Damme, para empezar, tiene nombre propio. Nadie le dice por la calle “Kickboxer” o “León peleador sin ley”. Algunos dirán, pero nunca consiguió ser tan mítico como un Iván Drago. Válida apreciación. Pero siento que hasta los niveles histriónicos del belga superan al sueco que era más inexpresivo que un muñeco de cera. De todos modos, y dentro de un mundo de testosterona, ambos son leyendas vivientes, exponentes indiscutibles de esa especie conocida como “los machos que se respetan”. (Categoría en la que obviamente este blogger pertenece desde que conoce la luz del día. Siempre aclarando).
Alguien me dijo una vez que los textos aguantan todo (aquí me tienen) pero yo pienso que el cuerpo no. Músculos con fecha de caducidad, culto físico que se pierde en la herejía de los brazos caídos porque Polystel solo es una marca de ropa escolar. Van Damme y Dolph Lungdren suman cien años entre los dos. Si a esa cruel operación matemática suman a Chuck Norris o a Sylvester Stallone ya necesitaríamos Carbono 14 para sacar la cuenta. Mis queridos viejos.
En este póker de cuatro grandes los dejo con lo que queda de estos señores. Tampoco son momias de Paracas Necrópolis. Mucho mérito tienen haber llegado a los cincuenta años (o sesenta, o setenta) en estas condiciones. Ahí van.
[Sylvester Stallone]
[Dolph Lundgren]
[Chuck Norris]
[Jean Claude Van Damme]
¿Qué fue de la vida de Chuck Norris, de Stallone, de Lungdren? ¿Dónde están Van Damme y Arnold? Pues ellos siguen peleando pero sus músculos ya se rindieron hace mucho tiempo. No importa, igual Norris sigue escribiendo columnas en revistas y juega a ser divertido anunciando sus poderes sobrehumanos (y de paso se convierte en opositor mediático del presidente Barack Obama). Lo más meritorio de estos señores es que, a diferencia de los musculosos de hoy, casi todos eran especialistas en artes marciales, box o cualquier otra técnica de defensa personal. Eran de verdad. Aunque era evidente su tiempo de caducidad. No hay bíceps que dure cien años, ni cirugía que lo resista.
Dolph Lundgren aún dicta clases de karate a decenas de incautos mientras se lamenta de su poca sabiduría para elegir películas (hace poco le confesó a una revista estadounidense que pagó caro el priorizar el dinero sobre la gloria). Stallone aún planea grabar alguna última versión de Rocky. Lo de Van Damme, digamos, fue algo más difícil: le diagnosticaron trastorno bipolar hace diez años y allí comenzó una pelea durísima. El rival era más fuerte que Atila de “León peleador…” o Tong Po de “Kickboxer”. Era él mismo. Pero por algo Van Damme fue actor protagónico de “Retroceder nunca rendirse jamás”. Comenzó la terapia y allí sigue. Peleando. Dice la leyenda urbana que en una fiesta en casa de Stallone, Steven Seagal retó abiertamente a Jean Claude. No debió hacerlo. Van Damme lo persiguió durante horas. Rocky reconoció que ni Apolo, ni Iván Drago. El más fuerte era Van Damme.
Tenía solo once años cuando vi “León peleador sin ley” en el desaparecido cine Country (previo lonche con sándwich de pavo en la cafetería de la entrada). Van Damme aún lucía intacto y en una de sus peleas más duras su entrenador le dice que había apostado todo el dinero al rival. Después de eso, León devoró a su presa. Desde ese entonces, la moraleja para mí quedó clarísima. No importa si ellos no creen, no importa si las apuestas están en contra. No importa si tu feligresía perdió el último miligramo de fe. Uno debe rebelarse y noquear así sea en el último round. Eso recuerdo y eso agradezco. Díganles musculosos, huecos, inútiles, robots, muñecos de madera. Digan lo que quieran. Pero este es mi homenaje. Porque un hombre de verdad debe saber estar en guardia (aunque sea porsiacaso). Y con estos señores yo aprendí a pelear.
¿Con quién te quedas? ¿Con Rocky? ¿Con Van Damme? ¿O Iván Drago? ¿Qué películas recuerdas más de estos señores?
LA PALABRA ES DE USTEDES
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FUE AYER Y SÍ ME ACUERDO
Esta vez el blogger se puso cursi….
[“Eternal Flame” de Las Bangles. Debo reconocer que siempre quise que me canten esta balada en algún Karaoke ¿Será?]
[“Glory of Love” del ex Chicago, Peter Cetera. ¿Karate Kid II? ¿O era otra?]
[“The Power of Love” de Jennifer Rush. Esta es la versión original, no le crean a Ángela Carrasco. Mi hermana tenía el cassette]
[Y esta es mi canción retro “caleta”. Muchos la deben conocer pero no es tan masiva. “Words” de F.R. David. A mí me gusta mucho ¿Y ustedes qué dicen? Es ochenteraza también]