Te acuerdas cuando...
Un remix de recuerdos ochenteros y noventeros por los cuatro años de este blog nostálgico
Te acuerdas cuando usabas tus muñecos de He-Man y Leon-O como si fueran personajes de la lucha libre de la WWF. He-Man era Hulk Hogan (porque en esos años aún no vendían muñecos de Hulk Hogan en el Perú) y Leon-O era Macho Man Randy Savage. Muñecos de plástico que cobraban vida en tus pensamientos. Cómplices indestructibles que fueron protagonistas de tu propio Toy Story. Te acuerdas cuando hacías conversar a las Tortugas Ninja con Daniel San de Karate Kid inventando capítulos de una serie rara donde tú eras el más extraño e incomprendido de los guionistas. Aún no has olvidado cuándo fue la última vez que jugaste con ellos. Has fingido amnesia como si fueras José José caminando por ahí de bar en bar. Pero sí te acuerdas. Cuando estabas solo pero siempre con ellos.
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Te acuerdas cuando el último domingo de marzo ibas a la peluquería más cercana a casa para que un hombre muy viejo te corte el cabello al estilo escolar. Tenías insomnio porque la noche siguiente tenías que ir al colegio. La primera clase, el olor a zapatos nuevos, la camisa nunca tan blanca y la expectativa inocente de que algo nuevo siempre tendrá que pasar. Aún no te has olvidado cuando te rompieron el corazón por primera vez. Mi primera balada del dolor fue “Love Hurts” de Nazareth. ¿Cuál fue la tuya? Te acuerdas que imaginaste un millón de situaciones antes de tu primera declaración de amor. Imaginaste tantas escenas cuando todo se iba a resumir en la simple frontera entre un Sí y un No.
Te acuerdas de tu Trapper Keeper, de tu cuaderno forrado con el poster de los “New Kids on The Block”. Agradeces haber vivido tus años de adolescencia cuando sonaba Nirvana, Radiohead o Cranberries. Sonríes cuando tus sobrinos o hijos tienen que escuchar reggaetón. Tú tuviste tiempos mejores, tú sabes que te acuerdas. Aunque no se lo digas a nadie, aunque dejas que el tiempo siga pasando sin detenerte a coleccionar los mejores instantes. Quisieras tener una máquina y volver a escuchar a Mc Hammer o a Pato Banton. Sabes los pasos de la Macarena y del Meneíto. Apenas suenan en la combi, quieres bailar. Pero no dices nada. Bailas en tu imaginación, en ese mismo espacio de fantasía que fue tu principal camarada durante aquellos años maravillosos. Aún tienes ese mundo paralelo. Tú y yo sabemos que esa dimensión desconocida permanece intacta. Desde ahora nos guardaremos ese secreto.
Te acuerdas de la última película que viste en un cine de barrio. Pudo ser “Titanic”, pudo ser “Rescatando al Soldado Ryan”. Pudiste ir con tu primera novia a ver “Jurasic Park” antes que existan CinePlanet o Cinemark. Tenías apenas uso de razón cuando tus padres te llevaron a ver ET o “La Historia Sinfín”. Te acuerdas de tu baile de promoción. Te acuerdas del baile de la botella. De Salserín con mucho swing. Te acuerdas de la canción “Me acuerdo” de Vico C.
Te acuerdas cuando después de tomar lonche mirabas el “Chavo del Ocho” y no entendías por qué tuvieron que desaparecer Quico y Ron Damón. Te acuerdas que apurabas tus últimas tareas de secundaria para ver “Los Años Maravillosos”. Te acuerdas de que querías ser Kevin Arnold y que buscaste hasta quinto de media a tu improvisada versión de Winnie Cooper. Sí, claro que te acuerdas. Así te quedes callado cuando salen las últimas noticias de un treintañero Fred Savage (Kevin) o así te hagas el distraído cuando tus compañeros de la oficina comentan sobre el esperado divorcio de Danica McKeller (Winnie). Te haces el serio, el muy formal, el impertérrito. Pero allí, en ese cerebro loco, te preguntas si tu Winnie personal también decidió alejarse de ese varón inoportuno (y aburrido) por el cual te dejó.
Te acuerdas que hace cuatro años empezamos a recordar juntos. Te acuerdas que escribí primero sobre las telenovelas que mi madre veía y que después compartí contigo una carta para el Chavito del Ocho. Te acuerdas que jugué a ser Kevin (y que muchos jugaron conmigo). Te acuerdas que en esta máquina del tiempo volvimos al circo, a la Feria del Hogar. Te acuerdas que lo único que nos faltó recordar en este blog fueron los detalles de nuestra primera vez.
No sé si te acuerdas, pero yo sí. Nos acompañamos por todo este tiempo y seguimos aquí, convirtiendo este blog en un rincón donde podíamos a ser felices en tiempo pasado. Me acuerdo que no sabía que iba a pasar con este blog en aquel 25 de junio del 2008. Me acuerdo que tenía miedo y que no sabía si iba a funcionar. Me acuerdo que solo quería culminar seis meses. Me acuerdo que nunca imaginé este día del 2012. Cumplimos cuatro años. Qué alegría. Qué alegría. Olé Olé Olé. GRACIAS a todos por la compañía de siempre, por la compañía de ahora. Gracias por cuatro años fantásticos.No sé si alguno ustedes ahora se acuerden de mí y de este blog. Pero yo, que sigo aquí, no me he olvidado (ni me olvidaré) de ninguno de ustedes.
¿Y? ¿Se acuerdan?
OTROSIDIGO
En estos cuatro años he compartido muchas cosas con ustedes, pero quería hoy hacer un recuento de las diez canciones nostálgicas que forman parte de mi ránking personal.
PUESTO 1: “I can´t take my eyes off you” de Frankie Valli. Si a algunos de ustedes les toca ir a mi funeral pídanle al DJ que ponga esta canción. Please.
PUESTO 2: “Creep” de Radiohead. Mi balada favorita de todos los tiempos.
PUESTO 3: “In my life” de Los Beatles.
PUESTO 4: “Goodbye Yellow Brick Road” de Elton John
PUESTO 5: “God Only Knows” de los Beach Boys
PUESTO 6: “Love Hurts” de Nazareth
PUESTO 7: “Only You” de The Platters
PUESTO 8: “Close to You” de The Carpenters
PUESTO 9: “When you´re gone” de The Cranberries
PUESTO 10: “Hey jude” de The Beatles