Shadows of the Damned
Tras levantar muchas expectativas por tener detrás de él a Shinji Mikami (Resident Evil), Suda 51 (No More Heroes) y Akira Yamaoka (responsable de la música de los primeros Silent Hill), Shadows of the Damned ya está en el mercado y esta es la reseña de este blog.
CAZADOR DE DEMONIOS
El protagonista es García Hotspur. En las primeras escenas del juego vemos como un demonio se lleva a su chica al infierno y no nos queda otra opción que seguirlo. Nos acompaña Johnson, una calavera con acento inglés que se convierte en las múltiples armas que iremos obteniendo. Él también nos guiará a través de los escenarios y nos dará pistas para resolver los acertijos.
La historia se basa en la idea de rescatar a nuestra chica del castillo del rey de los demonios. Es solo eso. Sin embargo, lo interesante del juego está en el aspecto punk de los escenarios, en el humor negro que posee y en el combate. Shadows of the Damned es un título que buscar ser distinto de otros shooters, y para eso trata de ofrecer nuevas mecánicas de juego cada cierto tiempo.
En primer lugar, está el tema de la luz. En la aventura habrán momentos en donde la oscuridad llene el escenario y empezaremos a perder vida poco a poco. Para evitar esto, tendremos que hallar una fuente de luz y disparar un rayo luminoso hacia ella. Sin embargo, a veces deberemos ingresar a esta oscuridad para resolver algunos acertijos. Los enemigos serán más fuertes cuando no estén cerca de la luz, por lo que siempre tendremos que tener en cuenta este factor.
El sistema de mejora de habilidades también me parece un acierto. Tendremos que recolectar diamantes rojos para subir alguno de nuestros atributos. Desde el primer momento, podremos elegir qué queremos mejorar de nuestro personaje. Puede ser nuestra barra de vida, las municiones de un arma, o el daño de otra, entre varias opciones más. Será clave elegir el estilo que querramos utilizar para acabar con nuestros enemigos y en base a ello, utilizar las mejoras.
El último gran acierto está en la ambientación del juego. En Shadows of the Damned encontraremos desde puertas que necesitan ojos o fresas para dejarnos pasar, hasta momentos de shooter en 2D. La experiencia de jugar este juego es sumamente distinta a la que podríamos tener con un Resident Evil o un Gears of War. Es cierto que no a todos les pueda atraer este estilo, pero vale la pena probarlo.
El juego también tiene algunos fallos. El control no es tan fino como el de otros shooters y esto puede resultar muy molesto en algunas ocasiones. También nos encontraremos cada cierto tiempo con bugs, y la cámara nos traicionará una que otra vez.
En conclusión, Shadows of the Damned (Playstation 3 y Xbox 360) es uno de los juegos más interesantes que he jugado este año, tanto por su sistema de juego como por su estilo irreverente. Eso sí, es solo para mayores.