El glam vive en el underground: breve crónica sobre los chicos glamorosos de hoy
En los 80, más o menos desde 1983 empezó úna curiosa disputa al interior del heavy metal, qué sonido y qué parafernalia artística eran las auténticamente headbangers. Eso llevó a que dos “corrientes”, por así llamarlas, se disputasen entre sí la antorcha de la sucesión metálica: el ligth/glam y el speed/thrash. Durante los 80, sobre todo desde la segunda mitad hasta 1991 por lo menos, el metal vivió su mayor expansión y popularidad formando lo que es para nosotros hoy nuestro periodo clásico. La dialéctica interna de enfrentamiento por la autenticidad entre el ligth metal (término que emplea Weinstein para referirise al glam, 1990) y el speed/thrash metal había hecho surgir el concepto de ortodoxia y heterodoxia al interior de la escena. Dicha confrontación, que para el thrash era explícita y que para el ligth era más bien implícita (muchas veces se reivindicaban solo como bandas de rock) invisibilizó los cambios que se iban gestando en lo márgenes del metal y que tanto lo modificarían.
Recordemos que las bandas de glam se caracterizaron por enfantizar las líneas melódicas en lugar de las rítmicas y por una vocalización cercana a la del pop rock (esto no siempre se cumplió a veces se inspiraron en cantantes de hard rock o de heavy metal). De hecho, trataron de acercar el sonido del heavy metal, típico de Inglaterra, al del hard rock de Estados Unidos (originalmente no había heavy metal en Estados Unidos). Sus temáticas enfatizaban los temas dionisiacos, antes que los apocalípticos, principalmente el amor fugaz, el sexo, las drogas y el rock and roll, verdadero herederos del espíritu más hedonista del rock de los 60. Dado que se valieron del video clip para su difusión, era la época de la MTV, el aspecto visual fue muy importante para ellos (glam es una contracción de glamour) así que tomaron del antiguo movimiento de glam rock de los 70 (David Bowie, New York Dolls y los más recientes Hanoi Rocks) elementos visuales que implicaban una androginización de los músicos.
Al cambio del panórama musical a comienzos de los 90, todo el metal se vio en mayor o menor medida afectado. De hecho, las dos grandes tendencias metálicas citadas se vieron en crisis y virtualmente desaparecieron del panorama principal. Para muchos headbangers vinculados a las corrientes más fuertes del metal (en esos años lo eran ya el death, el black y el post-thrash/pre-groove metal), el colapso del glam fue un hecho de justicia artística, pues siempre juzgaron a tal género de inauténtico y falso. Es más, luego de 1994, de verdad daba la imprensión de que el glam había sido elidido definitivamente de la faz de la Tierra.
Sin embargo, lejos del cálido Sunset Strip Boulevard de Los Angeles, hábitat natural de los glammers, en el frío escandinavo de Suecia, comenzaba a gestarse una escena musical que replicaba las principales características de este viejo movimiento. Los que dieron la clarinada de alerta fueron los Backyard Babies, que practicaron un glam mezclado con rock alternativo pero que a nivel de la aproximación visual eran glam de tendencia sleazy (a lo L.A. Guns). Junto a los Nasty Idols, de impronta más heavy pero con evidentes lazos con Skid Row y Mötley Crüe, fueron los que sembraron la semilla del glam nórdico, que poco a poco nos fue entregando bandas que ensayaron una aproximación al glam fresca y rejuvenecida.
Entre las bandas más señeras de esta movida sueca, tenemos a los Hardcore Superstar, formados en los años finales de los 90, grabaron Its Only Rock and Roll con lo que impresionaron al mostrar un disco de un género que hasta entonces parecía exhausto, pero que ahora sonaba vitalmente activo. Al poco reeditaron el disco con el título Bad Snakers and Piña Colada, en el que regrabaron ciertos temas e incluyeron otros nuevos. En 2001 editaron Thank You (For Letting Us Be Ourselves) y comenzaron su primera gira europea en la que llegaron a abrir para Motorhead. En 2005 editaron un álbum homónimo, que en mi opinión no es tan bueno, pero que les dio mucha popularidad en Suecia (tuvieron nominaciones al Grammy sueco). Luego llegó el Dremin in a Casket, un disco que se encuentra ya completamente dentro del heavy metal y en el que las tendencias glam se metamorfosean en un crudo sleazy angelino completamente guitarrero. En el 2009, se editó el Beg for It, su mejor álbum, testimonio de madurez que deja atrás musicalmente la mayor parte de lo que logró el viejo movimiento glam estadounidense. Quizás por ello su más reciente disco Split Your Lip (2010) no es de la misma potencia, aunque no es desdeñable.
Otro puntal de este renovado glam metal son los Babylon Bombs (me encanta el nombre) Esta banda ha practicado un estilo menos vinculado al heavy clásico y es mucho más rocanrolero, tiene fuertes vinculaciones con lo que hiceron Enuff Z Nuff y Britny Fox pero más maleado. Su construcción melódica es muy delicada y tienen un buen sentido compositivo lírico. Es una banda más reciente, su primer disco fue Ten Things You Can’t Live Without, del 2001, un disco efectivo y directo pero que permaneció en el underground. Recién y luego de una activa campaña de promoción en conciertos en Esccandinavia y la vecina Finlandia, publicaron su disco más conocido Cracked Wide Open And Bruised, del 2005. Álbum en el que destacan conciones como Lady Deny y Crucify, luego publicaron Don you Nasty, en el 2006, un álbum menos efectivo pero bueno finalmente. Lo último de ellos ha sido Babylons Burning, en el 2009, que bebe más de las fuentes del rock and roll.
Terminando esta somera revisión, que es más una divulgación, tenemos a los que para mí han dado el mejor álbum de sleazy glam del siglo XXI, Crashdïet. Su historia es veloz con sus matices de tragedia, como conviene a las bandas de rock. Luego de un falso inicio en el 2000 de la mano de Dave Lepard, vocalista, este conoce a Pete London en 2003 y decide ir en serio con el proyecto; para 2005 editan su seminal Rest in Sleaze, el mejor disco de glam metal del siglo XXI y el segundo mejor de la historia luego de Apetite for Destruction. La violencia y pureza de este disco es indescriptible. El trabajo en percusión (a cargo de Erik Young, un seguidor de las bandas de Osmose records) y las guitarras de London se despliegan con una furia que el glam nunca había conocido, ni los L.A. Guns, ni Dangerous Toys ni Faster Pussycat, las bandas más fuertes de este estilo, pudieron jamás hacer rendir a esta música tanta violencia y agresividad (no se alucinen, tampoco es tanta, es glam). La potencia emocional que trasmiten los temas puede ser abrumadora, sobre todo por la voz apasionada de Lepard, buen liricista. Todos los temas son buenos, pero se destacan sobre todo desde el segundo hasta el final. Se pueden escuchar de corrido decenas de veces sin agotamiento. Luego llegó la tragedia, Dave Lepard, el alma de la banda se suicida ahorcándose en su departamento en Estocolmo. A eso sucede una pequeña gira de despedida y luego se disuelve la banda. Poco tiempo después se reagrupan (con el baterista de Dismember y un nuevo cantante) y editan Unatractive Revolution, un álbum promedio de glam que de no existir Rest in sleazy convertiría a Crashdïet en una banda solvente y nada más. Le falta fuerza, el vocalista contratado estaba más en la línea de un David Lee Roth, que de un Sebastian Bach. El año pasado, tratando de buscar un justo reemplazo hallaron a Simón Cruz (de dónde será este pata) un vocalista competente pero con un ímpetu que lo pone más en el equipo de Blackie Lwless versión 84, que en el del glam. Se editó el Generation Wild y de hecho está en las mismas coordenadas que Rest… pero no está a su altura, buen disco, quizás no lo recordemos en 10 años, pero por ahora vale.
Como de costumbre, no he pretendido ni remotamente abarcar todo el tema, sino solo señalar algunos hitos que me parecen relevantes en esta sobrevivencia y pequeño auge del glam en la actualidad. En mi opinión esta persistencia demuestra que había algo de auténtico tras todos esos maquillajes y baladas de moda en el movimiento glam. Hay cierta vena divertida en el rock and roll que parece decir “nada me importa, quiero divertirme aunque a ti te moleste y hacerlo de verdad” que el heavy metal estándar no podía abarcar en su núcleo más duro y que por ello se originó este género periférico y alejado de su ortodoxia, pero que supo proponer esta aproximación con variedad de matices y hacer valerlo frente al resto. Hoy, 20 años después de los 80, no tienen ya nada que perder y sí algo que enseñar. Otras bandas interesantes de esta movida y no solo suecas son Crazy Lixx, Sister Sin, Dirty Penny, The Poodles, Sister y Steel Panther.