L. A. Guns: los Guns que no fueron
Sé que a algunos lectores del blog les llama la atención que siempre tenga un espacio para la llamada escena glam metal de los 80 y sus actuales prolongaciones. La razón por la que lo hago ha quedado especificada en otra parte (acá) y tal vez vuelva a ello en otro momento. Solo mencionaré que tal término es bastante equívoco (ambiguo) y que designa a bandas muy disímiles entre sí, desde auténticas bandas de heavy metal con look glam (Mötley Crüe, Skid Row) hasta bandas de hard rock o hard blues (Aerosmith, Cinderella) pasando por géneros pequeños pero bastante autónomos como el sleaze (Faster Pussycat, Ban Tango). Precisamente ahora, hablaré sobre la extraña situación en la que anda una de las más reconocidas bandas de dicha subcorriente musical: L.A. Guns.
En los 80 se decía que los L.A.Guns eran más guns que los Guns N’ Roses. De hecho, ambas bandas tuvieron un común origen en la escena de los Angeles. Hollywood Rose y L.A. Guns crearon a Guns N’ Roses. Uno de los indiscutibles creadores de la banda fue Tracii Guns, quien con Axl Rose, que provenía de los Hollywood Rose, decidieron darle forma a lo que llegaría a ser con el tiempo uno de los gigantes de la industria musical del siglo XX.
La verdad, ante lo duro de la situación inicial del grupo, Tracii se desanimó al poco tiempo y decidió volver a su proyecto originario, L.A. Guns; reclutó musicos nuevos, de regulares habilidades pero muy efectivos. Phil Lewis en la voz, Mick Crips en la guitarra rítmica, Kelly Nickels en el bajo y Steve Riley en la batería. Estuvieron muy activos en el área de California, sin embargo, al poco tiempo, unos reformados Guns N’ Roses de la mano de Axl Rose y con nuevos músicos (habían aparecido Slash y Steven Adler) tuvieron un éxito sensacional, de esos que se ven una vez cada década. En 1987 se publicó el Appetite For Destruction y tuvo no menos de tres hits en seis meses en una época en la que este estilo de música se hallaba en su apogeo. La verdad, el álbum en cuestión se convirtió en uno de los gigantes musicales de la historia del rock y todos sus temas exhibieron una calidad tal que simplemente jamás pudieron replicar, sin embargo les valió una fama que dura hasta hoy). El éxito de los Guns N’ Roses fue devastador para Tracii Guns. Pero aún era joven y pensaba que su turno de ser famoso e inmortal ya llegaría. Se equivocó.
Los L.A. Guns tuvieron sus momentos de gloria; sacaron un disco fenomenal homónimo con la banda en 1988, pero la historia no se puede repetir dos veces en una misma generación ni entre gente que se conozca. El álbum llegó tarde, el Appetite ya existía y la gente que le gustaba solo quería escuchar ese disco. A los L.A. Guns les tocó una pequeña fama en el underground del glam y del hard rock, al principio engrosaron las huestes de las bandas hair metal con look más callejero, a ello se le llamó sleaze y se caracterizaba por cierto espíritu punk en la acitud, sin embargo entre ellos se agrupaban bandas muy variopintas. Solo los Guns N’Roses alcanzaron estatus de estrellas mundiales. A las huestes de Phil Lewis y Tracii Guns les debemos el video y tema más representativo de este tipo de rock, One More Reason, verdadero compendio visual y sonoro del sleaze.
En 1989, los L.A. Guns repiten el plato con Coaked and Loaded, otro disco tan bueno como el primero y como el primero, relegado a los márgenes de la cultura popular. No nos confundamos, entre quienes escuchaban este tipo de música, los L.A. Guns eran famosos, pero no tenían la envergadura mediática publicitaria de los otros Guns, los de Axl. El problema es que Tracii quería ser una megaestrella y aunque su grupo tenía una popularidad compatible con la de otras bandas, no eran megaestrellas. Hollywood Vampyres de 1991, suavizó el estilo y trató de ir por el lado de las baladas hard rock y los medio tiempos (quizás si en lugar de eso hubiesen endurecido su estilo les habría ido mejor en esa coyuntura). Es un buen disco, pero más suave. El asunto tampoco resultó. El resto de la banda, liderado por Phil Lewis al parecer la estaba pasando muy bien, tenían drogas, chicas, whisky y un moderado nivel de éxito, pero Tracii no daba más. Guns N’ Roses la había vuelto a romper con un puñado de canciones bastante insulso en el Lies y con dos monstruos como los Use Your Illusion 1 y 2. Vino la multitudinaria gira con Metallica; las niñas mimadas del thrash y del glam iban a rodar por los Estados Unidos (los teloneros fueron los Skid Row) y todo fue sombra mediática para el resto de las bandas, incluidos estos Guns.
Después ya nada importó. El grunge apareció y la MTV decidió que había que darle forata a todas las bandas de metaleros maquillados y apostar por las camisas de franela. L.A. Guns permaneció en la lucha, hay que decirlo, por algún tiempo más y todavía en 1994 nos brindó un álbum de calidad, el Vicious Circle. El balance de estos cuatro discos es altamente positivo, juzgados desde una perspecitva musical e histórica. No es glam insulso y dulzón, al estilo de tantas bandas de la época, sino verdadero hard rock callejero. Si el sleaze hard rock existió, L.A. Guns es uno de sus picos representativos. En mi opinión, la mayor parte de su trabajo de ese periodo es catalogable de heavy metal, una forma singular de entenderlo, desde una perspectiva Sunset Strip Boulevard, por supuesto. Su estilo de motociclista y gitano, urbano y eléctrico era auténtico, de verdad eran unos tronados. A menudo pienso que el estilo de vida de estos hard rockers era mucho más peligroso que el de los headbangers más “true”, incluso que de los blackers nórdicos, por su vida extrema y sin control.
Luego, la luz mediática se apagó definitivamente para esta banda. A mediados de los 90 decidieron aplicarse una reingeniería musical y sacaron un abominable engendro llamada American Hardcore (ya sin Lewis en la voz) en el que suenan a Machine Head. Yo no aguanto ese sonido ni venido de los Machine Head, menos lo voy a aguantar de L.A. Guns, y eso es lo que pensó la mayoría de fans y ex fans. Todos le pusimos la lápida a la banda. Fueron años duros para el metal en todas sus corrientes y pensamos que el sleaze/glam era ya una víctima definitiva.
En los 90, se pierden en una serie de lanzamientos insulsos y torpes con cambios en la alineación. Man in The Moon del 2000 los coloca otra vez en la vereda y aunque es un disco más bien flojón es un acercamiento a su estilo clásico. Las cosas les iban más o menos, participaron de la gira Exiled from the Mainstream junto a Poison y Ratt; y, luego, ligaron una gira con Alice Cooper. Se avecinaba el retorno del metal de este siglo y podrían tener su oportunidad, habían recuperado a Phil Lewis, su vocalista de siempre y todo parecía que iba a ir bien. Error. Tracii decidió abandonar la banda y se quedaron literamente varados. Con el tiempo buscaron un nuevo guitarrista y sacaron un excelente disco en el 2003, el Walking the Dead. Salieron algunas giras y se volvió habitual verlos en discos de homenajes a diferentes grupos, como Led Zeppelin, Judas Priest o Guns N Roses.
Tracii iba por su lado, formó Brides of Destruction junto a Nikki Sixx y salió un disco, más o menos diría yo. Luego se salió de ese grupo y prefirió lanzar su propia versión de los L.A. Guns. Así, desde el 2005, nos encotramos frente a la rara situación de tener a dos agrupaciones en paralelo tocando bajo un mismo nombre. Sin embargo hay una gran diferencia. Mientras que la versión de L.A Guns en la que permaneció el vocalista Phil Lewis y el baterista Steve Riley ha mantenido un línea, no exenta de escandaletes, es cierto, los Guns que fundó Tracii parece una banda al garete. Hasta el momento han pasado 40 integrantes por esa agrupación, incluyendo a una vocalista extraída de las sentinas de la profesión, la llamada Dilana.
Los L.A. Guns de Lewis y Riley parecen más serios y están alfrente de un proyecto más completo y autónomo. Han editado sin Tracii un álbum más con temas nuevos en 2005 Tales From the Strip; los de Tracii por momentos parecen una broma, ellos, mejor dicho él, anduvo por acá hace unos años y creo que el concierto estuvo bueno, pero parece que el asunto ha degenerado con los años. En estos meses ha llegado a editar un disco de versiones acústicas de los viejos temas, el Acoustic Gypsy Live.
Ahora, después de casi tres décadas, uno oye esos discos y conoce la actitud de estos Guns y no deja de ser atractivo esa onda callejera, sucia, macarra, punky y metálica a la vez que en algún momento deambuló por el Sunset Strip. Una especie de nostalgia vicaria acude a uno y no se quiere sino una botella de Jack Daniels mientras escuchamos Electric Gypsy una vez más. Una época, que al igual que todas, no volverá. Salud.
Actualización al 2021
L.A. Guns ha estado con mucha actividad la década pasada. La alineación formada por Phil Lewis y Steve Riley editó un interesante Hollywood Forever (2012). Unos años después Tracii Guns y Phil Lewis se reconciliaron de manera bastante sorpresiva y editaron juntos un excelente The Missing Peace (2017), en el que ya no aparece Riley en la batería. Al parecer Lewis en realidad se había unido al L.A. Guns de Tracii. En el 2019 salió The Devil You Know, un disco que mantiene el espíritu musical de la banda pero con temas más desangelados que su predecesor. El 2020 nos trajo la sorpresa de que de nuevo hay dos L.A. Guns ya que Steve Riley se juntó con Kelly Nickels, bajista de los años 80 de la banda, y con nuevos integrantes han editado un excelente Renegades, algo más alejado de las raíces de la banda porque incluso juega con el post punk pero lleno de temas que mantienen esa rabia sleaze que siempre fue la firma de cualquier L.A. Guns que haya existido. Mientras los discos buenos aparezcan por acá genial.
Algunos videos emblemáticos de esta banda, el primero, One More Reason es toda una declaración de principios de lo que su estilo significaba.