Protector - Reanimated Homunculus - High Roller Records – 2013
La vieja banda alemana Protector, verdadera agrupación de culto en el death/thrash metal, ha editado un disfrutable y violento disco de retorno, el primero desde 1993.
Excelente portada, una de las mejores de este añoProtector tiene historia, mucha historia. Es uno de los gigantes semiocultos en la historia del metal. Editaron una buena fila de discos y ninguno fue malo. Protector, sin embargo, ha permanecido dentro del underground sin rozar el reconocimiento de unos Kreator, ni siquiera de unos Tankard, pero es verdad que es toda una personalidad en dicho medio. Pertenecen a una época prodigiosa del metal germano, a aquella avalancha de bandas de thrash que inundó el mundo con verdaderas armas destructivas. Cultores de un sonido desaliñado y sin concesiones, violentos y directos, no por eso descuidaron la composición musical y en medio de las tormentas thrashicas que han sabido desatar siempre había lugar para los cambios inteligentes y el sonido sorpresivo, ese que le da personalidad a los temas, los discos y a la propuesta toda.
Pasaron por tres etapas. La primera protagonizada por Michael Hasse a la batería y Martin Missy en las voces, con un Heinz-Werner Müller a las guitarras fiel discípulo de la escuela teutónica de riffs rápidos y sencillos y compases sucios. La voz bestial e incómoda de Missy acompañó al grupo en los primeros clásicos (Kain and Abel, Misanthropy, Golem) hasta el Urm the Mad de 1989. Luego se incorpora en su reemplazo Olly Wiebel, que con un tono más agudo tiene muy poco que envidiarle. Sin embargo esta primera etapa termina con la muerte de Michael Hasse en 1992. Entra luego en la agrupación Marco Pape en la batería, se edita un último álbum, el excepcional The Heritage, una joya thrash de 1993, un disco cuyo encanto también yace en su extemporaneidad.
Pape conduce el nombre de Protector por casi una década en un contexto adverso a su estilo y con alineaciones demasiado inestables. Un demo en el 2000 es lanzado pero aún es muy pronto para una resurrección. Este periodo oscuro se prolonga hasta mediados de la década pasada en el que las actuaciones se van espaciando.
Justo hacia el 2006 Martin Missy comienza en Suecia, adonde se había mudado, una banda en plan tributo llamada Martin Missy and The Protectors, con la que da una veintena de conciertos, el más grande, el tributo a Chris Witchhunter malogrado exbaterista de Sodom. Missy, que andaba en su proyecto stoner Obrero, se toma cada vez más en serio una reaparición del grupo y así termina en 2011 dándole forma a la nueva encarnación, sale en un par de splits y finalmente edita un disco de retorno, este Reanimated Homunculus.
Se trata de un verdadero viaje en el tiempo. Es thrash directo hijo de Venom, Celtic Frost y Destruction, o sea es una forma aún poco diferenciada de los que luego derivaría en los movimientos death y black. Ese sonido originario está acá rescatado y vivo aún. Solo Missy queda de la alineación original pero es como si Hasse hubiese resucitado y convencido a todos los demás de reintegrarse a la banda.
La voz nos remite, obviamente, a los primeros discos y demos del grupo. A los clásicos temas Kain and Abel, Misanthropy, Germanophobe o Holocaust. De hecho el primer tema es Sons of Kain como una declaración de continuidad. Las guitarras a cargo esta vez de Michael Carlsson y, aunque es de una generación posterior, ha resultado completamente fiel al estilo thrasher ochentero alemán, supongo que porque viene a acompañando a Missy desde la banda tributo. La batería es quizás el apartado más interesante y ofrece lo más cercano a una innovación. Siempre fue ambiciosa en la época de Hasse y en la de Pape. En este aspecto se destaca el tema Holiday in Hell, en el que la percusión brilla totalmente y es la que la da vida a toda la ejecución. Carl-Gustav Karlsson es el hombre de las baquetas. El bajo lo esgrime Mathias Johansson. No es que se sienta mucho, pero se nota el buen apoyo que significa para el cuerpo total del sonido.
El disco se beneficia de las actuales tecnologías de grabación, aunque las producciones de Protector jamás se oyeron mal, (es más, se oían mejor que las de Destruction), pero esa calidad sonora en producción se ha usado para que el ruido no interfiera la música, nada más. Las cualidades extremas que caben esperarse de este tipo visceral de thrash se han mantenido intactas.
Un feliz y bestial retorno solo comparable al de Sorcery en el metal extremo hace unos meses. No te preocupes, si eres un amante de los viejos sonidos del thrash y odias a muerte el groove y el metalcore, este disco es munición. Fuera de radicalismos, de verdad estamos ante un death/thrash de alta calidad que merece ser oído.