El explorador del mundo en Lima
“No debe sacrificarse el desarrollo por una conservación del medio ambiente mal concebida”, con esas palabras el explorador francés Jacques Cousteau empezó a deslumbrar al público peruano que lo vio llegar al aeropuerto Jorge Chávez de Lima el 12 de enero de 1982. Treinta años han transcurrido de esa visita, pero aún retumba en nosotros el pensamiento del hombre que luego viajaría por el río Amazonas en busca de la verdad científica.
Con aquel espíritu inquieto e infatigable que lo llevó a explorar el planeta, llegó al aeropuerto Jorge Chávez uno de los documentalistas más importantes del mundo, Jacques Cousteau.
Pero, ¿qué había traído a tan relevante hombre de ciencias a la capital limeña? La respuesta obedecía de nuevo a su pasión por explorar la naturaleza.
Cousteau iniciaría en los meses posteriores a su llegada a Lima una expedición por el río Amazonas, que partiría de Brasil a bordo de su ya mítica embarcación Calypso, y continuaría por el río Marañón en el Perú, con el fin de estudiar la flora y fauna acuática de la Cuenca Amazónica.
El recorrido de este oceanógrafo de profesión, nacido en Saint André de Cubzac, Francia, comprendería la exploración en otros territorios como Colombia, Venezuela y Ecuador.
Respetuoso siempre de las formas, Cousteau señaló esa vez que su trabajo estaría restringido a los parámetros impuestos por los gobiernos de aquellos países, por ello esperaba la mayor colaboración posible a fin de que se cumplan los objetivos de su expedición de 40 personas.
Precisamente para afianzar las relaciones con el Gobierno peruano de entonces, el científico fue invitado a almorzar por el presidente de la República, Fernando Belaunde Terry, quien junto a una comitiva de ministros abordó la embarcación Neptuno, en el muelle de la Escuela Naval, para dirigirse a la isla San Lorenzo, donde se encontró con el científico francés.
El oceanógrafo manifestó su preocupación por los daños a la riqueza natural peruana. “No debe sacrificarse el desarrollo por una conservación del medio ambiente mal concebida, deben hacerse los estudios previos para saber hasta qué punto pueden utilizarse los recursos naturales sin dañar el equilibrio”, dijo.
El galo congenió inmediatamente con el presidente Belaunde, quizá debido a la preocupación del científico por el entorno natural de la Amazonía.
El Perú en la noticia mundial
Su presencia puso una vez más al Perú en la mira de la comunidad internacional en cuanto a temas de preservación de medio ambiente, ello debido a que su labor no solo se remitía a la exploración y registro audiovisual de sus viajes, sino que se había convertido en un apasionado conservacionista.
Como una muestra de su lucha, en octubre de 1960 había organizado una campaña para impedir que toneladas de desperdicios radioactivos sean descargados en el mar por la Comunidad Europea de la Energía Atómica.
Sus constantes batallas a favor de la ecología le valieron en 1977 el Premio Internacional sobre el Medio Ambiente, otorgado por la Organización de Naciones Unidas.
Luego de permanecer poco más de 24 horas en Lima, Jacques-Yves Cousteau partió a Nueva York (EE.UU.) con la promesa de regresar después de tres meses para empezar su recorrido por el Amazonas, y así recoger imágenes para un par películas de dos horas de duración que serían emitidas por las más importantes cadenas televisivas del mundo.
Quince años después de que este hombre, de gesto amable y cara alargada, llegara a Lima, murió a los 87 años. A través de sus documentales nos hizo sumergir en las profundidades de mares y ríos, y compartir con nosotros días y noches de alucinantes travesías por los lugares a los que quizá nunca podamos llegar por nuestros propios medios.
(Dick Cáceres Navarro)
(Fotos: Archivo Histórico El Comercio)