‘Indochina’, de Francia sus Beatles
Hace 25 años llegó al Perú Indochina, el grupo pop rock de letras incomprensibles pero con buena música. Esta inusual visita generó gran expectativa en el público, y a la vez el rechazo de algunos políticos. Sin embargo, nada detuvo la euforia desatada por los jóvenes franceses que aquella vez hicieron vibrar el coliseo Amauta.
Una voz en off anuncia: “El momento ha llegado, chicos y chicas. Panamericana, la radio laser, Air France y la Alianza Francesa presentan…”. Los jóvenes limeños no dejan de gritar y ellos empiezan a cantar. Era el comienzo de una eufórica presentación en el coliseo Amauta. Poco importaba si uno sabía o no el idioma francés, bastaba con moverse al ritmo de esa buena música, saltar, cantar, en una sola palabra: vibrar.
Era la primera vez que los ídolos franceses Nicola y Stephane Sirkis, Dimitri Bodionsky y Dominik Nicolas llegaban al Perú. Bastó esa única oportunidad para quedarse sorprendidos con tanto éxito. Fue el único país latino que visitó en su gira de 1988. Por aquellos años el mercado musical estaba copada por la salsa, la chicha y también el rock en español, y era remoto esperar la visita de algún grupo estadounidense, británico o francés. Hasta que llegaron ellos.
Por cuatro días, el 29 y 30 de abril, y el 6 y 7 de mayo, los veinteañeros se olvidaron de la crisis económica y arrasaron con las entradas. El inolvidable Amauta albergó a miles de fanáticos, quienes hicieron largas colas y no se conformaron con ver a su grupo un solo día; repitieron la experiencia, cantaron hasta saciarse ‘Al asalto’, ‘Canary bay’, ‘El aventurero’, ‘Disidencia política’ y ‘El tercer sexo’. Algunos fanáticos recuerdan la vibración “bestial” de los equipos de sonido europeos.
Desde agosto de 1986 radio Panamericana se encargó de pasar sus canciones, estrenó ‘El aventurero’, luego todas las del disco Au Zenith hasta convertirlas en hits del momento. Ningún peruano se pudo escapar de la fiebre de Indochina, y hasta ‘Papá’ Chuiman lo tuvo en su programa de televisión ‘¿Quién soy yo?…¡Papá!’ y con la ayuda de una traductora les hizo las preguntas más ocurrentes.
Sin embargo, hubo alguien que quiso empañar tanta felicidad. El desaparecido aprista Abdón Vílchez, papá de Nidia Vílchez, pidió que se prohibiera la entrada de los galos al Perú. Trató al grupo de subversivo y de que cantaba textos pornográficos, además los acusaba de predicar la homosexualidad y motivar al consumo de droga. Menos mal nada de eso prosperó y los conciertos se dieron con un lleno total, al punto de ser considerados por la prensa local como los ‘Beatles franceses’.
Durante su estadía no perdieron la oportunidad de recorrer el país. Viajaron a la selva y quedaron encantados, pero también impresionados con tanta riqueza en algunos lugares y pobreza en otros. El Perú los había marcado, tanto así que en 1994 lanzaron la canción ‘Bienvenida en el país de los desnudos’ de su octavo disco `Un día en nuestra vida´. En parte de la letra mencionan al distrito de Villa El Salvador, sin duda la experiencia por estas tierras les sirvió de inspiración.
En una entrevista confesaron que se quedaron con las ganas de conocer Ayacucho, de visitar a los hijos de la violencia. Con los años prometieron volver, hasta hoy los seguimos esperando. Pero el tiempo no ha sido ingrato, Indochina sigue en nuestros recuerdos como aquella primera vez.
(María Fernández Arribasplata)
Fotos: Archivo Histórico El Comercio